i. antecedentes históricos: feriado bancario y congelamiento de fondos como punto álgido de la crisis del modelo neoliberal ecuatoriano alrededor de 1998
El reemplazamiento monetario realizado en Ecuador hacia el dólar estadounidense es un caso de dolarización total, en el sentido antes definido en esta investigación. Como se puede verificar en (Roura, 2020), las razones técnicas argumentadas (con independencia de su correctitud o no), tanto por el gobierno ecuatoriano como por los intelectuales a favor del reemplazamiento en cuestión, para adoptar el dólar estadounidense cobraron sentido entre la población en un contexto alrededor del fenómeno económico conocido como feriado bancario (de cinco días de duración) y del congelamiento legal de cuentas bancarias durante un año (para prevenir retiros masivos y evitar una hiperinflación), que en conjunto fueron el período álgido de la peor crisis económica que Ecuador había vivido ese entonces, como señala (Hernández M. C., 2020). Así, se deben estudiar antes las razones que condujeron al feriado bancario del 8 de marzo de 1999 y al posterior congelamiento de cuentas.
Como señala (Basantes, 2020), el factor financiero fundamental, dentro de los factores de carácter financiero que conformaron parte del conjunto de condiciones necesarias y suficientes (que son tanto económicas como financieras) para el estallido de la crisis general ecuatoriana, se estableció en 1994, cuando durante el gobierno de Sixto Durán Ballén se aprobó la Ley General de Instituciones Financieras. La ley permitía los llamados “créditos vinculados” —préstamos bancarios a empresas, accionistas y administradores del banco que lo otorgaba. Con las nuevas medidas de Durán Ballén “los bancos abusaron de esta disminución de regulación y generaron todo ese abuso de los créditos vinculados”, dice el economista Diego Borja, quien es el especialista entrevistado por Basantes. Ello combinado con factores más profundos, de carácter económico, así como otra serie de factores complementarios de carácter exógeno, fue lo que permitió el estallido de la crisis general ecuatoriana en 1999. Precisamente es esto lo que se expondrá a continuación.
Tanto desde la perspectiva fiscal (Banco Central del Ecuador, 2021, pág. 1) como desde la perspectiva monetaria (Banco Central del Ecuador, 2020, pág. 1) las instituciones oficiales del Ecuador afirman que la razón fundamental que produjo el estallido (no debe confundirse estallido con génesis, puesto que lo primero sólo es la manifestación violenta de lo segundo) de la crisis económica ecuatoriana de 1999 obedeció a que durante 1997 y 1998 la presencia del fenómeno de El Niño afectó la producción nacional[1], especialmente la actividad agropecuaria de la costa ecuatoriana, la cual debió enfrentar serias dificultades debido a la destrucción de gran parte de la infraestructura productiva y de la red vial. Así, afirman que esto alteró el ciclo económico y agravó las tendencias negativas latentes en materia de evolución de la inflación, solvencia del sistema financiero y de la propia estabilidad macroeconómica, es decir, de las debilidades estructurales latentes del sistema económico ecuatoriano.
Los problemas agropecuarios exógenos fueron el detonante de la crisis, como bien señala el Banco Central del Ecuador (BCE, de ahora en adelante), al igual que la pandemia COVID-19 lo fue de la crisis económica planetaria existente en 2020-2021. Por supuesto, la crisis económica en sí misma no obedeció a los problemas agropecuarios, sino precisamente a la dinámica natural del sistema económico ecuatoriano, de ahí que el BCE hable de una “alteración del ciclo económico” (anticipando la recesión, en este caso) y, principalmente, de “tendencias negativas latentes en materia de evolución de inflación, solvencia del sistema financiero y de la propia estabilidad macroeconómica”. Tan claro como la luz en un día soleado.
Sin embargo, en relación a la situación del sector agropecuario ecuatoriano con antelación al fenómeno climático que dio inicio a su crisis (El Niño), es necesario dejar claras algunas cuestiones.
Ateniéndose únicamente a lo planteado por el BCE y la institucionalidad oficial, alguien podría pensar que el sector agropecuario no tenía ninguna precondición a la aparición de El Niño. Por supuesto, nada más alejado de la realidad.
Como se señala en (Bravo, 2008, págs. 7-8), diversos estudios muestran el uso de la ayuda alimentaria como un instrumento de la política exterior de Estados Unidos[2].
Ecuador recibió ayuda alimentaria como parte del programa de Alimentos para el Progreso, que provee commodities[3] como un reconocimiento a los países que habían llevado a cabo reformas económicas o agrícolas “de mercado”, i.e., neoliberales, pactadas a realizar entre el gobierno ecuatoriano y el gobierno estadounidense en 1991, las cuales recogía el documento curiosamente titulado “Programa de Alimentos para el Progreso en Ecuador”.
¿A qué se comprometía el gobierno ecuatoriano en concreto? A la eliminación de aranceles para productos sensibles como maíz, arroz y soya; a cambios en el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP); apoyo a dos fundaciones, en concreto al Instituto de Estrategias Agropecuarias (IDEA) y a la Fundación para el Desarrollo Agropecuario (FUNDAGRO) con la finalidad de que promoviesen el cambio de políticas económicas en el país. Las ONG nunca han estado y nunca estarán desvinculadas de la política y creer en su neutralidad puede resultar en sesgos sistemáticos no-óptimos en el análisis de los fenómenos sociales que las involucren de manera relevante.
Entrando en algunos detalles, se estableció la remoción de las licencias previas que restringen la libre importación y exportación de maíz, sorgo, soya, torta de soya y la eliminación del sistema de cuotas para la importación y exportación de aceites vegetales y sebos. A fin de dar un conveniente amparo a la producción local, el Gobierno del país importador, podrá considerar mantener algunas tarifas arancelarias (entre el 15 y el 25% ad valorem), distinguiéndose entre la materia prima y los productos elaborados de origen nacional. En el caso del maíz, esa tarifa fue reducida del 65% a aproximadamente el 5% (igual que en la importación del sorgo).
Además, se planteó otorgar la autonomía institucional al Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias y proveer de suficiente aporte presupuestario para la investigación agrícola (una vez establecida su independencia, debe resaltarse). Así, se estableció que el gobierno del país importador (Ecuador) tramitaría y dictaría una nueva ley para la operación del INIAP que incluya un incremento del presupuesto[4] para la investigación y la creación de un fondo patrimonial.
Para cuando apareció el fenómeno climático El Niño en 1998, el modelo neoliberal en el sector agropecuario se había comenzado a instaurar fácticamente más de veinte años antes (en la década de los 80) y formalmente siete años antes (1991), precisamente son esas las debilidades estructurales a las que antes se hacía alusión citando al Banco Central del Ecuador.
La dinámica natural a la que antes se hizo alusión no es otra que la dinámica de un sistema de economía política capitalista, la que no se entrará a estudiar porque se aleja de los fines de esta investigación, pero que en general fue delineada por Marx y es la misma que se observa en todos los países de América Latina y del sistema capitalista planetario visto como un todo. Sin embargo, esta investigación hace especial énfasis en América Latina, que es el territorio que contiene los casos de reemplazamiento monetario (específicamente de dolarización) aquí investigados. Por supuesto, se puede exponer su estructura fundamental de forma sintética.
Como se verifica en (Martín-Mayoral, 2009, pág. 120), las políticas fundamentalistas de libre mercado tienen su génesis en el Ecuador a partir de la década de los 80. Por supuesto, fue hasta después de la caída del Muro de Berlín que Estados Unidos impulsó sistemática y formalmente esta visión económica a escala planetaria, a partir de la década de los 90, a través del documento elaborado por John Williamson titulado como “What Washington Means by Policy Reform”, conocido popularmente como consenso de Washington (CW), presentado en 1989. Ese fue el caldo de cultivo que sentaría las bases para la crisis económica que estalló en 1999 a raíz de los problemas agropecuarios del Ecuador por el fenómeno natural El Niño.
Por otro lado, como se señala en (Ecuador en vivo, 2020), factores externos como la crisis asiática (1997) y brasileña (1998), el desplome del precio del petróleo en más de USD$10 por barril y el estreñimiento del crédito por parte de prestamistas internacionales en un contexto de ahogamiento de externa (que alcanzaba el 100% del PIB) contribuyeron de forma complementaria a la formación de las bases de la crisis que estalló en 1999 en Ecuador.
Por supuesto, el empleo inadecuado de los fondos bancarios por parte de los altos ejecutivos (resultante de las “exuberantes” comisiones que ofrecen los accionistas a cambio de maximizar la rentabilidad) en conjunto con la corrupción derivada del inadecuado ejercicio del poder burocrático por parte de los políticos profesionales, así como también la ineficiencia de funcionarios públicos no capacitados para ejercer sus funciones (lo cual es otra forma de corrupción, indudablemente), siempre complementan inexorablemente el conjunto de políticas económicas y públicas en general delineadas por Williamson en el documento antes citado.
Así, señala (Robalino, 2021) que esta crisis financiera se originó en el gobierno de Sixto Durán Ballén y Alberto Dahik, precisamente los promotores del neoliberalismo en Ecuador. En 1994 crearon la Ley de Instituciones Financieras, que liberalizó las tasas de interés y permitió la libre circulación de capitales y el aumento de los créditos vinculados, que proliferaron sin control. Esta situación generó especulación, fuga de capitales y quiebra de bancos. Las políticas del entonces presidente de la República, Jamil Mahuad, agudizaron aún más la crisis.
Así, señala Robalino, en 1998 el poder financiero se volvió evidente. Banqueros como Fernando Aspiazu financiaron la campaña de Mahuad y otros formaron parte de su gabinete. Se establecieron políticas de “salvataje bancario” que permitieron la entrega de créditos millonarios a la banca, a través de instituciones públicas. En el Congreso Nacional, la famosa “aplanadora”, conformada por el Partido Social Cristiano y la Democracia Popular, creó leyes e instituciones, como la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD), para que el Estado se haga cargo de las s de la banca privada. Además, reporta (Mesías, 2002, págs. 127-131) que:
La calidad de la información financiera fue regular y existieron balances maquillados y/o prácticas que ocultaron la realidad financiera de las entidades evaluadas. Esto implica que hubo una inadecuada supervisión financiera por parte de la Superintendencia de Bancos del Ecuador (de ahora en adelante, SB).
Se realizan intervenciones tardías e inadecuadas por la SB.
No hubo medidas preventivas, ni correctivas, ni siquiera un monitoreo adecuado, por parte de la SB.
La SB no diferenció al realizar su supervisión entre el riesgo de los bancos intervenidos y el resto del sistema bancario, lo que a todas luces afectó la ejecución de sus políticas preventivas del colapso del sistema bancario y del sistema financiero en general por ello.
Luego de haber analizado la conducta de los clientes en relación con sus depósitos, se desprende que más de la mitad de los bancos tuvieron una tendencia a captar una cantidad superior de depósitos antes de haber sido intervenidos, siendo esta cantidad también superior a la captada por el resto del sistema bancario. En consecuencia, los clientes escogieron básicamente a los bancos con mayor riesgo (intervenidos) en razón de que no pudieron advertir, a través de señales (balances mensuales e índices financieros) emitidas por la SB, la situación individual de las instituciones bancarias.
La ética empresarial de los bancos, sus ejecutivos y sus accionistas tampoco fue óptima. Los bancos privados no informaban a los clientes de su situación de intervención, por el contrario, realizaron estrategias de mercadeo orientadas a atraer a los potenciales clientes con tasas de interés pasivas correspondientes a los distintos plazos existentes. Así, señala la investigadora citada que, durante el período analizado por ella (1993-1999), se observó una relación positiva significativa (78.32%) entre los depósitos totales e intereses pasivos de 84 a 91 días.
Este conjunto de circunstancias, en la jerarquía definida, condujo al feriado bancario y al posterior congelamiento de fondos. Ahora bien, ¿cómo se manifestaron y desarrollaron una vez manifestados ambos fenómenos? Según (Montalvo-Oleas, 2020, pág. 64), “El feriado bancario dispuesto por el Superintendente de Bancos el 8 de marzo de 1999 no tuvo, en su inicio, la intención de preparar el congelamiento de los depósitos de los clientes del sistema financiero ecuatoriano. La secuencia de eventos sucedidos en esa semana, en la que también se realizó un paro nacional en protesta contra otras medidas económicas tomadas por el gobierno (10-11 de marzo), y en especial la declaración del estado de movilización del sistema financiero y de sus clientes (en el que se sustentó el congelamiento de los depósitos) indican que durante esa inusual semana las autoridades del gobierno reaccionaron conforme evolucionaban los acontecimientos. La información disponible evidencia que el feriado bancario no tuvo como objetivo preparar el congelamiento de los depósitos. Sin embargo, ambos eventos forman parte de la crisis financiera del Ecuador que culminó en la dolarización de su economía. A su vez, esta crisis se inscribe dentro de la etapa de inestabilidad monetaria y financiera iniciada en 1982 en la periferia del capitalismo con la crisis de la externa mexicana.”
El autor añade que “El feriado bancario fue uno de los cinco hitos de la crisis financiera de fines del siglo pasado. El primero ocurrió en los meses iniciales de 1996 cuando, al conceder un crédito subordinado al Banco Continental, las autoridades económicas iniciaron un largo periodo de riesgo moral que terminó en 2000, una vez que el BCE ya había perdido sus funciones de prestamista de última instancia. El segundo, entre septiembre y noviembre de 1998, cuando el directorio del BCE aprobó varios créditos de liquidez en favor del Filanbanco, cediendo a las presiones políticas de las autoridades del gobierno. La aprobación de la Ley de Reordenamiento, en diciembre de 1998, contribuyó a profundizar la crisis al ofrecer incentivos para evitar el uso de los servicios financieros y promover la especulación cambiaria, restando liquidez a los bancos. El cuarto es el feriado bancario que trató de evitar, o al menos de retardar, el colapso del Banco del Progreso. Estos acontecimientos demuestran la importancia de las conexiones políticas en el manejo de la crisis.” (Montalvo-Oleas, 2020, pág. 64).
Así, “El quinto, y final, fue el congelamiento de los depósitos de los clientes del sistema financiero. Esta arbitraria decisión, vigente desde el 15 de marzo de 1999, fue declarada inconstitucional el 24 de diciembre de ese mismo año. Para entonces ya era irreversible el perjuicio irrogado a la función de medio de pago de la moneda nacional. Las decisiones tomadas en los cuatro eventos anteriores favorecieron la situación específica de entidades bancarias con fuertes conexiones políticas: el Banco Continental, con el gobierno conservador de Sixto Durán-Ballén; Filanbanco con los legisladores del PSC y del PRE; y el Banco del Progreso con el gobierno de la DP y los legisladores de este partido y del PSC. En última instancia, todos estos bancos quebraron, generaron graves perjuicios a sus clientes en todo el país. El feriado bancario ocurrió al final de la década de 1990, cuando los ajustes y reformas estructurales del neoliberalismo ya se habían consolidado en prácticamente todos los países de la región latinoamericana. En Ecuador este proceso no se ejecutó como una fiel transcripción de los principios de política económica prescritos por el CW. Más todavía, en el sector financiero se lo implementó en forma lenta e intermitente, y no estuvo dirigido, como en otros países, por una dirigencia hegemónica, dispuesta a apostar por las supuestas ventajas del CW. Esta peculiar adopción de los principios del CW no anuló la cultura corporativista practicada por las élites ecuatorianas, como lo prueban los diferentes procedimientos aplicados a entidades bancarias incursas en similares problemas de insolvencia. Los procesos de “saneamiento” ejecutados por la AGD se mantuvieron fieles a esta tradición. La Ley de reordenamiento en materia económica en el área tributario-financiera constituye el antecedente inmediato del feriado bancario. Por contener disposiciones tributarias que incentivaron a los agentes económicos a cambiar sucres por dólares y a evitar el uso de los servicios financieros, provocó la reducción de los niveles de liquidez en las entidades del sistema. Si bien esa disminución afectó a todas, es evidente que, con la medida tomada por el Superintendente de Bancos, el Banco del Progreso al menos pudo posponer su cierre definitivo.” (Montalvo-Oleas, 2020, págs. 64-65).
Por supuesto, el feriado bancario acarreó otras consecuencias. Al prolongarse durante la semana del 8 al 12 de marzo, también sirvió para reducir el riesgo político del paro nacional realizado el 10 y 11 de marzo. La misión del FMI, que había llegado al país para negociar los términos de una nueva carta de intención, lo abandonó cuando se quedó sin interlocutores por la renuncia de cuatro de los cinco miembros del directorio del BCE. Cuando se hizo público que parte de los fondos de la campaña presidencial de Jamil Mahuad provenía del sistema bancario, desaparecieron los últimos vestigios de respaldo al régimen del partido Democracia Popular (DP), como puede verificarse en (Montalvo-Oleas, 2020, pág. 65). Así, en abril de 1999, el Ejecutivo envió al Congreso un proyecto de ley para restablecer el impuesto a la renta y modificar otros tributos. Pero el legislativo determinó que el ICC sea deducible del impuesto a la renta, manteniendo la distorsión del mercado financiero introducida por la Ley de Reordenamiento. El mercado de CDR[5], que de cierta manera suplió la falta de liquidez provocada por la Ley de Reordenamiento y por el decreto ejecutivo n. 685, ahondó la desconfianza. Este resultado, más la dolarización de los portafolios de los agentes económicos, restaron buena parte de las funciones económicas del sucre, precipitando al país hacia la adopción del dólar como moneda de curso forzoso, argumentando que era la tabla de salvación ante una eminente hiperinflación (aumento del más del 50% mensual en los precios), que conduciría eventualmente a que la moneda nacional perdiese todo su valor, puesto que en apenas un año (de enero de 1999 a enero de 2000) se devaluó en más del 250%, según reporta (Ecuador en vivo, 2020).
Además de presentarse a la dolarización como una opción técnicamente válida para el cataclismo económico y financiero que explotó en el Ecuador a partir del 8 de marzo de 1999, posteriormente también se afirmó que la dolarización era lo mejor para el Ecuador debido a su tradición de indisciplina económica y fiscal.
Cualquiera podría pensar que en relación al segundo argumento es mejor corregir la indisciplina que perder la política monetaria, sin embargo, en relación al primer argumento no parece haber mucho qué objetar, puesto que el promedio anual de participación de la agricultura en el PIB total durante la década de los 90 fue, según (Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ecuador, 2016, pág. 98), del 21%.
La liberalización del sector agropecuario (con lo que ello implica a nivel de producción, empleo, calidad del empleo y precios a la luz de la experiencia internacional), en combinación con los efectos climáticos catastróficos ocasionados por El Niño, de una quiebra de 20 bancos [véase (Montalvo-Oleas, 2020, pág. 65)] producto de la crisis financiera[6] (derivada a su vez de la crisis económica que explotó con el fenómeno climático en cuestión) y de un nivel de centralización del capital financiero sin precedentes en la economía ecuatoriana [como resultado de la crisis general del capitalismo (de carácter económico y financiero) y que se expresa fundamentalmente en que tres entidades (dos domiciliadas en Quito y una en Guayaquil) tenían más del 52% de los activos de todos los bancos supervivientes y en que de los diez bancos más grandes (esto medido por el volumen de sus activos) tres eran extranjeros], parecería imponer (y a contrarreloj) la inexorable necesidad de estabilizar los precios para no llegar a un escenario hiperinflacionario que a su vez conduzca al fenómeno económico conocido como estanflación. Por supuesto, esta política se realizó bajo la lógica de que los privilegios de los grandes banqueros ecuatorianos y de los grandes capitalistas ecuatorianos en general no pueden modificarse a la baja y que el gobierno debe intervenir de forma mínima en el sistema económico, salvo para propiciar las ganancias de estos grandes capitalistas. Bajo otra visión del mundo las políticas seguramente habrían sido otras, si se tuviese además la suficiente correlación de fuerzas para ejecutarlas, puesto que evidentemente encontrarían resistencia por parte de los sectores de la sociedad que se benefician de que las cosas funcionen de tal forma y no de otra. De cualquier forma, el panorama financiero del Ecuador no era prometedor. Señala el autor que bajo la tutela de la AGD (Agencia de Garantía de Depósitos[7]) los bancos quebrados se denominaron en forma genérica “la banca en saneamiento.” Ésta representaba 53,4 por ciento de los activos y 60,9 por ciento de los pasivos del sistema bancario de antes de la crisis. Una vez efectuada la dolarización en Ecuador, conviene preguntarse qué ocurrió después.
Señala el autor referido que, al comenzar el siglo XXI, la AGD tenía 90.2% de los créditos vencidos de todo el sistema financiero y el país ya no contaba con una entidad prestamista de última instancia.
(Hernández M. C., 2020), quien entrevista para FRANCE 24 al presidente del Colegio de Economistas de Pichincha (una provincia ecuatoriana situada en el centro norte del país), señala que “La dolarización fue la última movida de Mahuad, señalado por su cercanía con la banca. Doce días después del anuncio de la medida, el presidente fue derrocado.” Por lo que no sólo la correlación de fuerzas económicas y financieras, sino también la correlación de fuerzas político-burocráticas y jurídicas estaban en concentración de los banqueros ecuatorianos. Así, con independencia de si se llegó a la dolarización de forma premeditada o no (es decir, de si la clase oligárquica ecuatoriana hizo lobismo para arribar premeditadamente -salvo El Niño, de origen natural- a ese apocalipsis económico y financiero que vivió el Ecuador o no), es un hecho que en su beneficio es que se llegó a la crisis y en su beneficio fue que se resolvió la crisis.
A pesar de ello, según (Hernández M. C., 2020), una de las ventajas de la dolarización, viendo las cosas en perspectiva veinte años después, fue la estabilidad monetaria que ha presentado el Ecuador, puesto que antes (con el sucre, la moneda nacional ecuatoriana previo a la dolarización) la devaluación, la inflación y las emisiones inorgánicas hacían volátil el valor del sucre y ello empobrecía a la clase media por cuanto los salarios reales, ceteris paribus, son más fácilmente erosionables en relación a un escenario en el que la moneda nacional es un dólar robusto como el que por aquel entonces (a diez años de la caída del Muro de Berlín) era el estadounidense.
Fuente: (Roura, 2020).
Además, señala la reportera, el déficit ahora no se puede cubrir con emisiones inorgánicas, se explicará esto un poco más. Como se señala en (Westreicher, 2019), la diferencia entre dinero orgánico e inorgánico es que el segundo es emitido sin respaldo real. Esto significa que se ha incrementado la base monetaria, pero no la cantidad de bienes y servicios en la economía. Esta terminología surge tras sustituir parcialmente (véase los anexos) el patrón oro por el respaldar la moneda con la producción interna del país. Entonces, cubrir el déficit con emisiones inorgánicas implica que el gobierno se en ilimitadamente con el banco central sin capacidad real de pago, es una forma de monetizar la deuda (proceso mediante el cual el gobierno se en progresivamente con el banco central).
Sin embargo, recoge la reportera de su entrevista con el economista Pablo Dávalos que “(…) “Para Dávalos, uno de los efectos positivos de la dolarización, una mayor capacidad adquisitiva, tiene también su lado oscuro. Afirma que la fortaleza del dólar, que permitió un dinamismo del consumo, dio pie a un proceso de desindustrialización y reprimarización porque se volvió más rentable importar que producir. Se produce una desindustrialización de la economía al extremo que se empiezan incluso a importar bienes agrícolas porque no existen políticas que apoyen la producción agrícola, porque es mucho más barato traer frutas de Perú u hortalizas y verduras de Colombia que producirlas en Ecuador (…) Para sostener el esquema de dolarización, se necesitan flujos positivos en balanza de pagos, aumentar las exportaciones y controlar las importaciones”, opina el experto.”
Por supuesto, hay voces que cuestionan este posicionamiento. Recoge Hernández que “Para George Selgin, director para las Alternativas monetarias y financieras del Instituto Cato, en Washington, la dolarización no es la causa de algunas fallas de la economía ecuatoriana, que persistirían aún sin implementar esta medida.
“Recientemente ha habido dificultades, el crecimiento se ha ralentizado, pero el principal problema es que Ecuador sigue siendo muy dependiente de sus exportaciones petroleras, entonces es inevitable que su economía oscile de acuerdo con el precio del crudo. Esta sería una realidad así no estuvieran dolarizados”, le dijo Selgin a este medio. Selgin considera que el hecho de que los ecuatorianos compren bienes en países vecinos porque el dólar es muy fuerte -algo que se ha visto como un efecto negativo de la dolarización- se debe principalmente a los altos aranceles de esos productos en Ecuador. “Bajar los aranceles con respecto a los países cercanos probablemente sería más beneficioso para los ecuatorianos que meterle mano a la dolarización”, añadió.”
Lo que dicen Dávalos y Selgin no son necesariamente mutuamente excluyentes, salvo que se lleve alguna de las dos posturas al extremo. La cuestión es que es verdad que la matriz productiva del Ecuador poco diversificada lo hace dependiente de los choques (perturbaciones exógenas al sistema económico), pero también es cierto que no tener política monetaria propia ata de manos a las autoridades para enfrentar dichos choques y puede generar además vulnerabilidad a otro tipo de choques. Por supuesto, los banqueros transnacionales (especialmente los fondos buitre), incluidos los banqueros que controlan las decisiones de los gobiernos de los países con mayor poder de voto en el FMI, son los que lamen sus colmillos cuando el desempeño del sistema económico ecuatoriano está por debajo de su potencial, debido a que en ese escenario la única forma de salvaguardar la dolarización es con el incremento de externa[8], precisamente a través de organismos como, por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Por supuesto, un sistema económico cuyo funcionamiento está modelado por el consenso de Washington (fácticamente a partir de 1980 y formalmente desde 1991) muy difícilmente funcionará adecuadamente (a la luz de la experiencia en América Latina y Europa[9]), por lo que ello desencadenó una seguidilla de crisis políticas[10] a partir de 1996 que duró hasta la llegada de Rafael Correa al poder en el año 2007, que coincide con el desmantelamiento sistemático del modelo neoliberal del sistema económico ecuatoriano y la llamada “Revolución Ciudadana” enmarcada en el movimiento político latinoamericano conocido como “Socialismo del Siglo XXI”.
Fuente: Elaboración propia.
Tras lo planteado, conviene preguntarse por qué Rafael Correa no desmontó la dolarización en el Ecuador, a pesar de que en (Correa Delgado, Dolarización y desdolarización: más elementos para el debate. Comentarios al dossier de Íconos 19, 2004, pág. 89) señalaba que “Como también acertadamente señaló Fander Falconí, el debate sobre la dolarización real-mente involucra el porvenir económico y social de nuestros países. Significa superar simplismos como el “dogma de la estabilidad”, cuya expresión más extrema es, sin duda, la dolarización ecuatoriana. Un tipo de cambio fijo irreversible, en una economía abierta, pequeña y de baja productividad, es claramente un disparate técnico, que seguramente algún día controlará la inflación, pero probable-mente quebrando al sector real de la economía. Significa, como lo señalan Alberto Acosta, Carlos Parodi y Carlos Larrea, repensar la noción y estrategia de desarrollo, pues se trata de recuperar políticas económicas soberanas en función de verdaderos proyectos nacionales, e impedir que las economías y el bien común estén sujetos al arbitrio de la entelequia del mercado. Significa, como bien nos recuerda Emilia Ferraro, la necesidad de remediar la inconformidad de la población con un Estado y una identidad nacional desgastada. Es decir, recuperar nuestro capital social, destrozado por políticas económicas absurdas.”
Las razones de ello las revela Correa tanto en una ponencia académica realizada en Panamá (Correa Delgado, Rafael Correa: Porque no es tan fácil desmontar la dolarización, 2016) como en una entrevista realizada por CNN (Correa Delgado, Rafael Correa responde si Ecuador dejará de lado la dolarización, 2010). Sus argumentos se exponen a continuación.
Correa plantea que salir de la dolarización de forma exitosa a corto y mediano plazo es imposible, puesto que crearía trastornos económicos y sociales que asumiría la clase trabajadora. No debe creerse que el dinero electrónico crea medios de pago alternativos con los cuales se puede sustituir el dólar, puesto que estos sólo incrementan la velocidad de circulación del dinero.
El ex presidente explica que la dolarización se consumó en Ecuador porque se conjuntaron tanto la desesperación del pueblo por el drama económico y social imperante entonces y las presiones de los grupos de poder económico y político del Ecuador.
Correa señala que la dolarización fue inconstitucional, a la luz de la Constitución del Ecuador de 1998, lo cual es verdadero. En el artículo 264 de dicha constitución se señala que: “La emisión de moneda con poder liberatorio ilimitado será atribución exclusiva del Banco Central. La unidad monetaria es el Sucre, cuya relación de cambio con otras monedas será fijada por el Banco Central.” (Asamblea Constituyente de la República de Ecuador, 2002).
Además, Correa señala que la teoría detrás de la dolarización, como su fundamento técnico, es la teoría de las áreas monetarias óptimas[11]. Esta teoría establece que los requisitos para ser un área monetaria óptima son:
Tener los mismos ciclos económicos, lo que deriva en la coincidencia de objetivos de política económica.
Si no se cumple lo anterior, que exista perfecta movilidad laboral.
Los principales problemas de que no se cumplan los requisitos anteriores aparecen cuando el precio del dólar (o de la divisa que reemplazó a la moneda nacional) varía en sentido inverso a las necesidades de política económica de quien se dolariza.
Finalmente, Correa señala que el principal requisito para mantener la dolarización en niveles relativamente saludables es cumplir las siguientes medidas:
Mejorar la competitividad sistémica[12] de cara al concierto internacional, lo cual se logra invirtiendo en I + D + i, vías de comunicación (carreteras, puertos, aeropuertos, etc.), lo cual Ecuador logró a través de inversión pública. Esto es así porque se logra que entren más dólares al lograr posicionar mejor los productos en el mercado mundial, puesto que implica un mayor volumen de ventas por parte de los exportadores nacionales y, por consiguiente, una entrada de dólares al país dolarizado (para este caso, Ecuador).
Políticas para maximizar la eficiencia del sector público (ahorro de costos). Esto es así porque con ese tipo de ahorro público, no sólo se estimula la competitividad sistémica (estimulando la competitividad del sector público), sino que también no se sacrifican programas sociales que garanticen estándares de vida digna en la población.
iii. propuesta de desdolarización en ecuador
III.I. GENERALIDADES
Rafael Correa no adoptó medidas orientadas a la desdolarización de la economía ecuatoriana, sin embargo, un candidato presidencial de su partido, Andrés Araúz, aproximadamente cinco años después de que Correa saliese del poder, plantearía una propuesta de desdolarización, la primera propuesta realizada desde la izquierda ecuatoriana, aunque su nivel de especificación técnica es bajo, como toda propuesta de desdolarización hasta la fecha. Esta propuesta se localiza en (Araúz, Desdolarización mala y “desdolarización” buena, 2020) y en ella Araúz distingue una “desdolarización mala” y una “desdolarización buena”, las cuales se exponen íntegramente a continuación.
III.II. DESDOLARIZACIÓN “MALA”
La desdolarización mala tiene dos objetivos: la fuga de capitales y la devaluación del salario.
La fuga de capitales es lo que banqueros llaman libre movilidad de capitales o lo que la Ley Trole 1 del año 2000 llamaba “libre transferibilidad de divisas al exterior”. Es decir, plantean que la dolarización se mantenga fuera del Ecuador, para los excedentes de los capitalistas que se manejan en un sistema de pagos paralelo en Panamá, en Miami y en Nueva York. Las ganancias de los grandes capitalistas se lo guardan en el exterior, en dólares.
La devaluación del salario es el insistente pedido de “competitividad” plasmado en los acuerdos con el FMI y en la reciente muletilla de moda que la “realidad superó la legalidad” en alusión a la necesidad de romper los derechos laborales. Conscientes de que la ciudadanía, y la Constitución, es celosa con la no regresión de los derechos laborales, apelan al único instrumento remanente que les permitiría disminuir los sueldos: la devaluación de la moneda.
El FMI hablaba de una sobrevaloración salarial del 37%. En términos gruesos, buscarían que la nueva moneda reduzca el poder adquisitivo del trabajador. Que el salario real pase de 400 dólares a 250 dólares. La nueva moneda sufriría una devaluación inmediata, valdría el 60%. Pero las ganancias de las élites seguirían siendo en dólares, refugiadas en sus cuentas offshore en el exterior.
Una desdolarización mala comenzaría por pagar en la nueva moneda a los trabajadores del sector público, para los cuales no se priorizó la liquidez en la caja fiscal. ¿Cómo instrumentar una desdolarización mala? Imposible pensar que la ley para una desdolarización mala pueda pasar por la actual correlación en la Asamblea Nacional. Se vuelve indispensable para el poder de las élites legislar vía decreto (clausurar la Asamblea). Pareciera que las leyes humanitarias y de finanzas públicas son distractores o instrumentos de chantaje mientras se fragua la verdadera intención: la desdolarización mala.
iii.iii. desdolarización “buena”
La “desdolarización” buena buscaría: más medios de pago y encarecimiento de las importaciones.
La “desdolarización” buena no cambiaría la moneda, más bien añadiría formas distintas de dinero. Más medios de pagos quiere decir más liquidez -en dólares- dentro del país. Implica transitar hacia el uso de medios de pago nacionales para transacciones nacionales, inclusión financiera con títulos valores desmaterializados con transaccionalidad atomizada (por celular), multiplicación de liquidez interna -incluyendo por parte del banco central- y generalizar el uso de cámaras de compensación territoriales y sectoriales. En ningún caso implica reducir la remuneración ni la capacidad adquisitiva de los trabajadores, excepto en bienes importados.
La “desdolarización” buena enfocaría el poder del estado en los controles a la salida de divisas: el famoso “timbre cambiario”. Para poder sacar dinero del país, los importadores o quienes quieran fugar capitales al exterior o a paraísos fiscales offshore deberán adquirir el derecho de sacar el dinero del País. Ese derecho es transable y tiene un cupo fijo, pero ajustable, concedido por el estado. El cupo es vendido por el banco central. En los hechos, esto desdolarizaría la salida de divisas de los ricos y de los importadores. Según los cálculos realizados, el cupo de salida de divisas podría comenzar costando 27 centavos por cada dólar. Es como que el Impuesto a la Salida de Divisas sea del 27%, pero, además, con cupo limitado. A este cupo se le podría apodar con un nombre.
La implementación de un esquema así no requiere de legislación adicional, y en caso de que así se lo requiera, podría ser legislación que sí cuente con apoyo del actual legislativo. Se requeriría un gobierno alineado a los sectores populares y no a las élites transnacionalizadas y offshore-izadas.
Las cifras más actuales muestran que la salida de divisas del sector privado sumó $28418 millones en 2019, su contribución neta a las reservas internacionales fue negativa en $2105 millones, y el total de activos en el exterior del sector privado suma $27000 millones (diez veces más que las reservas internacionales oficiales).
En primer lugar, es deseable que la contribución neta sea al menos igual a cero. Por lo tanto, una primera meta debería reducir en 10% la salida bruta de divisas privadas. Pero, además, debería ser una vergüenza que las reservas oficiales sean 10 veces menos que los activos en el exterior del sector privado. Un monto tolerable sería una cantidad equivalente. Por lo tanto, una segunda meta plantearía repatriar $12 mil millones del sector privado para que las reservas oficiales aumenten a $15 mil millones y los activos privados en el exterior bajen a $15 mil millones. Para que esta repatriación sea viable, el esfuerzo debería estirarse a cuatro años. Esto implica una meta neta de +$3 mil millones anuales.
Asumo que la entrada de divisas privadas caerá por la parálisis planetaria en un 30% de $26658 millones a $18668 millones. Asumiendo una caída de similar magnitud en la salida bruta de divisas autónoma a $19893 millones.
Esto implicaría un déficit autónomo de $1225 millones. Más la meta de repatriación de $3 mil millones, se establecería una restricción de $4225 millones en el año 2020. El cupo disponible para salida de divisas debería ser de $15668 millones. Frente a una demanda autónoma de $19893 millones, el cupo de salida de divisas costaría 27% más que la salida misma. El timbre cambiario podría comenzar cotizando a 27 centavos de dólar.
Alegre, P. (Diciembre de 2008). Democracia y Reformas: Un Caso de Gradualismo Perverso. Revista Uruguaya de Ciencia Política, XVII(1), 137-158. Obtenido de http://www.scielo.edu.uy/pdf/rucp/v17n1/v17n1a06.pdf
Labat, D., & Licandro, G. (2021). Hacia una moneda de calidad. Montevideo: Banco Central de la República Oriental del Uruguay.
Licandro, G., & Mello, M. (Noviembre de 2016). Dolarización cultural y financiera de los hogares uruguayos. Centro de Estudios Monetarios Centroamericanos, 365-404. Obtenido de Centro de Estudios Monetarios Centroamericanos: https://www.cemla.org/PDF/ic/ic-2016/ic-2016-11.pdf
Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca del Ecuador. (2016). LA POLÍTICA AGROPECUARIA ECUATORIANA. Hacia el desarrollo territorial rural sostenible 2015-2025, I Parte. Quito: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. Obtenido de http://extwprlegs1.fao.org/docs/pdf/ecu183434.pdf
Roura, A. M. (2009 de Enero de 2020). 20 años de la dolarización en Ecuador: ¿por qué es tan popular la dolarización entre los ecuatorianos? (y cuál es su lado oscuro). Obtenido de BBC News Mundo: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50916554
[1] “En 1998 el Ecuador sufrió un devastador fenómeno de El Niño. Las graves inundaciones causaron pérdidas de cuatro mil millones de dólares por la destrucción de carreteras, caminos y puentes, así como daños en los cultivos y en el sector pesquero. Ese año, los precios del petróleo bajaron drásticamente: siete dólares por barril.” (Basantes, 2020).
[2] La investigadora señala en las mismas páginas referidas, como nota al pie, las siguientes investigaciones: Oxfam, 2005. Food aid or hidden dumping? Separating wheat from chaff. 71 Oxfam briefing paper. March; Zerbe, Noah 2002, “Feeding the Famine? American Food Aid and the GMO Debate in Southern Africa”, Center for Philosophy of Law Catholic University of Louvain. Bélgica; Salgado. W, 20021. Ayuda alimentaria o Ayuda a las exportaciones en RALLT, 2002. E. Bravo. Ed. “Transgénicos y Ayuda Alimentaria”. Quito-Ecuador 2002. http://www.rallt.org; Mousseau, Frederic, 2005. Food Aid or Food Soverignity: Ending World Hungry in our time. The Oakland Institute.
[3] “Se les llama de esta manera a los bienes básicos, aquellos productos que se destinan para uso comercial, y que tienen como característica más relevante, que no cuentan con ningún valor agregado, se encuentran sin procesar o no poseen ninguna característica diferenciadora con respecto a los demás productos que encontramos en el mercado, por esto se utilizan como materias primas para elaborar otros bienes.” (Castro, 2019).
[4] Un incremento equivalente de forma aproximada al 2% del PIB agrícola.
[5] Un certificado de depósito reprogramable fue un documentado entregado a las personas cuenta ahorristas del Ecuador durante la crisis referida. Los certificados se entregaban a los depositantes a cambio del dinero congelado en los bancos. Como se verifica en (El Telégrafo, 2021), que recoge las palabras del analista económico ecuatoriano Guido Macas de la Universidad Ecotec, la creación y emisión de CDR se supuso que era una forma del gobierno ecuatoriano de decirle a los cuenta ahorristas que no habían perdido los dineros, sino que luego se los devolvían, dado que el Estado no tenía fondos y que esperaba vender los activos y el patrimonio de los dueños de los bancos, sin embargo, en la práctica fue sensiblemente diferente la cuestión. A continuación, puede verificarse el aprovechamiento que logró la banca ecuatoriana a través de los CDR.
Cronología de los CDR
Fuente: (Wikipedia, 2021).
[6] Ese año, el sistema bancario registró pérdidas de 1.520 millones de dólares estadounidenses, según la fuente citada.
[7] “(…) es un organismo que nace en momentos en que el sistema financiero, productivo y la economía nacional en general, atraviesan una de las peores crisis en la vida republicana del Ecuador. La AGD no es otra cosa que una entidad de derecho público, autónoma y con personería jurídica propia, gobernada por un directorio, cuyo principal propósito será el de garantizar el pago de la totalidad de los depósitos que el público tiene invertidos en el Sistema Financiero Ecuatoriano, de conformidad con la Ley de Reordenamiento en Materia Económica en el Área Tributario-Financiera.” (Hidalgo Loffredo & Yturralde Farah, 2020).
[8] Esto es, al menos a largo plazo (puesto que existe una condición estructural en esos países que los obliga a contraer constante y crecientemente deuda), aún más beneficioso que los ataques especulativos a los precios de los bonos de deuda externa (riesgo país) e incluso que los ataques especulativos a los precios de las commodities de los países subdesarrollados (como en el caso del Ecuador es el petróleo).
[9] El célebre economista francés Olivier Blanchard, en su etapa como economista-jefe del Fondo Monetario Internacional, reconoció en (Blanchard & Leigh, 2013, pág. 6) admitió la existencia de errores en las estimaciones de crecimiento del PIB realizadas por el FMI tras la ejecución de los programas de ajuste estructural y de estabilización monetaria (que son el conjunto de políticas económicas denominadas neoliberalismo) asociadas sistemáticamente a los ajustes fiscales. Además, señala en (Blanchard & Leigh, 2013, pág. 4) que no se consideraron aspectos característicos de las economías a las que “recomendaron” (véase, por ejemplo, para el caso de Grecia, lo ocurrido con el presidente del FMI Dominique Strauss-Kahn en 2011 y lo ocurrido con el primer ministro de finanzas de Grecia Yanis Varoufakis en 2015) hacer el ajuste, mientras que en (Blanchard & Leigh, 2013, pág. 19) admite que subestimaron el impacto de la austeridad fiscal en los multiplicadores del modelo de estadístico-matemático utilizado para realizar los pronósticos sobre el crecimiento del PIB. Además, también se reporta en (BBC Mundo, 2016) que “Vivir para ver. Eso habrán exclamado, incrédulos, muchos críticos del Fondo Monetario Internacional (FMI) cuando leyeron hace un par de semanas un texto publicado en la página web de la entidad. El escrito empieza diciendo: “En vez de llevar al crecimiento, algunas políticas neoliberales han aumentado la desigualdad, a la vez que ponen en peligro la expansión duradera”. Y que esa desigualdad “le hace daño al nivel y la sustentabilidad del crecimiento”. La declaración (…) corresponde a un artículo de Jonathan D. Ostry, Prakash Loungani y Davide Furceri, todos funcionarios del FMI. Ostry es subdirector del Departamento de Investigaciones del organismo. Loungani es jefe de división y Furceri es economista en la misma dependencia. BBC Mundo intentó comunicarse con los autores del artículo, titulado “Neoliberalism: Oversold?” (Neoliberalismo, ¿sobrevendido?) pero no obtuvo respuesta alguna del Fondo Monetario Internacional a varias solicitudes de entrevista. Las declaraciones de los tres funcionarios sorprenden por ser una aparente admisión de error por parte de expertos del FMI a las políticas que contra viento y marea buscó imponer la entidad a lo largo del mundo. Y que, según sus críticos, fueron adoptadas con un elevado costo social (…) El ajuste estructural se defendía como el remedio doloroso, más necesario, para garantizar el éxito económico futuro de los países. Un precepto que han puesto en duda los investigadores del FMI con su reciente artículo.” En la actualidad, cinco años después de esa publicación de la BBC, no quedan dudas del fracaso para las mayorías de las políticas neoliberales, al menos en América Latina y Europa al juzgar los violentos estallidos sociales suscitados en España, Grecia, Portugal, Colombia, Chile, México y Argentina (que incluso volvió a probar del mismo tipo de políticas con Macri y luego decidió volver a otro tipo de gobierno).
[10] Según (Mora, 2013, pág. 50), “Desde el año 1996 hasta el 2007 Ecuador tuvo siete presi-dente, tres de ellos fueron derrocados por sus mandantes, una destituida por el Congreso Nacional, otro ocupó el cargo de presidente interino y tres terminaron períodos que no iniciaron. Para la mayoría de los ecuatorianos esto significa que el triunfo de siete elecciones continuas, no sólo le otorga a Rafael Correa un papel de líder nacional, sino que le da consistencia al proceso democrático ecuatoriano.”
[11] Esta teoría se estudia en los anexos correspondientes.
[12] “(…) enfoque sistémico de la competitividad. En él se considera que existen cuatro esferas que condicionan y modelan su desempeño: en primer lugar, el nivel microeconómico (en la planta y dentro de las empresas, para crear ventajas competitivas); en segundo lugar, el nivel mesoeconómico (eficiencia del entorno, mercados de factores, infraestructura física e institucional y, en general, las políticas específicas para la creación de ventajas competitivas); en tercer lugar, el nivel macroeconómico (política fiscal, monetaria, comercial, cambiaria, presupuestaria, competencia) y, finalmente, el nivel metaeconómico o estratégico (estructura política y económica orientada al desarrollo, estructura competitiva de la economía, visiones estratégicas, planes nacionales de desarrollo).” (Hernández R. A., 2001, pág. 5).
En el marco de la crisis económica que estalló a raíz de la pandemia COVID-19 algunos países están planteándose rediseñar sus economías (parcial o totalmente, según sea el caso) para hacer frente a los retos que un contexto de crisis cíclica del capitalismo impone a las economías nacionales, especialmente a aquellas no-industrializadas como las de América Latina. Como resultado de ello, en algunos países como el Uruguay y El Salvador se está planteando revertir la dolarización existente en los canales de circulación de dichas economías.
El objetivo fundamental de esta investigación es determinar de forma general, teniendo además en cuenta las desviaciones del caso general, las características de los procesos de desdolarización y sus efectos en el desempeño del sistema económico, sea teniendo en cuenta las características particulares del país en el que se implemente como sin tenerlas en cuenta (que es su versión abstracta, i.e., teórica, no por ello menos real). Ello con la finalidad de determinar con la suficiente rigurosidad si es recomendable o no para cualquier país emprender ese proceso, más allá de sus condiciones particulares (no por ello estas no son relevantes o no deben considerarse), es decir, conociendo de qué depende ello y por qué es así y no de otra forma. Este objetivo a su vez busca alcanzarse realizando los siguientes pasos.
En primer lugar, se buscan encontrar aquellos elementos comunes, con relativa independencia de las condiciones macroeconómicas estructurales y coyunturales concretas, en la dolarización realizada en diversos países a nivel mundial. Esto se realizará con especial énfasis en sistemas económicos con mayor cantidad de similitudes estructurales (a nivel de sus sistemas económicos) como es el caso de los de América Latina entre sí, ello con la finalidad de garantizar mayor fiabilidad de las comparaciones realizadas, puesto que el grupo de análisis es más homogéneo o, siendo más precisos, menos heterogéneo.
Debido a que el conjunto de políticas económicas impulsadas a nivel planetario desde Washington, impuestas a través del FMI y orquestadas por la filosofía que el propio Soros ha llamado “fundamentalismo de libre mercado” (conocidas popularmente como neoliberalismo) a todos los países de América Latina es, en general, el mismo, parecería estar garantizada en el sentido definido, al menos en general, la comparabilidad.
En segundo lugar, se buscan encontrar, al menos de forma general, aquellos elementos en que el proceso de dolarización y sus efectos (en el sentido antes definido) se diferencien según el sistema económico nacional en concreto que se analice, como resultado de determinado conjunto de características concretas de los sistemas económicos que difieran, así como también explicar la razón por la que esto ocurre así y no de otra forma.
Así, se busca construir una teoría general de la dolarización y la desdolarización, completamente fundamentada en la evidencia empírica integrada armónicamente mediante la lógica dialéctica-materialista[1], para dar respuesta a las preguntas de investigación antes planteadas y comprender la economía geopolítica detrás de los procesos de reemplazamiento monetario en América Latina, que para este conjunto de países de estudio toma la forma de dolarización.
Dado lo antes expuesto, esta investigación estará conformada por ocho partes. La primera contendrá, además de la introducción general, los conceptos teóricos fundamentales, consideraciones acerca de las teorías ortodoxas relativas a la integración monetaria y consideraciones históricas sobre el sistema monetario internacional. La segunda parte contendrá el estudio de la dolarización en Uruguay, la tercera parte el de Ecuador, la cuarta el de El Salvador, la quinta el de Argentina, la sexta el de Costa Rica y la séptima el de Colombia. Finalmente, la octava parte consistirá en el modelo teórico general formulado con los resultados anteriores.
II. CONCEPTOS FUNDAMENTALES
II.I. EL DINERO COMO EQUIVALENTE GENERAL DE MERCANCÍAS (bienes y servicios)
Como se señala en (Borisov & Zhamin, 2009, págs. 88-89), el equivalente general es una mercancía (entiéndase como mercancía algún bien o servicio) que expresa el valor de todas las otras mercancías y por la que todas se cambian. En el proceso de cambio de las distintas mercancías por el equivalente general el valor de este último aparece bajo el aspecto de forma general del valor (cantidad de trabajo social cristalizada en la mercancía). La aparición de dicho equivalente implica un nivel bastante alto del desarrollo de la producción mercantil y la existencia de un intercambio regular.
Del mundo de las mercancías se separó espontáneamente una que gozaba permanentemente de gran demanda en el mercado. Ello hizo que el cambio directo o trueque de mercancía por mercancía fuera desplazado por la circulación mercantil con lo que la operación comercial se lleva a cabo a través de un intermediario: el equivalente general. El cambio empezó a dividirse en dos actos vinculados entre sí: primero el productor cambiaba su mercancía por el equivalente general y después cambiaba la mercancía— equivalente por la que necesitaba. En los distintos pueblos y en dependencia de las condiciones de la producción y del cambio, aparecieron en calidad de equivalente general mercancías diversas: ganado, cereales, pieles, metales etc.
A medida que fue desarrollándose la producción mercantil y el comercio internacional en todas partes se empezaron a tomar como equivalente general los metales preciosos, el oro y la plata, que se convirtieron en dinero. Finalmente, el oro pasó a desempeñar la función de equivalente general en todas las operaciones comerciales.
II.II. DEFINICIÓN DE DINERO Y UNA BREVE HISTORIA DEL DINERO
Como se señala en (Borisov & Zhamin, 2009, pág. 72), el dinero es aquella mercancía cuya función específica consiste en desempeñar la función de equivalente general de cualquier clase de mercancía. El dinero surgió espontáneamente en la remota antigüedad, en el proceso de desarrollo del cambio y de las formas del valor. En los estadios iniciales del cambio, fueron diversas las mercancías que se emplearon como equivalente general. Poco a poco, la función del dinero se fue fijando espontáneamente en la plata y el oro gracias a las singulares propiedades físicas y químicas de dichos metales, muy idóneos para desempeñar el papel de equivalente general. En el siglo XX, la función de mercancía dinero quedó circunscrita exclusivamente al oro[2]. La aparición del dinero fue resultado del desarrollo de la contradicción interna dada en la mercancía, de la contradicción entre el valor de uso[3] y el valor de cambio[4][5]. En consecuencia, todo el mundo mercantil quedó escindido en dos polos: 1) todas las mercancías como valores de uso, y 2) el dinero, plasmación general del valor.
En el valor de uso del dinero se expresa el valor de todas las demás mercancías; el trabajo concreto[6] contenido en el dinero sirve de forma general en que se manifiesta el trabajo abstracto[7], y el trabajo privado encarnado en el dinero aparece en forma socialmente reconocida. Por medio del dinero se realiza el cálculo social del trabajo, se mide el trabajo contenido en la mercancía y esto medición no se hace de manera directa e inmediata en tiempo de trabajo, sino indirectamente, por medio del precio de la mercancía. A diferencia de las otras mercancías; el dinero posee la propiedad de ser directa y universalmente cambiable por cualquier otra mercancía. La esencia y el papel del dinero en la economía se manifiestan en las funciones del dinero.
II.III. FUNCIONES DEL DINERO
Como se señala en (Borisov & Zhamin, 2009, págs. 109-110), las funciones del dinero son las formas concretas en que se manifiesta la esencia del dinero como equivalente general. En la economía mercantil desarrollada, el dinero cumple las cinco funciones siguientes:
Medida del valor
Medio de circulación
Medio de acumulación o de atesoramiento
Medio de pago
Dinero mundial.
II.II.I. Medida de valor
La función del dinero como medida del valor consiste en que el dinero (en cuanto oro, como se verá en la última sección) proporciona el material para expresar el valor de todas las demás mercancías. Toda mercancía, cualquiera que sea expresa su valor en dinero. De este modo resulte posible comparar cuantitativamente entre sí mercancías diversas. El dinero puede cumplir su función de medida del valor como dinero mentalmente representado o dinero ideal. Ello es posible porque en la realidad existe una determinada correlación entre el valor del oro y el valor de la mercancía dada. En la base de dicha correlación se encuentra el trabajo socialmente necesario invertido en la producción de uno y otra. El valor de la mercancía expresado en dinero es su precio.
II.II. II. MEDIO DE CIRCULACIÓN
La función del dinero como medio de circulación estriba en servir de intermediario en el proceso de la circulación de mercancías. Para ello ha de haber dinero efectivo. El dinero cumple esa función momentáneamente: una vez realizado el cambio de una mercancía, inmediatamente empieza a servir para realizar otra mercancía, etc. Esta circunstancia permite sustituir al dinero contante en su formación de medio de circulación por representantes suyos: las monedas fraccionarias de valor incompleto y el papel moneda.
ii.ii. iii. medio de acumulación o atesoramiento
La función del dinero como medio de atesoramiento se debe a que, con el dinero, dada su condición de representante universal de la riqueza, puede comprarse cualquier mercancía, y se puede guardar en cualquier cantidad. De ahí que la acumulación de riquezas y tesoros tome la forma de acumulación de dinero. Con el desarrollo de la economía mercantil capitalista, se acentúa el poder del dinero, el poder de los ricos sobre los pobres. La fuerza social del dinero se convierte en fuerza de personas privadas. En estas condiciones, la acumulación del dinero pasa a ser un fin en sí. La función de atesoramiento, sólo puede realizarla el dinero de pleno valor: monedas y lingotes de oro, objetos de oro. Cuando circulaban monedas de oro, la función de atesoramiento era de suma importancia para el proceso en que se regulaba espontáneamente la circulación monetaria en los países capitalistas.
II.II. IV. MEDIO DE PAGO
El dinero actúa como medio de pago cuando la compra-venta de la mercancía se efectúa a crédito, es decir, con un aplazamiento del pago de la mercancía. En este caso el dinero entra en la circulación cuando vence el tazo del pago, pero no ya como medio de circulación, sino como medio de pago. Cumple la misma función en las operaciones de préstamo, en el pago de impuestos, de la renta del suelo, de los salarios, etc. La función del dinero como medio de pago hace posible la liquidación recíproca de las obligaciones deudoras y economizar el dinero efectivo.
II.II. V. DINERO MUNDIAL
El dinero cumple su función de dinero universal en el mercado mundial y en el sistema de pagos entre los diversos países. En el mercado mundial, el dinero actúa bajo la forma natural, como lingotes de metales preciosos. El desarrollo de las funciones del dinero refleja el de la producción mercantil y sus contradicciones. Con el nacimiento y desarrollo del capitalismo, cambia de manera esencial el papel del dinero. Éste se convierte en capital, es decir, en medio de explotar el trabajo asalariado, en medio de apropiarse del trabajo no pagado de los obreros asalariados. Al mismo tiempo, en la sociedad capitalista utilizan el dinero en sus funciones corrientes los productores simples de mercancías, (campesinos, artesanos) y los obreros.
ii.iv. definición de papel moneda, dinero inorgánico o dinero fiduciario
Como se señala en (Pedrosa, 2016), el dinero fiduciario o dinero inorgánico es aquel que está respaldado en la confianza de una sociedad. Dicho de otro modo, el dinero fiduciario, no se basa en el valor de metales preciosos sino en la creencia general de que ese dinero tiene valor. También se conoce como papel moneda o dinero inconvertible.
Durante la mayor parte de la Historia, el dinero tenía valor intrínseco. Es decir, la moneda o dinero valía lo mismo que su composición. Generalmente el oro y plata siempre han sido los metales más empleados y cotizados en todas las sociedades. Sin embargo, a medida que la población y las transacciones han ido creciendo no es posible utilizar este método. Posteriormente, y de forma mixta, se creó un sistema, denominado Patrón Oro a través del cual las monedas y billetes estaban respaldados por una cantidad de oro. Es decir, aunque la moneda no estaba compuesta de oro y su composición valía muy poco, esa moneda (el valor indicado) daba derecho a cierta parte de este metal.
En la actualidad, utilizamos un sistema fiduciario, es decir, un sistema basado en la confianza o fe en la valoración de las monedas y billetes. Por ejemplo, ningún billete de 20, 100 o 500 euros vale realmente eso, ni ninguna moneda vale la cantidad que lo compone, pero toda la comunidad da por hecho y por válido esos valores para poder comercializar.
Confían en el valor que representan, con relativa independencia si esta confianza está lo suficientemente fundamentada o no.
II.V. REEMPLAZAMIENTO MONETARIO COMO GENERALIZACIÓN CONCEPTUAL DE DOLARIZACIón
Según (Banco Central del Ecuador, 2015), un concepto amplio de dolarización es el que se refiere a cualquier proceso donde el dinero extranjero reemplaza al dinero doméstico en cualquiera de sus funciones domésticas, las cuales son como unidad de cuenta, reserva de valor, medio de pago y medio de cambio. Lo que los economistas ortodoxos denominan reserva de valor aparece en la teoría marxista como medio de acumulación o atesoramiento, lo que denominan como unidad de cuenta y medio de cambio aparece en la teoría marxista como medio de circulación y lo que denominan medio de pago también se denomina igual en la teoría marxista; por supuesto, no existe ninguna alusión al valor en la teoría económica ortodoxa. A este concepto amplio de dolarización planteado por el Banco Central del Ecuador es posible denominarlo como reemplazamiento monetario.
Así, la dolarización es “un caso particular de sustitución de la moneda local por el dólar estadounidense como reserva de valor, unidad de cuenta y como medio de pago y de cambio.” (Banco Central del Ecuador, 2015).
II.VI. TIPOS DE DOLARIZACIÓN COMO FORMAS CONCRETAS DE LOS TIPOS DE REEMPLAZAMIENTO MONETARIO
II.VI. I. GENERALIDADES
Los tipos de dolarización son una expresión concreta de los tipos de reemplazamiento monetario (más no la única posible), concreta en cuanto se define la divisa que sustituirá parcial o totalmente y de tal o cual forma a la moneda nacional. Como señala (Bulat, 2019), existen diferentes grados de profundización de un reemplazamiento monetario en los canales de circulación de un determinado sistema económico o, en otros términos, existen diferentes grados de profundización de la dolarización en las economías de los diferentes países.
II.IV. II. DOLARIZACIÓN FINANCIERA
Este tipo de dolarización implica la sustitución de activos y/o pasivos en moneda local por moneda extranjera. Costa Rica es un país en el que existe dolarización financiera.
Según (Academia de Centroamérica, 2018, pág. 16), existe dolarización financiera en Costa Rica y sus características fundamentales (para el caso concreto de ese país) son:
Durante el período 1997-2017 no se encontró evidencia de histéresis generada por altas tasas de inflación, esto es, procesos continuados de dolarización financiera a pesar de la presencia de bajas tasas inflacionarias. A continuación, se exponen los resultados presentados en el lugar referido, así como también los criterios metodológicos seguidos por sus autores.
Fuente: (Academia de Centroamérica, 2018, pág. 9).
En sus decisiones de inversión y endeudamiento los agentes económicos responden a la volatilidad de los precios internos, del tipo de cambio y sus expectativas cambiarias y al diferencial de tasas de interés en moneda nacional y extranjera. A esto hay que agregar la tendencia general, definida y progresiva en los últimos diez años del tipo de cambio en Costa Rica (respecto del dólar estadounidense) ha sido a la devaluación, mientras que la tasa de la inflación se ha mantenido estable, puesto que se adoptó el régimen de metas de inflación. Esta meta se sitúa para ese país en un 3% anual y se estableció una variabilidad aceptada del 1%, lo que a priori no parecería ser una disciplina monetaria rigurosa, con independencia de que los regímenes de inflación generen o agudicen problemas de crecimiento cuando no se cumplen determinadas condiciones estructurales.
La aplicación de medidas administrativas por parte de los reguladores para desincentivar la dolarización financiera ha tenido resultados mixtos. En algunos períodos fueron efectivas, mientras que en otros no tanto.
Las medidas tomadas por las autoridades monetarias y reguladoras para controlar la inflación, estabilizar el tipo de cambio y modificar las conductas de los agentes económicos han reducido los niveles de dolarización en las últimas dos décadas. Con respecto al ahorro financiero, este ha mostrado una tendencia sostenida a la baja. La dolarización del crédito financiero también disminuyó, pero mostrando alzas y bajas.
ii.vi. ii. dolarización real
Esta dolarización es conocida como aquella en la que se indizan las transacciones nacionales al tipo de cambio vigente, como señala (Bulat, 2019).
Como señala (Labat & Licandro, 2021, págs. 9-10), la dolarización, como forma de indexación, genera inercia inflacionaria en el proceso de formación de precios y aumenta el costo de estabilización de la inflación como ha sido señalado inclusive por la literatura económica ortodoxa. Sin embargo, la dolarización no parece haber impedido que países dolarizados como Perú, Bolivia, Paraguay y Costa Rica estabilizaran la inflación. Entonces, ¿qué tan grande es el obstáculo de la dolarización en Uruguay? Para responder a esta inquietud, dividimos la pregunta en dos partes: ¿es capaz la política monetaria de anclar las expectativas en Uruguay? y ¿están funcionando los canales de transmisión monetaria?
Los bancos centrales suelen trabajar con el siguiente modelo de expectativas de inflación:
Donde π se refiere a la inflación esperada para la empresa i en el momento t, π* es el objetivo del Banco Central, el α i-ésimo es un sesgo persistente en los pronósticos de inflación (o cuánto más estima la empresa que el objetivo está por encima del valor anunciado por el Banco Central) y μ ij-ésimo es un término de error específico de la empresa. Si la empresa cree en el objetivo del Banco Central, el α i-ésimo debería ser cero. Si α i-ésimo es significativamente positivo, la empresa cree que el objetivo real es más alto que el anunciado por el Banco Central.
Fuente: (Labat & Licandro, 2021, pág. 11).
El gráfico anterior muestra la distribución de probabilidad cuánto más estima la empresa encuestada que el objetivo del Banco Central está por encima del valor anunciado por dicha institución gubernamental. Estas mediciones son realizadas por el Banco Central del Uruguay mediante la encuesta de expectativas de inflación a las empresas. A partir de este gráfico es posible mostrar tres cuestiones.
En primer lugar, las expectativas de inflación así medidas, es evidente que no existe confianza plena de los agentes económicos hacia la autoridad monetaria. En segundo lugar, las expectativas de inflación de los agentes económicos quedaron ancladas entre 3-4% de la meta fijada por el Banco Central. En tercer lugar, puesto que la distribución del alfa es amplia, es claro que existe incertidumbre por parte de los agentes económicos respecto de la meta de inflación real (se dice esto en cuanto dichos agentes no confían en la meta de inflación oficialmente anunciada).
Como señalan L&L, si bien las empresas sabían que el objetivo anunciado no era el objetivo real, la falta de información sobre cuál era el objetivo real generó incertidumbre y desacuerdo sobre el valor real. Como resultado, la señal del objetivo hizo ruido (los agentes lograron prever el objetivo de política monetaria real) y eso se reflejó en la formación de precios (contrarrestar parcialmente la exitosa consecución del objetivo fijado). Estas tres realidades son muy significativas porque dicen tres cosas importantes. La primera es que el objetivo anunciado claramente no era creíble. La segunda es que la política monetaria no tuvo problemas para anclar las expectativas de inflación (aunque no de la forma deseada, evidentemente). La tercera conclusión es que ocultar al público la meta real solo genera incertidumbre sobre el valor real, que termina traspasando a la inflación, al menos en ausencia de políticas (y en no pocas ocasiones no únicamente de índole económica, sino también jurídica) complementarias para evitarlo. En cualquier caso, esa incertidumbre, de llegar a niveles relevantes y manejarse con políticas complementarias en general inadecuadas, puede desalentar la inversión, independientemente en qué magnitud.
Señalan L&L que aquí la evidencia también es clara: la transmisión de la política monetaria parece funcionar, a pesar del pequeño tamaño de los mercados de pesos. Esto tampoco debería ser una sorpresa, ya que otros países con problemas similares de desarrollo del mercado de pesos y dolarización en la región han podido desarrollar una política monetaria independiente con bastante éxito (ver, por ejemplo, Perú, Bolivia y Paraguay).
(Labat & Licandro, 2021, págs. 12-13) que todos los canales de transmisión de la política monetaria parecen funcionar en los datos, excepto los que operan a través de precios de activos (distintos del tipo de cambio). Uruguay casi no tiene desarrollo bursátil, y los hogares no cuentan con mecanismos para obtener ganancias líquidas de capital en vivienda a través del sector financiero, lo que limita el impacto de los efectos riqueza relacionados con la política monetaria. Dejando eso a un lado, se evidencia la presencia del resto de los canales. Basal et al. (2010) muestran el impacto de la tasa de interés sobre la demanda agregada tanto a través de la inversión como del consumo. Bucacos (2017) también encuentra evidencia del impacto de las condiciones financieras sobre la actividad a través de la inversión. La transmisión de la política monetaria y las comunicaciones de la política monetaria a las expectativas de inflación ha sido ampliamente demostrada por el trabajo de Borraz y Mello (2020), Licandro y Mello (2014, 2015), Mello y Ponce (2020) y Frache y Lluberas (2019). Recientemente, Cuitiño, Medina y Zacheo (2020) y Guenaga y Zacheo (2019) han sugerido que una de las razones detrás del mal desempeño de la política monetaria puede radicar en la falta de credibilidad de la política. En general, la evidencia sugiere que los canales de transmisión 13 monetaria funcionan, y que su funcionamiento mejorará con la credibilidad de la política monetaria y el desarrollo del mercado de pesos.
ii.vi. iii. dolarización transaccional o incompleta
II.VI. III.I. GENERALIDADES
Según (Alfaro Ramos, 2005), la dolarización transaccional o completa La dolarización se evidencia cuando los residentes de un país usan extensamente el dólar de los Estados Unidos u otra moneda extranjera junto a o en vez de la moneda local. La dolarización puede darse de dos formas la extraoficial se produce cuando los individuos mantienen depósitos bancarios o billetes en moneda extranjera para protegerse contra la alta inflación de su moneda local y la oficial se da cuando un gobierno adopta la moneda extranjera como curso legal exclusivo o predominante.
La dolarización extraoficial ha existido en muchos países por años. Ha sido motivo de estudio por parte de los economistas, los gobiernos no le han prestado la debida importancia al proceso de dolarización extraoficial, sin embargo, las consecuencias para los mismos si no se administran adecuadamente serían funestas provocando que los bancos puedan caer en crisis económica ante procesos de devaluación galopante. Dentro de la dolarización oficial se reconocen dos tipos de dolarización: la caja de conversión y la dolarización plena. La mayoría de los países en desarrollo —y también las economías en transición que están adoptando mecanismos de mercado— ya emplean alguna modalidad limitada y extraoficial de dolarización. En mayor o menor grado, los residentes en estos países ya mantienen moneda extranjera y depósitos expresados en moneda extranjera en los bancos nacionales. En los países de inflación elevada, el dólar de EE.UU. u otra moneda fuerte se utiliza amplia-mente en las transacciones diarias junto con la moneda nacional. Este tipo de dolarización extraoficial surge en respuesta a la inestabilidad económica, las tasas elevadas de inflación, y al deseo de los residentes de diversificar y proteger sus activos frente al riesgo de devaluación de la moneda nacional. Por supuesto, de aquellos residentes que pueden hacerlo, que en términos generales son muy pocos, usualmente aquellos cuyos ingresos son en dólares, que no es el caso del ciudadano promedio de un país no dolarizado o bajamente dolarizado. Conviene distinguir entre dos razones por las que los capitalistas pueden impulsar la demanda de activos en moneda extranjera:
Sustitución de moneda.
Sustitución de activos.
En la sustitución de moneda los activos externos se utilizan como dinero, esencialmente como medio de pago y unidad de cuenta; esta sustitución suele presentarse en condiciones de inflación elevada o de hiperinflación cuando el alto costo de utilizar la moneda nacional en las transacciones lleva a que el público busque otras opciones disponibles. Una vez que pasa a aceptarse la utilización de moneda extranjera en las transacciones, puede que ese uso no se abandone rápidamente. Es de señalar que el crecimiento de la dolarización en algunos países de América Latina y de Asia ha continuado y se ha acelerado en los últimos años incluso después de la estabilización de las condiciones. La sustitución de activos se produce debido a consideraciones sobre riesgo y rendimiento de los activos nacionales y extranjeros. Históricamente, los activos expresados en moneda extranjera han ofrecido la oportunidad de protección contra los riesgos macroeconómicos, como la inestabilidad de los precios y las depresiones económicas prolonga-das en muchos países en desarrollo. Incluso en condiciones de estabilidad coyuntural, los activos expresados en moneda extranjera pueden servir a esos fines si los residentes de un país consideran que hay una pequeña probabilidad de que vuelva la inflación. Hay diferencias importantes entre dolarización extraoficial y plena dolarización, que presentan problemas de transición para los gobiernos que estudian dar el paso. Con la plena dolarización, toda la deuda pública y privada se expresa en dólares, y tanto las cuentas públicas como las privadas tienen que convertirse en dólares de EE.UU. Para hacer la conversión, los países tienen que fijar el tipo de cambio al que se convertirán deudas, contratos y activos financieros en vigor. Por último, la estabilidad que promete la dolarización es en sí misma relativa, pues el valor del dólar de EE.UU. —como el de cualquier otra moneda fuerte que un país elija como suya— fluctuará frente al conjunto de otras monedas ampliamente negociadas. En el período que ha seguido a Bretton Woods, las variaciones han sido a veces considerables.
II.VI. III.III. DOLARIZACIÓN OFICIAL (FÁCTICA Y FORMAL)
II.VI. III.III. I. CAJA DE CONVERSIÓN
Como se señala en (Alfaro Ramos, 2005), la dolarización extraoficial, también conocida como régimen cambiario de caja de conversión, consiste en el establecimiento de un régimen de convertibilidad plena a un tipo de cambio fijo y un compromiso de emitir moneda sólo en contrapartida de activos financieros realizables en la moneda internacional de reserva, con el bien que exista un respaldo de la emisión en la moneda seleccionada. Por tanto, una caja de conversión de esta naturaleza no puede funcionar como prestamista de última instancia del gobierno o de los bancos comerciales; y no puede regular la oferta monetaria mediante operaciones de mercado abierto o la concesión de redescuento a los bancos sobre activos financieros domésticos. Aparte de ello, el sistema de caja de conversión tiene todas las características de un régimen de tipo de cambio totalmente fijo, aunque el grado de compromiso en el régimen es mucho mayor puesto que usualmente las modificaciones en la paridad sólo pueden provenir de disposiciones del congreso nacional.
Según (Fondo Monetario Internacional, 2000), “Las principales diferencias entre una caja de conversión y la dolarización son que, al mantener su moneda, los países que optan por el primer régimen no pierden ingresos de señoreaje, en tanto que la dolarización transfiere dichos ingresos al país cuya moneda sirve de ancla, a menos que se adopten disposiciones especiales; por último, la dolarización representa una renuncia incluso más completa a la soberanía nacional.” Que el Fondo Monetario hable de pérdida de soberanía nacional es todo un evento, indudablemente.
Como se señala en (Wikipedia, 2020), en la caja de conversión el régimen cambiario está basado en un compromiso legislativo por el cual se debe cambiar la moneda nacional por una extranjera específica a un tipo de cambio determinado, para tal efecto, las autoridades emisoras aceptan ciertas restricciones que permitan cumplir con su obligación legal. Esto implica que sólo se emitirá moneda nacional respaldada por moneda extranjera y que estará totalmente respaldada por activos externos, lo que elimina las funciones tradicionales del banco central, como la de control monetario y la de prestamista de última instancia, y deja poco margen de maniobra para aplicar una política monetaria discrecional. De igual manera se puede tener un cierto grado de maniobra de acuerdo a la rigidez del conjunto de normas que rijan la caja de conversión, complementarias al núcleo central de premisas definidas anteriormente. En pocas palabras el país mantiene una moneda propia, pero la respalda en su totalidad con la moneda de otro país para darle credibilidad a su política monetaria.
En 1998, los investigadores del Fondo Monetario Internacional (Enoch & Gulde, 1998) enlistaban los siguientes países como aquellos que habían adoptado el régimen de cajas de conversión:
Fuente: (Enoch & Gulde, 1998).
II.VI. III.III. I. DOLARIZACIÓN TOTAL O PLENA
Los investigadores del Fondo Monetario Internacional (Berg & Borensztein, 2000, págs. 2-3) señalan que la dolarización total o plena consiste en que un país adopte oficialmente la moneda de otro para el desempeño de todas las transacciones financieras, exceptuando quizás el empleo de moneda fraccionaria.
ii.vi. iv. dolarización cultural o ideológica
La dolarización cultural o ideológica es un concepto que se puede localizar en la investigación del Centro de Estudios Monetarios Centroamericanos, cuya autoría corresponde a Gerardo Licandro y Miguel Mello, titulada “Dolarización cultural y financiera de los hogares uruguayos”. En palabras de los autores:
“Mucho menos usual que la dolarización financiera es la dolarización cultural. Entendemos por dolarización cultural al fenómeno por el cual los agentes usan como numerario al dólar en circunstancias en que en la generalidad de los países se utiliza la moneda nacional. En Uruguay estamos acostumbrados a que cuando un oficial público, o una persona común, quiere dar una idea de un monto elevado expresa la cantidad en dólares. Por ejemplo, en Uruguay cuando un ministro habla de su presupuesto o el director de la Dirección General Impositiva lo hace acerca de la recaudación total, es común que los montos los expresen en moneda extranjera. Tal costumbre no es usual en otros países, de hecho, es casi privativa de Uruguay.” (Licandro & Mello, 2016, pág. 366).
II.VII. DESDOLARIZACIÓN INVOLUNTARIA Y SUS TIPOS
Según (Araúz, Cuatro riesgos contra la dolarización en el Acuerdo con el FMI, 2020), desde la perspectiva del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN, en adelante) existen cuatro riesgos concretos de desdolarización involuntaria:
Desdolarización por escasez de reservas, lo que implica que el banco central se queda sin reservas internacionales netas para comprar dólares y, por consiguiente, sin poder mantener el flujo necesario de dólares en los canales de circulación del sistema económico para que este pueda seguir operando adecuadamente con la dolarización total. También la escasez de reservas puede llevar a una desdolarización por default (palabra inglesa empleada para denotar una situación en que las expectativas del prestamista o conjunto de prestamistas -expectativas con un sustento en general real- son que un determinado prestatario no podrá pagar la deuda en los términos acordados y que por consiguiente tiene únicamente dos caminos, o condonar la deuda -conocido como reestructuración involuntaria de deuda- o renegociarla -conocido como reestructuración voluntaria de deuda-).
Eliminación de los Impuestos a la Salida de Divisas (ISD) puede generar que la dolarización ya no sea sostenible en el país como resultado de un ataque especulativo realizado a la economía, puesto que la economía se vuelve más vulnerable a este tipo de ataques en la medida en que el gobierno retira restricciones en su funcionamiento.
Recesión generalizada, que implica desdolarización por crisis bancaria (por los mismos motivos que llega puede irse).
Devaluación interna, que no es otra cosa que el riesgo de desdolarización por falta de viabilidad social.
Señala Arauz que “Pero primero, una reflexión rápida sobre la desdolarización. No soy entusiasta de la dolarización ni la recomendaría a nadie, pero reconozco que plantea un marco favorable para evitar ataques especulativos y brotes inflacionarios generalizados. También aporta con certidumbre de mediano y largo plazo, muy importante para la inversión. Sin embargo, la apreciación e inflación masiva en los primeros años de la dolarización generó una path-dependency inercial[8] de constante apreciación del tipo de cambio real en la que nos quedamos totalmente expuestos a las devaluaciones de los vecinos, a crónicos déficit de cuenta corriente no petroleros con los vecinos y a un enorme flujo de lavado de narco-dólares de los vecinos.” Palabras mayores.
Como señala Araúz, la dolarización es un marco favorable para evitar ataques especulativos principalmente porque la especulación cambiaria ya no existe, que sumada a las regulaciones a la cuenta de capitales de una dolarización creativa como la tasa Tobin -el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD)- y la irrelevancia del mercado bursátil accionario consolidan un cierto blindaje en contra de los ataques especulativos más comunes. Hoy por hoy, la principal vulnerabilidad viene dada en el Ecuador por ataques especulativos a los precios de los bonos de deuda externa (el famoso “riesgo país”) y a los precios de nuestros commodities de exportación; el primer escenario es muy común en países subdesarrollados no dolarizados.
Añade también que “La dolarización, por la enfermedad holandesa[9] que viene incorporada a ella, profundiza la estructura económica primario-exportadora y secundario-importadora[10]. La dolarización es una de las causas de la profundización de la depredación y exportación de la naturaleza. Más allá de cualquier muletilla, si queremos preservar la dolarización sin acabar con la naturaleza, se debe impulsar la competitividad sistémica mediante agresivas inversiones productivas en infraestructura, energía y, fundamentalmente, talento humano que tornen irrelevante al tipo de cambio. Y eso requiere un esfuerzo sostenido de aproximadamente 20 años.”
Finalmente, añade que “La dolarización es un contrato social sobre la unidad de cuenta en la cual llevamos nuestras transacciones, contabilidad y registros. Todas las otras reglas que supuestamente la acompañan en realidad no son necesarias: la dolarización puede ser ortodoxa o creativa. La dolarización per se no depende de ninguna variable económica; aún en crisis, la decisión de permanecer o desdolarizar es absolutamente política. Dicho esto, si la unidad de cuenta es demasiado rígida y causa inmenso dolor a la sociedad ecuatoriana, el contrato social se quiebra y recién ahí se vuelve políticamente viable una desdolarización. Para entender los alcances psico-sociales del dólar, basta con ver dos ejemplos actuales: la crisis griega fue de inmensas proporciones, pero no quebró el contrato social y político de adherencia al euro; la (segunda) crisis zimbabweana es de tal proporción que quebró la adhesión social y política a la dolarización.”
ii.viii. concepción marxiana de crisis
Según (Borisov & Zhamin, 2009, págs. 57-57), una crisis económica de sobreproducción es la fase del ciclo capitalista caracterizada por el estallido de todas las contradicciones de la economía capitalista. La crisis económica se manifiesta en la sobreproducción de mercancías y en el hecho de que se acentúan bruscamente las dificultades de venta. Las empresas o se cierran o reducen sensiblemente la producción de mercancías, crece el paro forzoso en masa, desciende en alto grado el nivel de vida de los trabajadores, se altera el comercio, se desequilibran las relaciones monetarias y crediticias, quiebran firmas industriales comerciales y bancarias. Bajo el capitalismo la sobreproducción de mercancías no es absoluta, sino relativa, pues significa que se da un exceso de mercancías tan sólo en relación con la demanda solvente (lo que Keynes denominaba demanda efectiva, que va más allá de que se necesite o simplemente se desee el producto). La causa de las crisis económicas de sobreproducción reside en la contradicción fundamental del capitalismo: la que existe entre el carácter social de la producción y la forma capitalista privada de apropiarse los resultados de la misma. Dicha contradicción se manifiesta en la anarquía de la producción capitalista, en la alteración constante de las proporciones en la economía de los países capitalistas, en la contradicción existente entre la producción y el consumo, entre la burguesía y el proletariado. En el curso de la reproducción capitalista se pone inevitablemente al descubierto el antagonismo entre los fines de la producción capitalista y el medio de alcanzarlos. En la búsqueda de maximización de las ganancias, los capitalistas procuran ampliar sin límites la producción, por lo que lanzan al mercado una cantidad de artículos cada vez mayor, lo cual a su vez está relacionado con la ley de la tendencia decreciente de la tasa media de ganancia descubierta por Adam Smith y definida en términos rigurosos por Karl Marx, lo cual se expone de forma relativamente profunda en (Gómez, 2017) y en la sección tercera del tomo III de El Capital de Marx. Al mismo tiempo, elevan el grado de explotación de los trabajadores y reducen su nivel de vida. Ello hace que la demanda solvente de la población empiece a rezagarse de las posibilidades de producción, lo cual conduce, inevitablemente, a que surjan dificultades para realizar las mercancías producidas en las empresas capitalistas. Las mercancías no se venden, las empresas no pueden reponer sus gastos, se encuentran imposibilitadas de continuar producción. En consecuencia, se altera el proceso de producción en las empresas, en la correspondiente rama y en toda la economía de la sociedad capitalista.
Así, queda bien definido que el eje alrededor del cual gravitan todos elementos que componen la definición multidisciplinaria de crisis es el colapso generalizado del patrón de acumulación de capital y, puesto que toda la sociedad está organizada alrededor de dicho patrón (que implica un colapso de la base económica o ser social), más temprano que tarde esto se manifestará en el colapso generalizado de las diferentes formas de expresión de la superestructura (la ideología y la cultura o conciencia social), que abarca las concepciones políticas, jurídicas, morales, estéticas, religiosas y filosóficas de un momento histórico concreto (también denominadas formas de la conciencia social), lo que implica evidentemente una crisis generalizada en las instituciones oficiales de la sociedad en dicho momento histórico.
El capitalismo sale de la crisis destruyendo parte de las fuerzas productivas (cierre de empresas, destrucción de mercancías y otras formas de reproducción ampliada negativa[11]), acentuando la explotación de los trabajadores y también renovando el capital fijo. Mas como quiera que en el marco del capitalismo no es posible eliminar la causa fundamental de las crisis de sobreproducción, surgen éstas una y otra vez, aparecen en todas las esferas de la vida económica (en la producción, en la distribución, en el cambio y en el consumo, en la industria y en la agricultura) y se extienden a todo el mundo capitalista. En el período del capitalismo premonopolista, estas crisis se repetían cada 10-11 años (en 1825, 1836, 1847 —1848, 1857, 1866, 1873, 1882, 1890). La más profunda de todas ellas fue la de 1873. La sustitución de la libre competencia por el dominio de los monopolios ha conducido a que las crisis económicas sean más frecuentes y prolongadas, y a que sean más cortos los períodos de auge. En las condiciones de la crisis general del capitalismo las crisis económicas de sobreproducción han pasado a ser mucho más agudas y destructivas. A la par que se agravan hasta límites extremos todas las contradicciones del capitalismo y se ahondan las crisis económicas, en el ciclo capitalista se registran algunos cambios esenciales. En el período de la posguerra, la economía capitalista se distingue por la acentuación de la desigualdad en el desarrollo de los países capitalistas, por el aumento de la frecuencia con que se interrumpe el curso de la reproducción capitalista y por nuevos fenómenos críticos. El hecho se presenta con singular claridad en el ejemplo que ofrecen los Estados Unidos, que han pasado por cuatro crisis económicas después de la segunda guerra mundial, a saber: en 1948—1949, 1953—1964, 1957—1958, 1960-1961. El desarrollo del capitalismo monopolista de Estado la militarización de la economía y la inflación han originado nuevas dificultades y contradicciones en el proceso de la reproducción capitalista. Como consecuencia se acentúa más aun la anarquía de la producción capitalista, la desigualdad en el desarrollo de esta última, la explotación de los trabajadores, el conflicto entre el volumen de la producción y la escasa capacidad adquisitiva de la población. Las crisis económicas, por tanto, son una prueba de que el capitalismo se desarrolla a costa de despilfarrar las fuerzas productivas, a la vez que condena a millones de trabajadores a una existencia casi da hambre. En ellas se revela nítidamente la falta de correspondencia entre las relaciones de producción de la sociedad burguesa por una parte y el nivel y estado de las fuerzas productivas actuales por otra, se pone de manifiesto el carácter transitorio del modo capitalista de producción.
III. CONSIDERACIONES HISTÓRICAS SOBRE EL SISTEMA MONETARIO INTERNACIONAL
iii. i. el patrón oro en el siglo xxi
Como señala (Astarita, 2006), “En cuanto al sistema establecido en Bretton Woods, hasta 1968, por lo menos, hubo convertibilidad oficial del dólar al oro. Esto es, regía un sistema cambio patrón oro internacional. Los partidarios de la tesis de la desmaterialización del dinero sostienen que el dinero ya se había desmaterializado. Pero entonces, ¿por qué las corridas hacia el oro desde finales de los sesenta? ¿Por qué la preocupación por el precio oficial del oro y por las reservas que se evidencia hasta la crisis del sistema de Bretton Woods? Sólo al precio de restringir la validación del dinero al ámbito nacional, esto es, al precio de hacer abstracción de las condiciones de validación internacional del dinero, se puede sostener que el dinero de banca central se había desligado, en aquellos años, completamente del oro. Se desconoce la permanencia del oro en el sistema monetario.
Además de presentar una falsa división en términos históricos, la tesis de la desmaterialización del dinero no puede explicar por qué el oro sigue funcionando como medio de reserva y atesoramiento. Remarcamos algunos hechos:
Luego de casi tres décadas de inconvertibilidad del dinero al oro, las reservas oficiales siguen por encima de las 30.000 toneladas de oro; esto representa aproximadamente una cuarta parte del oro extraído a lo largo de la historia.
En contrapartida, los DEG (derechos especiales de giro) no pudieron convertirse en moneda fiduciaria internacional, en especial a partir de que perdieron el respaldo oro; o sea, los DEG no legalizan “la pseudo validación internacional” de la moneda. Ni el dólar ni el euro se vinculan a los DEG como referencia última de valor.
La proporción de oro/reservas oficiales en Estados Unidos es del 61,6%; en Francia el 55,4%; en Alemania el 30,6%; en Italia el 44,2%; en Suiza el 49,5%, en Austria el 29%; en Bélgica el 41% (datos de 1994).
El FMI afirmó, en 1995, el rol monetario del oro y decidió que debía evitarse cualquier movilización de su stock de oro que debilitara su posición financiera global; sostuvo que las tenencias de oro le daban capacidad de maniobra y agregaban credibilidad a sus balances.
Cuando se crea el Banco Central Europeo se decide que el 15% de sus reservas estén constituidas por oro.
La suba del precio del oro que se produjo desde setiembre de 1999 a marzo de 2005, desde 265 a 425 dólares, no se correspondió con una suba parecida de los metales en general. Tampoco corresponde a un aumento de la demanda del oro por razones industriales.
A mediados de los noventa se calculaba que los stocks privados de oro comprendían unas 60.000 toneladas en joyería –incluye la joyería que tiene como principal motivo la inversión- y otras 24.000 toneladas en forma de barras y monedas.
El oro se comercializa principalmente a través de bancos, los bullion banks, como el Credit Suisse, Union Bank of Switzerland, Suisse Bank Corporation, Republic National Bank y N. M. Rotschild. Estos bancos tienen sus propias refinerías de oro y mecanismos para la fijación de precios. Este mecanismo “bancario” de fijación de precios es digno de notar, y volveremos luego sobre él.
Se calcula que el volumen comercializado de oro – físico o en contratos- excede las 300.000 toneladas anuales, lo que representa una cifra más de 100 veces superior a la producción anual, y más del doble del stock mundial. A fines de los noventa el volumen diario de transacciones equivalía al volumen que se negociaba diariamente entre dos monedas importantes, el yen y el marco, por ejemplo.
Este movimiento no se puede explicar si se considera al oro como un mental más, sin funciones monetarias. Estos datos no pueden ser explicados por la tesis de la desmaterialización del dinero. Insistimos en esta pregunta: ¿por qué se mantiene semejante cantidad de valor inmovilizado, en especial en lo que hace a las reservas oficiales, si el oro ha perdido todo rol monetario? Notemos que el rol de “reserva” es clave entre las funciones de la moneda. Con razón Lipietz, luego de referirse a las tres funciones clásicas del dinero – patrón de precios, medio de circulación y medio de pago y de atesoramiento, o de reserva – afirma que, como lo destacaba Marx “…sólo la tercera implica la forma social de la “verdadera moneda”, es decir, la capacidad de validar socialmente una producción social sin tener necesidad de ser ella misma validada [Lipietz (1983) p. 140]. Si bien actualmente el oro no cumple el rol de medio de pago, sí lo hace en cuanto medio de atesoramiento en el sistema monetario internacional. En el atesoramiento el dinero se petrifica como encarnación pura del valor, de la riqueza y del poder social, y “el oro se retiene como dinero” [Marx (1999) t. 1, p. 91].
Esto implica, en primer lugar, que el oro no es demandado en cuanto simple metal, sino en cuanto equivalente general, por su existencia económica como dinero-mercancía. En segundo término, significa que no se lo demanda como moneda acuñada bajo forma nacional, sino como pura y simple encarnación de trabajo humano, como equivalente general mundial. Su valor de uso es conservar valor, tiempo de trabajo directamente social. ¿Cómo se puede pasar por alto esta circunstancia cuando se ha reconocido que el atesoramiento implica una (la otra es el medio de pago) de las formas de la “verdadera moneda”?
Obsérvese que esta cuestión remite al tema de cuál es el respaldo último del dólar, o el euro. En este respecto los altos funcionarios de los bancos centrales parecen tener una percepción más justa de la verdadera relación entre los billetes y el oro cuando justifican la tenencia de reservas de oro –y la compra del metal cuando crece la desconfianza en el billete- diciendo que, después de todo, “el oro es la única reserva que no es constituye el pasivo de algún gobierno” (…)”
Lo que plantea Astarita también se evidencia en recientes declaraciones de Alan Greenspan[12] en una entrevista con la revista Gold Investor en febrero de 2017. Así, plantea Greenspan que: “Considero que el oro es la principal moneda mundial. Es la única moneda, junto con la plata, que no requiere la firma de una contraparte. Sin embargo, el oro siempre ha sido mucho más valioso por onza que la plata. Nadie rechaza el oro como pago para cumplir una obligación. Los instrumentos de crédito y la moneda fiduciaria dependen de la solvencia crediticia de una contraparte. El oro, junto con la plata, es una de las únicas monedas que tiene un valor intrínseco. Siempre ha sido así. Nadie cuestiona su valor, y siempre ha sido un bien valioso, acuñado por primera vez en Asia Menor en el 600 a. C. El patrón oro estaba operando en su apogeo a fines del siglo XIX y principios del XX, un período de extraordinaria prosperidad global, caracterizado por un firme crecimiento de la productividad y muy poca inflación. Pero hoy en día, existe una opinión generalizada de que el patrón oro del siglo XIX no funcionó. ¡Creo que es como usar zapatos del tamaño incorrecto y decir que los zapatos son incómodos! No fue el patrón oro el que falló; era política. La Primera Guerra Mundial desactivó las paridades de tipo de cambio fijo y ningún país quería estar expuesto a la humillación de tener un tipo de cambio menor frente al dólar estadounidense que el que disfrutaba en 1913.
Gran Bretaña, por ejemplo, optó por volver al patrón oro en 1925 al mismo tipo de cambio que tenía en 1913 en relación con el dólar estadounidense (4,86 dólares por libra esterlina). Ese fue un error monumental de Winston Churchill, entonces ministro de Hacienda. Indujo una severa deflación para Gran Bretaña a fines de la década de 1920, y el Banco de Inglaterra tuvo que dejar de pagar en 1931. No era el patrón oro lo que no funcionaba; fueron estas paridades de antes de la guerra las que no funcionaron. Todos querían volver a las paridades cambiarias de antes de la guerra, lo que, dado el diferente grado de guerra y destrucción económica de un país a otro, hacía que este deseo, en general, fuera totalmente irreal.
Hoy en día, volver al patrón oro se percibiría como un acto de desesperación. Pero si el patrón oro estuviera vigente hoy, no habríamos alcanzado la situación en la que nos encontramos ahora.” (CMI GOLD & SILVER, 2019).
El Banco Central de Hungría reporta declaraciones de Greenspan en las que este expresa que “El dinero fiduciario in extremis no es aceptado por nadie. El oro siempre se acepta.” (PALOTAI & VERES, 2020).
Además, antes había señalado (Greenspan, 1999) que “Dada la pérdida de poder de fijación de precios, no es sorprendente que los empleadores individuales se resistan a los aumentos salariales. Pero, ¿por qué últimamente el poder de fijación de precios ha estado tan delimitado? La política monetaria ciertamente ha contribuido a contener el aumento del nivel general de precios y a amortiguar las expectativas de inflación durante los años ochenta y noventa. Pero nuestra actual política monetaria discrecional tiene dificultades para anclar el nivel de precios en el tiempo de la misma manera que lo hizo el patrón oro en el siglo pasado.”
A continuación, se expone una breve cronología de la economía geopolítica del patrón oro desde la finalización de Bretton Woods hasta la actualidad, con especial énfasis desde 1999.
10 de julio de 2014. (Lewis, Paul Volcker Dreams of a “New Bretton Woods.” But What Would That Look Like?, 2014), para Forbes, reporta: “Volcker fue subsecretario del Tesoro para asuntos monetarios internacionales de 1969 a 1974. Estados Unidos puso fin al vínculo oficial del sistema de Bretton Woods con el oro en 1971, y la disolución final del sistema fue en la primavera de 1973. Eso le daría una gran perspectiva sobre la evolución de las cosas desde entonces. ¿Sus conclusiones? ““A estas alturas creo que podemos estar de acuerdo en que la ausencia de un sistema monetario oficial, basado en reglas, administrado cooperativamente, no ha sido un gran éxito. De hecho, las crisis financieras internacionales parecen al menos tan frecuentes y más destructivas en cuanto a obstaculizar la estabilidad y el crecimiento económicos.”
14 de abril de 2015. (RT en Español, 2015) señala que “Numerosos analistas financieros destacan el fracaso de las divisas nacionales como el principal medio de pago en el mundo y discuten cada vez más la posible aparición de una moneda respaldada por oro, que pondría fin a la era de la hegemonía del dólar como moneda de reserva. Al parecer, el FMI también apuesta por el oro en las actuales condiciones económicas poco estables. l conocido economista Meghnad Desai, director del Foro Oficial de Instituciones Monetarias y Financieras (OMFIF, por sus siglas en inglés), organización de investigación independiente y consultoría, indicó que los Derechos Especiales de Giro del FMI (DEG) deben contener una cierta cantidad de oro para ayudar a estabilizar esa moneda ‘sintética’. “Un poco de oro ayudaría a estabilizar los DEG. Podríamos pedir que el oro sea designado como parte de los DEG. Creo que es bastante probable que eso suceda”, dijo Desai en una conferencia de metales preciosos celebrada el pasado fin de semana en Dubái, informa el portal ‘Zero Hedge’. “Esto será más fácil si China aumenta sus reservas oficiales de oro”, agregó Desai.”
17 de junio de 2015. (RT en Español, 2015) reporta que el Estado de Texas crea su propio depósito de oro fuera del control de Washington. La nueva ley firmada por el gobernador de Texas, Greg Abbott, estipula la repatriación al Estado de unos 1.000 millones de dólares de la Reserva Federal de EE.UU. con el fin de crear su propio depósito de oro que “no reconocerá la autoridad del Gobierno federal”. “Será el primer depósito de este tipo en el país, incrementará la estabilidad de nuestras reservas de oro y eliminará la necesidad de los contribuyentes de pagar cuotas y tarifas fuera del Estado de Texas”, declaró el gobernador. El autor de la ley, el republicano Giovanni Capriglione, asegura que se pone en contacto con él mucha gente “de todo el mundo” que quiere almacenar oro y otros materiales preciosos en Texas, debido a que se trata de un Estado “fuerte y poderoso”. Según la propuesta, el depósito “no reconoce la autoridad del Gobierno federal o cuasi federal” y, por lo tanto, prohíbe cualquier “confiscación” de su contenido por parte de Washington. La decisión ha desatado varios rumores sobre la posibilidad de que los secesionistas de Texas quieran de esta forma obtener una autonomía financiera y estar preparados para emitir su propia moneda en el caso de que concluya el respaldo económico por parte del Gobierno federal.
31 de agosto de 2015. (RT en Español, 2015) reporta que Estados Unidos oculta el verdadero valor de sus reservas al negarse a realizar una auditoría pública, ante la expectativa de los inversionistas de un alza en la tasa de interés de referencia (tasa de fondos federales).
14 de septiembre de 2015. Señala (RT en Español, 2015) que China e India compran todo el oro de la bola de metales de Londres (LME). En la Bolsa de Metales de Londres (LME), el mayor mercado mundial de opciones y contratos a futuro de metales no férricos, prácticamente no queda nada de oro ‘real’ porque todo lo han comprado China e India.
15 de septiembre de 2015. (RT en Español, 2015) reporta que algunos países europeos retirarán su oro de Estados Unidos. Desde 2014 hasta esta fecha los bancos centrales extranjeros retiraron 246 toneladas de oro (equivalentes a US$) del banco de la Reserva Federal de Nueva York (que es uno de los doce grandes almacenes de metales preciosos de la FED). Esto lo hacen los bancos extranjeros para estabilizar factores negativos que se han puesto de relieve en la economía global, puesto que estos activos tienen mayor liquidez. Esto ocurría con miras a invertir el oro, que implica arrojarlo a la circulación.
19 de septiembre de 2015. (RT en Español, 2015) señala que el bloque de los países BRICS compra oro para independizarse del dólar ante lo que creían era un inminente colapso de este. El incremento en la demanda de oro refleja tensiones geopolíticas crecientes.
21 de julio de 2015. (RT en Español, 2015) reporta que el oro sufre una crisis importante, su precio más bajo en los últimos cinco años. Colin Cieszynski, director estratégico de mercado de CMC Markets, dice que esta baja se debe a que: 1) Menor necesidad de protección frente a inflación (el precio del petróleo haía caído entonces a USD$50 por barril), 2) Menor demanda de refugios defensivos (la incertidumbre por BREXIT ya no estaba en niveles críticos), 3) Las masivas compras de oro que realizaba China ese año, quien aumentó entre 2008 y 2015 sus reservas de oro en un 60% (que implica inherentemente un incremento de la demanda).
1 de septiembre de 2015. Señala (RT en Español, 2015) que algunos expertos señalan que la compra masiva de oro realizada por Rusia y China es parte de una estrategia para la creación de un nuevo instrumento financiero por parte de los BRICS.
6 de septiembre de 2015. (RT en Español, 2015) reporta que retiro de oro de que estaba depositado en la FED de Nueva York. Se estima que el 90% del oro guardado ahí (al menos hasta antes del retiro) pertenecía a potencias extranjeros.
8 de septiembre de 2015. (RT en Español, 2015) reporta que una escasez récord de oro por crisis financiera mundial. Esto se debe a que el oro es por antonomasia el activo de refugio al que los inversionistas acuden en tiempos de incertidumbre. Como puede verificarse en (), esto implica que en pleno 2015 los inversionistas aún percibían la fragilidad estructural del sistema financiero internacional, además de una creciente tensión geopolítica a nivel planetario. En ese momento, el oro alcanzó el que fue su precio más alto en el período 2010-2015.
2 de octubre de 2015. (RT en Español, 2015) señala que los analistas de RBC Capital Markets revelaron que la reciente alza en los precios del oro se debe en parte a la decisión de la Reserva Federal de EE.UU. de no elevar la tasa de interés de los fondos federales. No obstante, señalan que este aspecto positivo para el metal precioso puede pronto llegar a su fin, ya que los analistas de RBC todavía esperan que la Fed suba las tasas en diciembre, causando así la bajada del precio de oro.
17 de octubre de 2015. (RT en Español, 2015) señala que el precio del oro alcanza su máximo en cuatro meses por compra de grandes inversores a causa de su convicción de que era poco probable que la FED aumentase en (2015) las tasas de interés de los fondos de federales.
30 de septiembre de 2015. (RT en Español, 2015) se reporta que los inversionistas advertían señales de procesos especSe percibía mucha especulación y se decide protegerse con oro (mencionar a experto que explica Breton Woods (1971) y consecuencias actuales).
12 de noviembre de 2015. Reporta (RT en Español, 2015) que geólogos chinos hallan 470 toneladas de oro bajo el mar de China oriental, a dos mil kilómetros de profundidad. Llevaban tres años trabajando en ello. Así, tras el descubrimiento China levantó doce plataformas de perforación en un lugar en el que trabajan alrededor de mil personas.
13 de noviembre de 2015. Se reporta por parte de (RT en Español, 2015) que diversos rumores de caída de bolsa dispararon el precio del oro. “El tercer trimestre del año tuvo dos periodos bien diferenciados. Primero, las salidas de la bolsa de los fondos cotizados contribuyeron a la caída de los precios en julio e impulsaron la demanda de los consumidores en todo el mundo. Posteriormente, un cambio positivo en las actitudes de los inversores institucionales provocó el regreso de los fondos cotizados en agosto y septiembre, empujando los precios hacia arriba”, señala el medio citando al World Gold Council (WGC). “La organización explicó que “los bancos centrales compararon otras 175 toneladas de oro, en reconocimiento de los beneficios de diversificación”. Por otro lado, para los expertos la masiva compra del oro por parte de algunos países podría formar parte de una estrategia diseñada para “romper el monopolio del dólar”. El analista Mac Slavo afirma que la “furiosa” compra de oro significa que “un cambio clave de (la) moneda mundial (de reserva) ya está en marcha”. “En el mundo material, que rige la política y la economía, siempre ha habido una regla dorada: quien tiene el oro, crea las reglas”, destacó Slavo. Recientemente, Stanley Druckenmiller, un multimillonario que gestiona fondos de cobertura y está vinculado a George Soros, compró casi tres millones de acciones de oro después de que múltiples rumores advirtieran de que se produciría una caída en las bolsas. Para los expertos financieros, una compra tan importante demuestra que se avecina un fuerte colapso financiero.”
18 de diciembre de 2015. Reporta (Barba, 2015) para Forbes México que el famoso inversor Jim Rogers[13] realizó recomendaciones, basándose en su propia experiencia, sobre las medidas que se pueden tomar antes de que la moneda estadounidense colapse. “Lo que probablemente sucederá es que el dólar se convertirá en una burbuja. El oro, la plata y otros metales preciosos continuarán bajo presión. Ahora, si estoy en lo correcto, venderé mis dólares en el momento adecuado y pondré el dinero en oro y plata […] esa es probablemente la forma en que va a funcionar.”
22 de diciembre de 2015. (RT en Español, 2015) reporta que el Banco de Rusia incrementa reservas de oro en 186 toneladas entre enero y noviembre de 2015, más que en todo el año 2014. Eso se debió a las previsiones existentes por la crisis financiera internacional.
23 de diciembre de 2015. Según (RT en Español, 2015),laCNBC reporta que a pesar de la drástica caída de los precios del oro, los expertos llaman a este metal precioso el “sol” del universo monetario gracias a su demanda siempre insatisfecha.
5 de enero de 2016. Como se verifica en (RT en Español, 2016), Mark O’Byrne, director de investigación de la compañía GoldCore Ltd., uno de los corredores de bolsa más grandes del mundo en el comercio del oro, certifica que el centro de gravedad del oro se mueve a China y se especula sobre el lanzamiento de un yuan respaldado en oro y señala que la creación de esta moneda equivaldría a “asesinar” al dólar.
10 de julio de 2016. La prestigiosa revista Business Insider reporta que: “Alan Greenspan quiere que EE. UU. Vuelva al patrón oro. “Bajo un patrón oro, la cantidad de crédito que una economía puede respaldar está determinada por los activos tangibles de la economía, ya que cada instrumento de crédito es, en última instancia, un derecho sobre algún activo tangible. […] El abandono del patrón oro hizo posible a los estatistas del bienestar utilizar el sistema bancario como un medio para una expansión ilimitada del crédito “. – Alan Greenspan, 1966 BALTIMORE – ¡Ese viejo bribón!” (Business Insider, 2016).
21 de febrero de 2017. El Mises Institute recoge declaraciones de Greenspan en las que este expresa que: “Cuando era presidente de la Reserva Federal solía testificar ante el congresista estadounidense Ron Paul, quien era un firme defensor del oro. Tuvimos algunas discusiones interesantes. Le dije que la política monetaria de Estados Unidos trató de seguir las señales que habría creado un patrón oro. Esa es una política monetaria sólida incluso con una moneda fiduciaria. En ese sentido, le dije que incluso si hubiéramos vuelto al patrón oro, la política no habría cambiado tanto.” (Mises Institute, 2017).
16 de noviembre de 2018. (Lewis, The Gold Standard Didn’t Disappear In 1971, It Just Went Underground, 2018) reporta para Forbes que: “Oficialmente, el patrón oro se considera una tontería supersticiosa, especialmente por parte de los académicos. El hecho de que funcionó muy bien durante siglos, produjo resultados que nadie parece poder lograr hoy y, a diferencia de cualquier otra “superstición” en la historia de la civilización humana, ha sido compartido por los antiguos y modernos, chinos, romanos, persas y Aztecas, aparentemente significa poco para esta gente. Pero extraoficialmente, el oro no solo fue la base del sistema monetario mundial durante siglos hasta la desintegración de Bretton Woods en 1971, sino que también ha sido, en forma aproximada, la base del sistema monetario mundial durante la mayor parte del tiempo desde 1971.”
30 de mayo de 2019. (Mora Lleonart, 2019) señala que Serbia y Filipinas incrementan reservas de oro en sus bancos centrales, lo que es visto como un alejamiento del patrón dólar estadounidense.
9 de junio 2019. (Pedraza, 2019) reporta que los chinos recurren al oro para proteger sus ahorros ante la devaluación del yuan. La desaceleración de la economía de China está empezando a dejar sentir sus efectos sobre los consumidores y empresas. La quiebra de varios bancos en los últimos meses ha aumentado el interés de los inversores por el oro como medio para proteger sus ahorros de la incipiente crisis. Los ciudadanos chinos están empezando a sentir los efectos de la desaceleración de su economía y de la devaluación de la divisa local, el yuan. En los últimos meses, varias entidades financieras de diferentes tamaños han quebrado y los clientes están empezando a sacar sus ahorros de los bancos y a comprar oro como medio de proteger su patrimonio. No es extraño que los chinos opten por el oro como refugio en tiempos inciertos, ya que el país mantiene una especial vinculación con el metal dorado, del que es máximo productor mundial desde hace más de una década, además de ser el mayor consumidor global. Según el diario chino-americano The Epoch Times, la divisa local (yuan o renmibi) sufrió una importante caída a principios de julio, de entre 400 y 300 puntos con respecto al dólar estadounidense.
8 de agosto de 2019. (Lewis, We Just Tested The Gold Standard — It Still Works, 2019) reporta para la revista Forbes que: De hecho, gran parte del tiempo desde 1971 también se ha guiado por el oro. En 1982, el presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, abandonó formalmente el “experimento monetarista” y adoptó un método flexible y ad-hoc que, sin embargo, tenía como objetivo estabilizar el valor del dólar frente al oro y otras materias primas, controlando los vaivenes de los años setenta y principios de los ochenta. Fue ayudado en esto por los otros gobiernos del mundo, que se reunieron en el Acuerdo Plaza en 1985 para lidiar con un dólar que era demasiado fuerte (era $ 300/oz. En ese momento), y nuevamente en el Acuerdo del Louvre en 1987 para lidiar con un dólar que estaba demasiado débil ($ 400/oz. En ese momento). El mundo entero estaba guiando al dólar hacia una banda aproximada de $ 350/oz. Este proceso fue refinado por el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, quien sucedió a Volcker en 1987. Durante su mandato, el valor del dólar frente al oro se estabilizó aún más. Greenspan, un defensor del patrón oro en su juventud, dijo más tarde muchas veces que esto era intencional. En 2004 dijo: [Los] bancos centrales más efectivos en este período de dinero fiduciario tienden a tener éxito en gran parte porque tendemos a replicar lo que probablemente habría ocurrido bajo un estándar de materias primas en general.”
Fuente: (Lewis, We Just Tested The Gold Standard — It Still Works, 2019).
6 de mayo de 2020. (Cava, 2020) señala que China y Rusia acumulan oro. China para reemplazar petrodólar. Estados Unidos, Reino Unido, Rusia e India también están en camino de lanzar sus propias criptomonedas. Es indudable, ha llegado el momento de las criptomonedas. Probablemente será la forma en la que van a llevar a cabo el “reseteo”. El mes pasado, el Banco Popular de China (PBoC) confirmó que los cuatro principales bancos estatales y los gigantes de pagos Tencent y Ant Financial comenzaron las pruebas de pago electrónico en cuatro regiones chinas utilizando el nuevo yuan digital. 19 restaurantes y establecimientos minoristas, incluidos Starbucks, McDonald’s y Subway, participaron en las pruebas piloto. Están considerando la posibilidad de lanzar el yuan digital en los Juegos Olímpicos de invierno de 2022. El lanzamiento de un yuan digital sería muy utilizado por los chinos ya que están muy acostumbrados a los pagos por medios electrónicos. Una moneda digital haría imposible los Quantitative Easing y el helicóptero monetario. La posición oficinal de China es que el dólar estadounidense debe ser reemplazado por una cesta de monedas (dólar, euro, yuan, yen) aprobada por el FMI. Ahora bien, lo más probable es que China realmente no quiera esa opción, porque en el caso de lanzar esa “cesta” de monedas, los Estados Unidos seguirían teniendo el control. El BPoC no ha confirmado todavía que la moneda digital vaya a ser respaldada por oro, pero es seguro que si finalmente se lanzase una moneda digital respaldada por oro el dólar estallaría en pedazos. Estamos ante una estrategia que comenzó en el año 2000 cuando China y Rusia acordaron trabajar juntos para ir reduciendo el uso del dólar en sus transacciones comerciales, comenzando por las transacciones entre ellos. Y por ese motivo han ido acumulando cautelosamente oro.
2 de julio 2020. (BBC News Mundo, 2020): “Oro de Venezuela: tribunal británico niega al gobierno de Maduro acceso al oro depositado en el Banco de Inglaterra por considerar a Guaidó el presidente. El Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra ratificó este jueves que Reino Unido “reconoce” a Juan Guaidó como el presidente interino de Venezuela en la disputa generada por el intento del gobierno de Nicolás Maduro por vender lingotes de oro depositados en el Banco de Inglaterra.”
18 de junio de 2020. (Pichel, 2020) reporta para BBC: “Oro de Venezuela: por qué el Banco de Inglaterra retiene 31 toneladas de lingotes del país sudamericano (y cuál es la pelea política y judicial que genera). 31 toneladas de oro están en el centro de una disputa legal entre el Banco Central de Venezuela (BCV) y el Banco de Inglaterra. Los lingotes de oro, valorados en US$1.000 millones, están en las bóvedas de la institución inglesa y pertenecen a Venezuela, que ahora quiere venderlos y usar los fondos para combatir la propagación del coronavirus en el país, según afirma el gobierno de Nicolás Maduro.”
7 de septiembre de 2020. (RT en Español, 2020) informa que se verifican pronósticos del economista Peter Schiff sobre el oro. En concreto, el experto había vaticinado un colapso de la moneda virtual (del Bitcoin y de las criptomonedas en general a la par de una apreciación del dólar).
22 de mayo de 2021. (RT en Español, 2021) señala que Richard Kelly, jefe de estrategia global del fondo de cobertura canadiense TD Securities, dijo a CNBC que recomendaba fuertemente invertir en oro.
26 de mayo de 2021. (RT en Español, 2021) reporta que, en mayo de 2021, la debilidad del dólar y la caída del precio del Bitcoin llevaron al precio del oro a su máximo desde enero de 2021.
29 de mayo de 2021. (RT en Español, 2021) reporta que el Bitcoin experimenta una brusca caída en su precio, lo cual dispara precio del oro debido al incremento de demanda como activo de refugio.
31 de mayo de 2021. Kiyosaki recomienda comprar oro para protegerse de la devaluación del dólar, aún por encima del bitcoin debido a su estabilidad, según lo reportado por (RT en Español, 2021).
1 de junio de 2021. A juzgar por lo que reportan (Becedas & Nieves, 2021), el oro es menos volátil que el Bitcoin. Así, “Nikolaos Panigirtzoglou, estratega de JP Morgan y experto en criptodivisas, explica que “había argumentado anteriormente que el hecho de que el bitcoin no superara con claridad el umbral de los 60.000 dólares generaría unas señales más bajistas e inducirían a que se deshicieran más posiciones en la criptomoneda, y que esto probablemente haya sido un factor significativo en la corrección de la semana pasada” (…) “No hay duda de que la dinámica de auge y caída de las últimas semanas representa un revés para la adopción institucional de estos criptoactivos y, en particular, el bitcoin y ethereum. Observamos que el mero aumento de la volatilidad, especialmente en relación con el oro, es un impedimento para promover su adopción institucional, ya que reduce el atractivo del ‘oro digital’ frente al oro tradicional en las carteras institucionales”, sentencia Panigirtzoglou.”
3 de junio de 2021. (RT en Español, 2021) reporta que Rusia dejará de emplear el dólar en sus reservas del Fondo de Bienestar Nacional dentro de un mes. Reemplazará unos 40.000 millones de dólares de ese organismo con oro y otras divisas para minimizar el riesgo de sufrir sanciones por parte de EE.UU.
En este asunto parece existir un divorcio marcado entre lo que se dice en el mundo académico y la práctica de los bancos centrales. En el mundo académico (ortodoxo o no) predomina la tesis de que el dinero se ha desmaterializado completamente y el oro no cumple rol alguno. Pero pasan los años y las décadas y los bancos centrales no se desprenden del oro (al menos no los de los países industrializados), y los responsables de política monetaria siguen recurriendo al “vil metal” como reserva última de valor. Subsiste hasta estos días la incapacidad académica de teorizar acerca de la vigencia del patrón oro en el sistema monetario moderno.
III.II. SOBRE LA TEORÍA DE LAS REGIONES MONETARIAS ÓPTIMAS
III.II. I. GENERALIDADES
Como explica (Brown del Rivero, 2018, pág. 1), la teoría de las Áreas Monetarias Óptimas (amo) ha seguido un desarrollo paralelo al proceso de integración europea. Si bien esta teoría precede al sistema monetario europeo, su desarrollo se ha dado a la par de esta experiencia. Hasta antes de la crisis del euro se podían distinguir dos etapas en el desarrollo de la teoría de las AMO, la primera enfocada al análisis de las condiciones apropiadas para crear o pertenecer a una unión monetaria y, la segunda, al análisis de sus costos y beneficios. A raíz de la crisis del euro se puede distinguir una tercera etapa en la que han quedado al descubierto algunas limitaciones y aspectos que en su momento no merecieron suficiente atención. En esta etapa adquiere una relevancia crítica el diseño institucional de una unión monetaria. Una de las principales limitaciones se refiere a la magnitud y naturaleza de los choques asimétricos, así como la conveniencia de los mecanismos propuestos para compensarlos. Entre los problemas no anticipados están las crisis de confianza que se derivan del rápido crecimiento de la carga fiscal y la falta de solvencia de algunos gobiernos, agravada por la pérdida de capacidad para emitir en una moneda autónoma. Otro tema ausente en la teoría de las AMO es la ausencia de garantías a nivel federal para los depósitos bancarios en los países afectados.
iii.ii. ii. teoría de las regiones monetarias óptimas
III.II. II.I. ETAPAS HISTÓRICAS-TEÓRICAS DE DESARROLLO DE LA TEORÍA
III.II. II.I. I. PRIMERA ETAPA
Como señala (Brown del Rivero, 2018, págs. 73-75), esta surgió de las contribuciones de Mundell (1961), McKinnon (1963) y Kenen (1969) que se centraron en establecer las condiciones óptimas bajo las cuales conviene a un país o un grupo de países fijar sus tipos de cambio res-pecto a otra moneda o formar parte de una unión monetaria. En esos años no existía movilidad de capitales a nivel internacional por lo que el tipo de cambio representaba una variable poderosa para ajustar los desequilibrios con el exterior. Las condiciones óptimas comprenden los siguientes aspectos:
Simetría. El requisito más importante para el buen funcionamiento de un área monetaria es que no existan choques asimétricos y que no haya reacciones asimétricas ante perturbaciones externas. Para que un choque asimétrico (un cambio brusco en la demanda, tendencia de crecimiento del PIB, desempleo, inflación) constituya un problema importante, es necesario que tenga un impacto macroeconómico significativo a escala nacional, ya que, si el efecto se concentra en un sector económico o una región compartida con países vecinos, un ajuste en el tipo de cambio es insuficiente para corregirlo. Es más efectiva una política común o una coordinación de políticas nacionales para hacer frente a este tipo de situaciones. Entonces, podemos distinguir entre choques nacionales y regionales. Los primeros suponen la existencia de diferencias sustanciales en las economías de los países y de comercio de tipo interindustrial entre ellos. Los choques regionales suponen, por el contrario, la existencia de condiciones similares y una pauta de comercio intraindustrial. Ajustes en los tipos de cambio podrían ayudar a atenuar los choques nacionales, siempre que no se traduzcan en movimientos proporcionales en los precios, pero no serían efectivos cuando se trata de choques regionales que afectan a dos o más países.
Flexibilidad de precios y salarios. Ante la pérdida del tipo de cambio como variable de ajuste, adquiere una importancia especial el grado de flexibilidad con que funcionan los mercados de productos y de trabajo, pues ambos sirven de sustitutos para corregir los desequilibrios con el exterior. Mientras más flexibles sean los precios y salarios, más rápida será la realineación de los precios relativos y menores los efectos negativos sobre el empleo y la inflación.
Movilidad de los factores de producción. Una elevada integración de los mercados de factores, particularmente de trabajo, reduce la necesidad de ajustar los precios reales. La movilidad de factores sustituye en este caso al tipo de cambio como mecanismo de ajuste externo. Se pensaba que la integración de los mercados financieros permitiría amortiguar los choques temporales por medio de flujos de capital para reducir los diferenciales de tasas de interés en el largo plazo (Mundell, 1961). No obstante, como se verá adelante, puede ser un nuevo factor de perturbación.
Integración fiscal. Kenen (1969) puso énfasis en la necesidad de un sistema de transferencias fiscales a nivel de estados que permita redistribuir recursos hacia los países o regiones afectados negativamente por algún choque asimétrico, ante la ausencia de los tipos de cambio como mecanismo de ajuste. Además de una bolsa de recursos fiscales comunes, sería deseable una armonización impositiva, pero ello representa un enorme obstáculo político.
Integración de los mercados financieros. De acuerdo con Ingram (1962) este tipo de integración puede reducir la necesidad de realizar ajustes en los tipos de cambio. Puede amortiguar temporalmente las circunstancias adversas mediante la entrada de capitales provenientes de zonas superavitarias o la desacumulación de activos extranjeros cuando se hayan superado las dificultades. Cuando se tiene un alto grado de integración financiera, aún los cambios modestos en tasas de interés pueden equilibrar los movimientos de capitales entre países socios.
Grado de apertura de la economía. Para McKinnon (1963), la renuncia del tipo de cambio no es una pérdida significativa para los países muy abiertos al comercio internacional. Mientras más abiertas son las economías, mayor es el impacto de los precios de los bienes comerciables sobre el nivel de precios doméstico con lo cual se requieren menos ajustes en otras variables. Las economías más pequeñas tienden a ser las más abiertas y las que más se benefician de una unión monetaria.
Diversificación de la producción y el consumo. Una alta diversificación de la producción y el consumo, así como de las exportaciones e importaciones, reduce los efectos de perturbaciones específicas sobre un sector. Esta diversificación permite cierto aislamiento ante dichos choques y evita la necesidad de ajustes en los términos de intercambio a través de variaciones en el tipo de cambio (Kenen, 1969).
Similitud en las tasas de inflación. Gran parte de los desequilibrios en la balanza de pagos surgen de diferencias en los niveles de inflación de los países. Por lo tanto, la necesidad de corregir los desajustes en las cuentas con el exterior es menor cuan-do la inflación es similar a la de los países socios. La existencia de niveles de precios similares entre los países que forman una unión monetaria evita variaciones en los términos de intercambio y en la necesidad de ajustar la cotización de las monedas (Fleming, 1971).
Integración Política. La voluntad política es un elemento fundamental en cualquier unión monetaria. Implica no sólo compartir decisiones, sino sujetarse a las normas y disposiciones que adopten instituciones supranacionales, aun cuando éstas afecten intereses nacionales. En palabras de Mintz (1970), “la principal, y quizás única, condición real para la institución (de una unión monetaria) es la voluntad política de integrarse por parte de los posibles miembros”. Esta es la misma conclusión a la que llegaron también Bordo y Jonung (1999) y Bordo y James (2008), después de analizar diferentes experiencias de uniones monetarias.
iii.ii. ii.i. ii. segunda etapa
Como señala (Brown del Rivero, 2018, pág. 75), la segunda etapa de las AMO surgió al tiempo que empezó a darse el movimiento de capitales a nivel internacional después de la caída del Sistema Bretton Woods. Los trabajos de Corden (1972), Mundell (1973) e Ishiyama (1975) se enfocaron al análisis de los costos y beneficios de una unión monetaria. A partir de entonces, se evalúan los costos de una unión monetaria desde una perspectiva macroeconómica, mientras que los beneficios se analizan bajo un enfoque microeconómico.
iii.ii. ii.I. III. TERCERA ETAPA
Como se señala (Brown del Rivero, 2018), la creación del euro indujo en buena parte de los inversionistas una percepción de que los riesgos asociados con la inversión en algunos países del sur habían desaparecido. La inversión masiva de recursos provenientes de Alemania y otros países del norte de Europa en la región mediterránea provocó un auge económico y tasas inflacionarias más altas en España, Grecia y Portugal comparadas con las de Alemania (figuras 1 y 2).
Fuente: (Brown del Rivero, 2018, pág. 80).Fuente: (Brown del Rivero, 2018, pág. 80).
Estos países del sur de Europa acumularon considerables déficits en cuenta corriente que requirieron del financiamiento externo para solventarlos (figura 3).
Fuente: (Brown del Rivero, 2018, pág. 81).
Contrario a lo que general-mente sucede, el origen de dichos déficits de cuenta corriente no fue la existencia de desequilibrios equivalentes en sus finanzas públicas (figura 4), sino por el monto y la composición de los flujos de inversión extranjera directa (IED) que recibieron.
Fuente: (Brown del Rivero, 2018, pág. 81).
Las naciones del sur atrajeron mayor proporción de IED en el sector inmobiliario (figura 5) que lo que la atrajeron al sector productivo, mientras que en los países del norte sucedió lo contrario. Esto provocó un cambio en la composición de los acervos de capital entre los sectores de bienes comerciables (transables) y no comerciables (no transables). Los países del norte incrementaron su producción de bienes comerciables y los países del sur la de bienes no comerciables, de ahí que en los primeros la balanza comercial y la cuenta corriente mejorara, mientras que en los segundos empeorara. Eso viéndolo únicamente desde el punto de vista contable, ignorando sus connotaciones de economía geopolítica y el drama social en el que derivó.
Fuente: (Brown del Rivero, 2018, pág. 82).
La situación competitiva de los países tuvo un comportamiento divergente desde el año 2000 y hasta 2009. Los tipos de cambio efectivos con base en los costos laborales en Irlanda, Portugal, España, Italia y Grecia se deterioraron significativa-mente, como se puede apreciar en la figura 6. En cambio, en Alemania mejoraron en forma notable. Esto se debe a políticas salariales divergentes y a diferencias en el ritmo de implantación de la agenda de reformas estructurales acordadas en la Estrategia de Lisboa.
Fuente: (Brown del Rivero, 2018, pág. 82).
Entonces, contrariamente a lo planteado por Frankel, la creación del euro se convirtió en sí misma en un choque asimétrico de proporciones no anticipadas que pudo solventarse mientras los flujos de capital privado se mantuvieron hacia los países del sur. Una vez que disminuyeron, los precios y los costos laborales unitarios se habían situado muy por encima de los de Alemania, su referente más competitivo. Las políticas comunes y los mecanismos al alcance del Banco Central Europeo fueron insuficientes para corregir los desequilibrios acumulados. Entonces, lejos de propiciar un mayor grado de convergencia entre las economías, la creación del euro produjo el resultado contrario (figura 7).
Fuente: (Brown del Rivero, 2018, pág. 83).
iii.ii. ii. el fracaso del euro (y no del ideal de integración)
En línea con lo que mencionaba Rafael Correa al plantear su posición sobre la desdolarización del Ecuador, que algunos países de la Unión Europea tengan los ya conocidos Programas de Estabilización Económica (PEE) del Fondo Monetario Internacional (FMI), mediante los cuales se busca asesorar “(…) a los países miembros sobre políticas económicas y financieras que fomenten la estabilidad, reduzcan la vulnerabilidad ante las crisis y estimulen el crecimiento sostenido y un alto nivel de vida.” (Fondo Monetario Internacional, 2016) entra en franca contradicción con el hecho probado por la experiencia práctica de que para que una integración monetaria sea exitosa los países deben tener libertad de ejecutar su política fiscal para protegerse de circunstancias adversas y evitar recisiones profundas. En palabras de Stiglitz[14], “Además, las normas deben tener la flexibilidad suficiente para adaptarse a las distintas circunstancias, creencias y valores. Europa ha consagrado esta idea en su principio de subsidiariedad, en función del cual la responsabilidad de las políticas públicas recae sobre las instancias nacionales, y no sobre las europeas, en el mayor número de decisiones posible. En realidad, dado que el presupuesto de la Unión Europea representa solo alrededor del 1% de su PIB (a diferencia de Estados Unidos, donde el gasto federal constituye más del 20 por ciento del PIB), el gasto de la Unión Europea como tal es escaso. Ahora bien, en un terreno crucial para el bienestar personal de los ciudadanos —las políticas monetarias, fundamentales para determinar el desempleo y las bases para la subsistencia—, el poder sí se centralizó en el BCE, creado en 1998. Y dadas las firmes limitaciones al gasto deficitario, a los países no se les dio la flexibilidad suficiente para llevar a cabo su política fiscal (impuestos y gastos), que habría permitido afrontar unas circunstancias adversas y evitar una recesión profunda.” (Stiglitz, Cómo la moneda común amenaza el futuro de Europa, 2016).
Sin embargo, la cosa no acaba ahí. “Existe abundante literatura económica que pregunta lo siguiente: ¿qué es necesario para que un grupo de países comparta una moneda común y alcance la prosperidad? Existía entre los economistas el consenso de que, para que la moneda única funcionara, era necesario que hubiera suficientes similitudes entre los países. Puede discutirse qué tipo de similitud se necesita, pero baste decir que lo que muchos europeos (sobre todo alemanes) consideraban imprescindible —la tendencia a la llamada prudencia fiscal, bajos déficits y bajo en miento— no era suficiente para garantizar el funcionamiento del euro, y quizá ni siquiera necesario. Se daba tanta importancia a estas preocupaciones fiscales que se les dio el nombre de “criterios de convergencia”. Pero el diseño del euro fomentaba la divergencia: cuando un país sufría una “conmoción” adversa, los países más fuertes salían ganando a costa de los más débiles. Y las propias limitaciones fiscales impuestas como parte de esos criterios de convergencia —límites al déficit y la en relación con el PIB— también alimentaron la divergencia. En concreto, la estructura de la eurozona hizo que la gente —sobre todo las personas de más talento y más formación— y el capital fluyeran de los países pobres y con mal comportamiento económico a los países ricos y en buena situación. Estos últimos podían invertir en mejores escuelas e infraestructuras. Sus bancos podían prestar más dinero, por lo que los emprendedores tenían más facilidades para poner en marcha nuevos negocios. Peor aún, las restricciones de la Unión Europea impedían que los países que estaban quedándose atrás emprendieran determinadas políticas que habrían podido ayudarlos a alcanzar a los más avanzados. Dejando al margen la retórica sobre la solidaridad, la realidad es una Europa más dividida, con menos posibilidades de emprender las políticas capaces de devolver la prosperidad a la región.” (Stiglitz, Cómo la moneda común amenaza el futuro de Europa, 2016).
Lo anterior significa que una integración monetaria demanda entonces también una política social común (o al menos coordinada, en su defecto) y, por consiguiente, también un presupuesto común (o, en su defecto, una coordinación sobre la ejecución presupuestaria) para que así, a pesar de las asimetrías de los sistemas económicos, cada país y como un bloque alcancen desde determinadas aristas un crecimiento sostenido y un alto nivel de vida. Estados Unidos es el caso exitoso de integración monetaria y, como señalaba Correa, en los cincuenta Estados o existe un mismo ciclo económico o se busca minimizar estos desajustes a través de la perfecta movilidad de la fuerza de trabajo; sin embargo, en la práctica estos desajustes no sólo son compensados por la perfecta movilidad de la fuerza de trabajo, sino también por un conjunto de políticas públicas que, en general, son federales (que implica su coordinación y comunalidad). Los requerimientos de países subdesarrollados como Portugal, Grecia o España en materia de políticas públicas, fundamentalmente en materia de políticas económicas, son significativamente distintos que los requerimientos que poseen países desarrollados como Francia o Alemania.
En el caso de la zona euro, las políticas monetarias se llevan a cabo desde el Banco Central Europeo (BCE), cuyas actividades son “Fijar los tipos de interés tipos de interés a los que presta a los bancos comerciales en la zona del euro (también conocida como la eurozona), controlando de esta forma la oferta monetaria y la inflación. También gestiona las reservas de divisas de la zona del euro y la compra y venta de divisas para mantener el equilibrio de los tipos de cambio. Garantiza que las autoridades nacionales supervisen adecuadamente los mercados e instituciones financieros y que los sistemas de pago funcionen bien Garantiza la seguridad y la solidez del sistema bancario europeo. Autoriza la fabricación de billetes de euros por parte de los países miembros de la zona euro. Vigila la evolución de los precios y evalúa los riesgos para la estabilidad de los precios.” (Unión Europea, 2016) y como la dualidad de la política económica es inexorable, para controlar simultáneamente todas estas variables de carácter nominal a través de la política monetaria, los países miembros se encuentran en la obligación, también inexorable, de coordinar sus políticas fiscales por las repercusiones que las variables nominales tienen de diversas formas en las variables reales. Por ejemplo, los diferenciales de inflación han hecho que Alemania reduzca sus costos en relación a sus países vecinos, lo cual aunado a las asimetrías tecnológicas favorables a Alemania[15] inclina la balanza comercial de un solo lado en términos de los productos ganadores en el mercado mundial, entendidos estos como aquellos con alto componente tecnológico, en cuya producción se alcanza el liderazgo únicamente a través del proceso de destrucción creativa del que hablaba Schumpeter, el cual solo es posible mediante altos niveles en investigación y desarrollo. El objetivo primordial de la política monetaria es la estabilidad de precios, sin embargo, hemos visto las tasas de inflación en los países industrializados como Alemania han sido bajas respecto a los países de la periferia, a tal punto que invertir ese fenómeno fue la sugerencia reciente que Paul Krugman[16] ha hecho para poder salvar el euro (puesto que la falta de competitividad sistémica en países como España, Grecia y Portugal, en combinación con la pérdida de competitividad por inflación -lo que denota cuán desalineados están los objetivos de política monetaria de ambos tipos de países-, el ingreso de euros a la economía española merma). Esto se recoge en una entrevista realizada por Xavier Sala-i-Martí[17]: “Creo que, si se pudiera combinar una inflación superior en el centro que en la periferia con una intervención del Banco Central Europeo (BCE) como prestamista de última instancia, el euro se podría salvar.” (Sala-i-Martí, 2016).
Y esto no es nuevo en lo absoluto, el papel del BCE fue descrito a la perfección cuando Stiglitz planteó, ante la inminente crisis griega, que “Nada ilustra mejor las contracorrientes políticas, los intereses especiales y las miopes decisiones económicas que afectan a Europa hoy día que el debate sobre la reestructuración de la pública griega. Alemania insiste en una profunda reestructuración –un «recorte» de al menos el 50% para los acreedores– mientras que el Banco Central Europeo insiste en que las reestructuraciones de deben ser voluntarias.” (Stiglitz, Project-Syndicate, 2016), por tanto, que la Eurozona hable alemán no es ninguna novedad, basta con ver en dónde está ubicada la sede del Banco Central Europeo.
Así, se explica la “crónica de una muerte anunciada” del euro, mucho antes de la configuración del área monetaria óptima en sí misma, el euro nació muerto producto de la arquitectura que se diseñó para la región de integración monetaria.
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[6] El trabajo visto como realización de una tarea técnica específica, que es el que da el valor de uso. Por ejemplo, el carpintero fabrica sillas para que alguien se pueda sentar en ellas.
[7] El trabajo visto como cristalización objetiva de desgaste físico y mental de los seres humanos, el cual es el que da el valor de cambio, cuya expresión monetaria es el precio.
[8] Como se verifica en (Banton, 2021), “El path-dependency o dependencia de la ruta explica el uso continuo de un producto o práctica en función de preferencias o usos históricos. Una empresa puede persistir en el uso de un producto o práctica incluso si existen alternativas más nuevas y eficientes. La dependencia de la ruta se produce porque a menudo es más fácil o rentable continuar por una ruta ya establecida que crear una completamente nueva. Los académicos describen la dependencia de la trayectoria en el contexto del enfoque histórico-institucionalista de la ciencia política. La teoría detrás del enfoque es que las instituciones cambian menos de lo esperado y limitan el avance. La razón de la falta de cambio es que los legisladores hacen suposiciones, toman decisiones importantes y no aprenden de la experiencia. La dependencia de la ruta también puede ser el resultado de la incapacidad o la renuencia a comprometerse con el cambio debido a las implicaciones de costos. Un pueblo que se construye alrededor de una fábrica es un buen ejemplo de dependencia de caminos. Idealmente, una fábrica está ubicada a cierta distancia de las áreas residenciales por varias razones. Sin embargo, las fábricas a menudo se construyen primero y las casas y los servicios de los trabajadores se construyen cerca. Sería demasiado costoso trasladar una fábrica ya establecida, aunque sería mejor para la comunidad si estuviera ubicada en las afueras de la ciudad.” Los factores culturales también, evidentemente, juegan aquí un rol relevante.
[9] “En economía, se conoce como síndrome holandés, también conocido como mal neerlandés o enfermedad neerlandesa, a los efectos perniciosos provocados por un aumento significativo en los ingresos en divisas de un país (…) El término surgió en la década de 1960 cuando los ingresos en divisas de los Países Bajos aumentaron considerablemente a consecuencia del descubrimiento de grandes yacimientos de gas natural en Slochteren, cerca del Mar del Norte (…) Como resultado del incremento de ingresos de divisas, el florín, la moneda neerlandesa, se apreció, es decir, aumentó su valor perjudicando la competitividad de las exportaciones no petroleras del país. De ahí el nombre de este fenómeno, que, si bien no se relaciona con el descubrimiento de algún recurso natural, puede ser el resultado de cualquier hecho que genere grandes entradas de divisas, como un notable repunte de los precios de un recurso natural, la asistencia externa y la inversión extranjera directa.” (Wikipedia, 2021).
[10] Quiere decir que estimula a que las exportaciones sean de productos primarios (agropecuarios) y las importaciones de productos secundarios (industrializados). Esto es así porque con dólares resulta más barato importar productos secundarios que con una moneda con menor valor que el dólar, mientras que se pierde competitividad al exportar productos puesto que para los compradores internacionales (cuya moneda local no es el dólar) resulta más caro adquirir los productos del país dolarizado (para este caso Ecuador), salvo el petróleo (que está tasado en dólares, de ahí el término petrodólares, que es la unidad monetaria que designa la reserva de dólares de países productores de petróleo obtenidos por la venta de crudo).
[11] Las características de la reproducción ampliada negativa son la destrucción física de los elementos de la producción, la descalificación de los elementos de la producción, la disolución entre la ligazón de los elementos de la producción, reagrupamiento de las fuerzas productivas en el sentido del consumo improductivo. Como señala Bujarin, “No se trata aquí de una reproducción ampliada, ni siquiera de una reproducción simple; tenemos una subproducción creciente.” (Bukharin, 2007, pág. 82).
[12] Alan Greenspan (nacido en Nueva York el 6 de marzo de 1926) es un economista estadounidense que fue presidente de la Reserva Federal de EE.UU. entre 1987 y 2006. Obtuvo la licenciatura en economía en 1948, la maestría en economía en 1950 y su doctorado en economía en 1977, todos por la Universidad de Nueva York.
[13] James B. Rogers, Jr. es célebre inversor estadounidense, así como un comentarista financiero. Cofundó junto con George Soros el Quantum Fund y el Soros Fund Management. Es también profesor dentro de los Estados Unidos a nivel de college, así como también escritor y creador de un índice respecto de productos genéricos (commodities) que se conoce como Rogers International Commodity Index (RICI). Rogers está afincado en Singapur, y es el Chairman de ‘Rogers Holdings and Beeland Interests, Inc’.
[14] Joseph Eugene Stiglitz es un economista y profesor estadounidense. Recibió la Medalla John Bates Clark y fue laureado con el “premio en Ciencias Económicas del Banco Nacional de Suecia en honor a Alfred Nobel” (conocido popularmente como “premio Nobel de Economía”); el Premio de Ciencias Económicas no fue establecido por Alfred Nobel, sino creado en 1968 por iniciativa del Banco Central de Suecia en Memoria de Alfred Nobel y administrado por la Fundación Nobel para ser otorgado por la Academia Real de Ciencias de Suecia. Asimismo, ha sido uno de los autores principales en el Grupo intergubernamental de expertos sobre el cambio climático (IPCC). Es miembro de la Pontificia Academia de Ciencias Sociales. Fue primer vicepresidente y economista jefe del Banco Mundial y desempeñó labores en la administración del presidente Clinton como presidente del consejo de consejeros económicos.
[15] España, Grecia y Portugal invierten 12,820.756, 1,488.74 y 2,229.134 millones de euros en investigación y desarrollo, respectivamente. Lo anterior contrasta con las inversiones de países como Francia y Alemania que invierten 48,107.8 y 83,636.5, respectivamente Fuente especificada no válida..
[16] Paul Robin Krugman es un economista estadounidense. Es profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton, profesor centenario en Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres, académico distinguido de la unidad de estudios de ingresos Luxembourg en el Centro de Graduados de CUNY, y columnista op-ed del periódico New York Times. Fue laureado con el “premio en Ciencias Económicas del Banco Nacional de Suecia en honor a Alfred Nobel” (conocido popularmente como “premio Nobel de Economía”). El Premio de Ciencias Económicas no fue establecido por Alfred Nobel, sino creado en 1968 por iniciativa del Banco Central de Suecia en Memoria de Alfred Nobel y administrado por la Fundación Nobel para ser otorgado por la Academia Real de Ciencias de Suecia
[17] Xavier Sala i Martín (Cabrera de Mar, Barcelona, 17 de junio de 1962) es un economista y publicista estadounidense de origen español, profesor en la Universidad de Columbia y conocido por sus estudios sobre crecimiento económico, campo en el que es considerado uno de los economistas más destacados. Ha apoyado, mediante argumentos económicos, la conveniencia de la independencia de Cataluña. Defensor de los procesos de globalización, ha sido considerado por Vicenç Navarro «uno de los portavoces más visibles (y estridentes) del pensamiento neoliberal en España». Véase (Wikipedia, 2021).