SOBRE LA VISIÓN MARXISTA DE LA EXISTENCIA COMO ESTRUCTURA ORGÁNICA OBJETIVA (BORRADOR)

II.XI. Ley de Conexión Universal y Acción Recíproca

Como señalan (Fundación Gustavo Bueno, 2021), (Rosental & Iudin, 1971, págs. 78-79) y (Frolov, 1984, págs. 76-77), la conexión y la acción recíproca entre los objetos y los fenómenos de la Naturaleza y de la Sociedad tienen un carácter universal. La dialéctica materialista sostiene por eso, que ni un solo fenómeno de la Naturaleza y de la Sociedad puede ser comprendido si se le toma fuera de sus conexiones con los fenómenos circundantes. Por ejemplo, el sistema solar representa un todo único, todas sus partes se hallan en conexión mutua, en acción recíproca. La conexión mutua tiene lugar entre los animales y las condiciones geográficas que los rodean. En la sociedad humana, todas sus parten se hallan también en la más íntima relación mutua y recíproco condicionamiento. Así, tal o cual ideología puede ser comprendida sólo en relación con todo el conjunto de las condiciones materiales de la vida de la sociedad, con la lucha de clases, etc. Todo régimen y movimiento sociales que aparecen en la historia deben ser juzgados desde el punto de vista de las condiciones que los han engendrado y a los que se hallan vinculados; el régimen de la esclavitud, dentro de las condiciones modernas, es un absurdo, pero dentro de las condiciones de desintegración del régimen del comunismo primitivo era un fenómeno perfectamente lógico y natural, y representaba un progreso en comparación con el comunismo primitivo. De igual forma, no se puede explicar científicamente un fenómeno tal como las guerras imperialistas si se las separa del modo de producción capitalista, de las contradicciones efectivas del capitalismo. Por eso hay que abordar cada fenómeno desde el punto de vista histórico. Lo que es real y natural en unas condiciones históricas pierde todo sentido en otras. La existencia de la acción recíproca entre los fenómenos no supone que todas las causas y efectos sean importantes en igual grado: el método dialéctico exige que se indaguen las bases de esa interacción, que se establezcan las causas decisivas, fundamentales, que condicionaron tal o cual fenómeno.

Así, por oposición a la metafísica, la dialéctica materialista no considera la naturaleza como un conglomerado casual de objetos y fenómenos, desligados y aislados unos de los otros y sin ninguna relación de dependencia entre sí (puesto que ello termina siempre por derivar en una concepción de la naturaleza como una aglomeración caótica de hechos accidentales), sino como un todo articulado y único, en el que los objetos y fenómenos se hallan orgánicamente vinculados unos a otros, dependen unos de otros y se condicionan los unos a los otros. Por eso, el método dialéctico entiende que ningún fenómeno de la naturaleza puede ser comprendido si se le enfoca aisladamente, sin conexión con los fenómenos que le rodean, pues todo fenómeno, tomado de cualquier campo de la naturaleza, puede convertirse en un absurdo, si se le examina sin conexión con las condiciones que le rodean, desligado de ellas; y por el contrario, todo fenómeno puede ser comprendido y explicado, si se le examina en su conexión indisoluble con los fenómenos circundantes y condicionado por ellos.

Sin embargo, la dialéctica materialista plantea que no basta tener en cuenta el encadenamiento de causas y efectos, sino que es preciso subrayar también que la causa y el efecto actúan el uno sobre el otro. Así, todo régimen político está determinado por el régimen económico que lo ha engendrado. Pero a su vez, el poder político ejerce una influencia considerable sobre el régimen económico. No es posible analizar el modo de producción capitalista, que se halla desgarrado por las contradicciones y no es más que una traba al desarrollo de las fuerzas productivas, sin tener en cuenta el papel que desempeña el poder político de la burguesía, pues ésta, todavía en el poder, trata de eternizar por todos los medios el modo de producción fundado sobre la explotación del hombre por el hombre. Los fenómenos deben ser enfocados desde el punto de vista de su interacción y de su condicionamiento recíproco, pues se cometería un error grosero si sólo se dijera que las relaciones de producción están en función de las fuerzas productivas. Sería un procedimiento unilateral, porque, engendradas por las fuerzas productivas, las relaciones de producción desempeñan, si corresponden a las fuerzas productivas, un papel importantísimo en el desarrollo de estas últimas (y en caso contrario, un papel importantísimo en el freno a su desarrollo).

El alcance y la importancia del principio de la conexión y de la interacción de los fenómenos, reside en que destaca claramente un hecho esencial: el mundo real está regido por leyes. El encadenamiento de los fenómenos significa que las contingencias no dominan en la naturaleza y en la sociedad; que son las leyes objetivas, independientes de la voluntad y de la conciencia humanas, las que determinan el desarrollo. La conexión y la interacción de la causa y del efecto condicionan el curso necesario de los fenómenos de la naturaleza y la vida social. Hay que estudiar los regímenes y los movimientos sociales desde el punto de vista de las condiciones que los han engendrado y a las cuales están vinculados. En nuestros días, sería absurdo el régimen de esclavitud, mientras que en la época en que la comuna primitiva se disgregaba, representaba un fenómeno necesario, un paso adelante. Del mismo modo, el régimen capitalista, progresivo en ciertas condiciones históricas, constituye hoy un obstáculo al progreso de la sociedad.

Saber abordar los hechos reales es tener en cuenta las condiciones concretas de lugar y tiempo, por lo que la concatenación de los fenómenos de la forma antes expuesta ayuda a mostrar la sofística y el eclecticismo que reside en aquellas separaciones arbitrarias de ciertos aspectos de un fenómeno complejo, en la confusión de considerar equivalentes condiciones históricas diferentes, en la transposición mecánica en una situación nueva lo que no es valedero sino en una situación dada, etc.

Esta ley es la ley más general de la existencia del mundo; constituye el resultado y la manifestación de la interacción universal de todos los objetos y fenómenos, es la regularidad más general de la existencia del mundo. Expresa la unidad estructural interna de todos los elementos y propiedades en cada sistema íntegro, así como los nexos y relaciones infinitamente diversos del sistema dado con los sistemas o fenómenos que le rodean. En esta ley se manifiestan la unidad del mundo material y la determinación de cualquier fenómeno por otros procesos materiales, es decir, la interacción universal de los cuerpos condiciona la existencia misma de los objetos materiales concretos y todas sus peculiaridades específicas. La conexión universal de los fenómenos tiene manifestaciones infinitamente diversas. Incluye las relaciones entre las propiedades particulares de los cuerpos o de los fenómenos concretos de la naturaleza, relaciones que encuentran su expresión en leyes específicas; también incluye las relaciones entre las propiedades universales de la materia y las tendencias de desarrollo que encuentran su manifestación en las leyes dialécticas universales del ser. De ahí que toda ley sea una expresión concreta de la conexión universal de los fenómenos. Gracias a tal conexión, el mundo no constituye un amontonamiento caótico de fenómenos, sino un proceso universal único, sujeto a ley del movimiento, es decir, es un proceso lógico único de movimiento y desarrollo de la materia.

Los nexos entre los objetos y los fenómenos pueden ser directos o indirectos, permanentes o temporales, esenciales o inesenciales, casuales o necesarios, funcionales (dependencia funcional) o no funcionales, etc. La conexión universal de los fenómenos se halla estrechamente vinculada a la causalidad, más la causa y el efecto como tales sólo pueden ser examinados al margen de la conexión universal de unos fenómenos con otros. Si la causa y el efecto, por el contrario, se ponen en conexión con el todo, pasan una al otro, se transforman en conexión e interacción universales. Constituye un caso particular de esta interconexión la retroconexión en todos los sistemas que se regulan automáticamente.

Debe establecerse además que no es posible reducir a la mera interacción física de los cuerpos el nexo entre los fenómenos, puesto que, aparte de ella, existen relaciones biológicas y sociales incomparablemente más complejas que se subordinan a sus leyes específicas. A medida que avanza el desarrollo de la materia y va pasando a formas más elevadas de organización, se complican también las formas de interconexión de los cuerpos, aparecen especies de movimiento cualitativamente nuevas. Esta ley impera asimismo en lo que respecta al desenvolvimiento de la sociedad humana, en la cual, a medida que progresan los modos de producción y la civilización se desarrolla, se hacen más complejos los nexos entre los individuos y los estados, se diversifican cada vez más las relaciones políticas, económicas, ideológicas, etc. Este concepto es de gran alcance cognoscitivo. El mundo objetivo sólo puede conocerse investigando las formas de conexión causales y de otro tipo entre los fenómenos, delimitando los nexos y relaciones más esenciales, etc., es decir, a través de la investigación multilateral y sistemática de cualesquiera objetos y la segregación de todas las conexiones y relaciones esenciales, así como de las leyes de tales conexiones. El progreso del conocimiento cobra realidad en el movimiento del pensar, que pasa de reflejar conexiones menos profundas y generales a establecer nexos y relaciones más profundos y más generales entre los fenómenos y procesos. La estructura misma de las ciencias y su clasificación constituyen un reflejo de la conexión universal de los fenómenos. Así se explica que con el progreso del saber científico los lazos y la interacción de las ciencias entre sí se hagan cada vez más estrechos, y que surjan ciencias “limítrofes” que anudan esferas del saber antes separadas (por ejemplo, la bioquímica, la astrofísica, etc.).

Como una demostración parcial de esta ley, la más general entre las leyes de la dialéctica y de la existencia de la realidad misma, se estudiará la investigación de (Vitiello, 2014), que muestra que existe un isomorfismo entre sistemas disipativos, sistemas fractales auto-similares y sistemas electrodinámicos, lo que plantea, en según sus palabras, una “visión integrada de la Naturaleza” (p. 203).

Como señala (Lesne, Renormalization Methods, 1998, pág. 1), en aproximadamente los últimos cincuenta años han aparecido en la comunidad científica, primero en la teoría de campos y luego en varios otros dominios como la física estadística y los sistemas dinámicos, los términos “métodos de renormalización”, “grupo de renormalización” y “operadores de renormalización”. Las técnicas analíticas a las que se refieren estas expresiones son fundamentales para el estudio de lo que se conoce como fenómenos críticos, por el fracaso de los métodos anteriores; su desarrollo siguió a la aparición de la noción de invariancia de escala.” Así, ejemplos concretos, como la transición líquido-gas de una sustancia pura, sugieren la distinción entre los siguientes tipos de sistemas:

  1. Sistemas homogéneos a gran escala, ilustrado por la imagen de un tablero de ajedrez.
  2. Sistemas críticos auto-similares, ilustrados por la imagen de un globo, y cuyas propiedades macroscópicas se expresan mediante leyes de escala; los métodos de renormalización son esenciales aquí. Fueron concebidos para dar un valor explícito a los exponentes asociados y mostrar sus propiedades de universalidad, si las hubiese.

Figura 2: Fenómeno Crítico como Superposición Estable de Fase Sólida y Fase Líquida

Fuente: (Lesne, Renormalization Methods, 1998, pág. 3).

Un fenómeno crítico es aquel que ocurre cuando, como resultado de la acción de fuerzas (para el ejemplo gráfico dado, estas fuerzas imprimen presión y temperatura sobre el sistema físico del entorno sobre un determinado sistema en una magnitud que excede el umbral[1]), dicho sistema manifiesta una coexistencia estable entre dos fases (estados), cuando regularmente estos estados están ligados entre sí en algún orden temporal (i.e., no-simultáneo).

Como señala (Lesne, Renormalization Methods, 1998, pág. 2), las nociones sobre el comportamiento colectivo de los grados de libertad en sistemas estadísticos que analizan el mundo microscópico es revelada por el estudio de las fluctuaciones y de las correlaciones estadísticas, mientras que la noción de fenómeno crítico[2], que es precisamente resultante del comportamiento colectivo antes descrito, es una noción perceptible en todas las escalas y versa sobre la divergencia crítica (respecto de un valor crítico) de ciertas cantidades macroscópicas descritas por las leyes de escala y por sus exponentes (conocidos como exponentes críticos).

Comprendido lo anterior, puede exponerse sobre terreno firme el concepto de auto-similaridad. Este concepto, también conocido como invarianza escalar para el caso continuo, significa que “(…) Nada importante se modifica en la física del estado crítico si cambiamos la escala de observación (…) Por ejemplo, a medida que disminuimos el aumento de un microscopio imaginario, tan pronto como ya no vemos los detalles microscópicos, la imagen del sistema físico permanece estadísticamente igual. Esta propiedad de invarianza escalar del estado crítico fue destacada y utilizada en la década de 1960 por Kadanoff, quien tuvo la intuición de que esta sería la clave para una descripción eficaz de los fenómenos críticos. De hecho, en 1970 varios físicos, en particular Wilson, propusieron una serie de métodos denominados “grupo de renormalización” que permitían el cálculo de comportamientos críticos extrayendo las consecuencias físicas de la invarianza de escala (…) Una de estas consecuencias es que los comportamientos críticos no dependen en gran medida en detalles físicos microscópicos que se “promedian” a gran escala. Sin embargo, dependen en gran medida de las características geométricas del sistema: la dimensión espacial y el número n de componentes del parámetro de orden.” (Lesne & Laguës, Scale Invariance. From Phase Transitions to Turbulence, 2012, págs. 30-31). Como señala, (Lesne, Renormalization Methods, 1998, pág. 2), las nociones de invariancia de escala y auto-similaridad, a través de la ruptura de la simetría, reemplazan la noción de homogeneidad y separación de escalas; junto a estas aparecen determinadas estructuras jerárquicas, correlacionando las distintas escalas de un sistema. Estos conceptos expresan en el mundo instrumental las nociones de propiedades universales y clases de universalidad.

Merece la pena destacar que este reemplazamiento de las nociones de homogeneidad y separación de escalas por una concepción más orgánica (la auto-similaridad, conceptual y matemáticamente, permite conectar las diferentes escalas de un sistema) y dinámica (puesto que las estructuras fractales son estructuras recurrentes) ocurre también en la mecánica cuántica a la luz de las últimas investigaciones en dos sentidos: por un lado, en la inseparabilidad teórica y matemática de las fuerzas fundamentales (matemáticamente hablando, por ejemplo, no es posible integrar la función que las contiene para estimar la contribución individual que cada una de ellas en la versión cuántica de lo que en física clásica se conoce como momento de fuerza -que es a lo que se refiere Hegel cuando habla de los omentos de fuerza de la palanca, como se vio antes-); por otro lado, en relación a la homogeneidad del universo. Ambas cuestiones se abordarán de forma conjunta en la sección relativa al principio monista de complementariedad.

Además, esta posición frente a la homogeneidad perfecta no sólo se encuentra en la economía política marxista y la mecánica cuántica, también en las ciencias médicas. Así, señala (Sharma & Vijay, 2009, pág. 110) que en la evolución del endotelio[3], que partió de un vertebrado ancestral hace unos 540-510 millones de años y tenía como objetivo optimizar la dinámica del flujo y la función de barrera (y/o para localizar las funciones inmunes y de coagulación) fue decisivo (y los autores señalan que hay que ser enfáticos en eso) el hecho de que la heterogeneidad endotelial evolucionó como una característica central del endotelio desde el principio, lo que según los mismos autores refleja su papel en la satisfacción de las diversas necesidades de los tejidos corporales.

Las nociones antes expuestas sobre renormalización están íntimamente relacionadas con el concepto de estructura fractal. Según (Mandelbrot, 1983, pág. 15), quien acuñó el concepto, una estructura fractal es un conjunto para el cual la dimensión de Hausdorff-Besicovitch excede estrictamente la dimensión topológica. ¿Qué es una dimensión de Hausdorff-Besicovitch?, ¿qué es una dimensión fractal en general? Como se señala en (FOLDOC, 2021), una dimensión fractal puede definirse, a grandes rasgos, como la magnitud resultante de operar el límite del cociente del cambio logarítmico en el tamaño del objeto y el cambio logarítmico en la escala de medición, cuando la escala de medición se acerca a cero. Las diferencias entre tipos de dimensión fractal provienen de las diferencias en lo que se entiende exactamente por “tamaño del objeto” y lo que se entiende por “escala de medición”, así como por los diferentes caminos que es posible tomar para obtener un número promedio de muchas partes diferentes de un objeto geométrico. Como puede observarse, las dimensiones fractales cuantifican la geometría estática de un objeto.

(Lesne, Renormalization Methods, 1998, pág. 270) señala que las propiedades fractales de una estructura natural se definen solo aproximadamente, localmente y en un dominio de escalas que está acotado por arriba y por abajo. Además, generalmente son solo propiedades estadísticas, que se vuelven observables y bien definidas solo promediando sobre diferentes subdivisiones, para las cantidades globales como N(a,r) [4],o sobre diferentes centros para las cantidades locales como n(a,r,x ̅_0 ).

Como señala (Lesne, Renormalization Methods, 1998, pág. 265) , el hecho que la teoría sobre fractales aborde la mayor parte de temas que aborda la teoría de renormalización obedece a que los principios físicos que subyacen a la presencia de estructuras fractales son los mismos que hacen que los métodos de renormalización funcionen. Las nociones esenciales de leyes de escala y de invariancia de escala, de auto-similaridad y de universalidad aparecen en ambas situaciones. ¿Qué es una estructura fractal entonces? Es una representación visual de las características que asegura que los métodos de renormalización son relevantes para el análisis del sistema en el que aparece; la expresión de su auto-similaridad guía la elección del formalismo (metodológico) y la construcción subsiguiente del operador de renormalización. Las singularidades locales[5] de las medidas[6] fractales (análisis fractal de medidas de conjuntos, usualmente de la medida de Borel en R^d) pueden describirse jerárquicamente por su espectro dimensional[7], determinadas por el análisis multifractal[8] o reveladas por análisis de renormalización antes delineado.

A través del concepto de isomorfismo, originalmente perteneciente a la topología algebraica y expuesto anteriormente, pueden vincularse teórica y empíricamente:

  1. La teoría matemática de los sistemas complejos[9] (representada en las estructuras fractales auto-similares).
  2. Los sistemas disipativos[10].
  3. Los sistemas mecánico-cuánticos[11].

(Vitiello, 2014, pág. 203) establece que en electrodinámica existe un intercambio mutuo de energía y momento entre el campo de materia y el campo electromagnético, la energía total y el momento se conservan y, a partir de ello, muestra que para un fenómeno de tipo electromagnético conformado por un campo magnético constante y un potencial escalar armónico[12], el sistema electrodinámico que modela dicha clase de fenómenos es isomórfico (topológicamente equivalente) a un sistema de osciladores armónicos amortiguados/amplificados[13]. Estos pueden describirse mediante estados coherentes[14] comprimidos[15] que a su vez son isomorfos a estructuras fractales auto-similares. Bajo dichas condiciones de campo magnético constante y potencial escalar armónico, la electrodinámica es, por tanto, isomorfa a estructuras fractales auto-similares (que presentan alguna propiedad universal o clases de universalidad para estructuras discontinuas) y estados coherentes comprimidos. A nivel cuántico, la disipación induce una geometría no-conmutativa[16] con el parámetro de compresión[17] jugando un papel relevante.

La ubicuidad[18] de los fractales en la Naturaleza y la relevancia de los estados coherentes y la interacción electromagnética apuntan, según Vitiello, hacia “una visión unificada e integrada de la Naturaleza”; por supuesto, esta unificación e integración a la que se refiere el autor citado es fundamentalmente instrumental, no de carácter general como la aquí planteada. Un bosquejo sobre las razones por las que esta vinculación de carácter tan general es posible de establecer alrededor del ruido rosa se presenta a continuación.

Como señala (Zhao, 2021, pág. 2), las propiedades de un sistema físico pueden revelarse analizando sus respuestas frente a perturbaciones externas. La forma en que las respuestas de un sistema se pueden clasificar en varias categorías principales. Aquí hay algunos ejemplos:

En su investigación, Zhao estudia una clase de sistemas complicados (difícil a nivel su operativización) en cuanto son particularmente extendidos espacialmente (como arena apilada) y cuyas respuestas a pequeñas perturbaciones no tienen una longitud o un tiempo característicos. Las respuestas contienen una serie de eventos en toda la duración y escala de tiempo. Su distribución de probabilidad frente al tiempo o la duración obedece la ley de potencia[19], lo que significa que no hay un valor esperado de tiempo o duración de las respuestas. En particular, la distribución de probabilidad de la energía liberada en los eventos tiene la forma 1/f^α ,con α≈1, por lo que se denomina ruido “similar a 1 /f”, en donde 1/f es el conocido ruido rosa[20], que es el hecho empírico-instrumental alrededor del cual Vitiello fundamenta su enfoque formal integral de la Naturaleza. ¿Por qué ocurre esto?

Señala (Zhao, 2021, págs. 6-7) que la autoorganización crítica (SOC, de ahora en adelante) fue sugerida por Per Bak, Chao Tan y Kurt Wiesenfeld en 1987. El título del artículo era Self-Organized Criticality: An Explanation of 1/f noise. En este artículo, Bak et al. argumentaron (como característica distintiva de los sistemas SOC) que cuando un sistema extendido espacialmente con muchos grados de libertad es alejado del equilibrio por una fuerza externa, el estado estacionario es un estado con correlación espacial de ley de potencia.

Así, un sistema dinámico clásico evolucionará espontáneamente a un “estado crítico” que carece de una longitud característica. También argumentaron que la falta de una longitud característica provocará la falta de un tiempo característico, lo que inducirá un comportamiento de ley de potencia en el espectro de frecuencias (el que se señaló antes). En palabras del autor, “El mensaje más emocionante de este artículo es que hay sistemas que no necesitan un ajuste de parámetros, sino que evolucionan espontáneamente hasta un punto crítico.” (p. 7).

La idea original de Bak et al. es que:

  • El concepto de SOC es universal: los sistemas espacialmente extendidos en la naturaleza siempre están en el estado SOC.
  • SOC causa el espectro de potencia similar a 1/f. Estas ideas físicas básicas no son difíciles de comprender cuando consideramos modelos simples como un montón de arena o el modelo de Burridge-Knopoff[21]. Sin embargo, después de 18 años de investigaciones teóricas y experimentales, la gente todavía no tiene una comprensión clara del SOC. Primero, los experimentos y las simulaciones por computadora han demostrado que muchos sistemas están en el estado SOC solo bajo ciertas condiciones, lo que significa que no está garantizada la universalidad de los SOC afirmada por Bak et al. En segundo lugar, hay algunos sistemas que tienen las “huellas digitales” de SOC, pero tienen ruido 1/f^2 en lugar de un ruido no trivial similar a 1/f. Sin embargo, la idea de Bak et al. es valiosa en el sentido de que proporcionó a las personas una forma de resolver tales problemas en un marco teórico preestablecido, aunque es evidente la necesidad de continuar sobre esa ruta teórica la investigación científica sobre los sistemas autoorganizados.

A la luz de lo planteado en esta sección, puede establecerse, en relación al automovimiento general de la Naturaleza y la sociedad, que los componentes (modelados mediante ecuaciones) de una totalidad de referencia (modelada mediante un sistema de ecuaciones) comparten una esencia común (i.e., que son isomórficos entre sí) que permite su combinación integro-diferencial[22] de forma armónica y coherente bajo una determinada estructura interna de naturaleza material (objetiva), no-lineal (la totalidad es diferente a la suma de sus partes) y dinámica (el tiempo transcurre y el sistema, así como sus componentes, cambia) generada por la interacción de tales componentes bajo determinadas condiciones iniciales[23]. La estructura interna del sistema (o totalidad de referencia) condiciona a los componentes que la generan bajo el mismo conjunto de leyes (pero generalizado, por lo que no es formalmente el mismo) que rigen la interacción entre las condiciones iniciales y las relaciones primigenias entre componentes que determinaron la gestación de dicha estructura interna[24], [25]. Estas leyes son: 1. Unidad y Lucha de los Contrarios (que implica emergencia[26] y autoorganización[27] -al menos de tipo SOC-), 2. Salto de lo Cuantitativo a lo Cualitativo (implica emergencia, bifurcación[28] y salto[29]), 3. Ley de la Negación de la Negación (que es la crisálida del proceso dinámico antes descrito, en donde lo que negó es negado).

Lo anteriormente expuesto no debe resultar extraño, no en cuanto la complejidad misma posee un significado intrínsecamente dialéctico. Como señala (Moreno Ortiz, 2005, pág. 4), desde un punto de vista etimológico, la palabra “complejidad” es de origen latino, proviene de complectere, cuya raíz plectere significa ‘trenzar, enlazar’. El agregado del prefijo com- añade el sentido de la dualidad de dos elementos opuestos que se enlazan íntimamente, pero sin anular su dualidad. De allí que complectere se utilice tanto para referirse al combate entre dos guerreros, como al entrelazamiento de dos amantes.

Finalmente, con miras a reforzar la exposición realizada en esta sección sobre el amplio espectro de aplicación de los sistemas complejos (específicamente en términos del amplio espectro de surgimiento que poseen), señala (Lesne, Renormalization Methods, 1998, pág. 140) que la aparición de la noción de caos determinista fue la señal para el abandono de la idea básica establecida por Lev Landau (1944), según la cual las leyes de evolución deterministas y regulares generan un comportamiento asintótico caótico sólo después de la desestabilización de un número infinito de grados de libertad. La insuficiencia de esta teoría se reveló cuando se obtuvo evidencia de que las características caóticas pueden ocurrir en sistemas con solo un pequeño número de grados de libertad, o incluso en sistemas de dimensión infinita que involucran solo un subespacio de dimensión finita del espacio de fase. Un ejemplo de este segundo caso lo da un sistema espacio-temporal cuya dinámica se puede extender a un número finito de funciones espacio-temporales dadas, lo que reduce el estudio al del sistema dinámico que describe la evolución puramente temporal del número finito de coeficientes que ocurren en esta descomposición. La posibilidad del caos no está excluida a priori, excepto para evoluciones continuas autónomas en la dimensión 1 o 2.

Referencias

FOLDOC. (29 de 12 de 2021). Obtenido de Free On-Line Dictionary of Computing: https://foldoc.org/fractal+dimension

Frolov, I. T. (1984). Diccionario de filosofía. (O. Razinkov, Trad.) Moscú: Editorial Progreso. Obtenido de http://filosofia.org/

Fundación Gustavo Bueno. (29 de 12 de 2021). Conexión universal entre los fenómenos. Obtenido de Diccionario soviético de filosofía: https://www.filosofia.org/enc/ros/conex.htm

Lesne, A. (1998). Renormalization Methods. Critical Phenomena, Chaos, Fractal Structures. West Sussex, Inglaterra: John Wiley lk Sons Ltd,.

Lesne, A., & Laguës, M. (2012). Scale Invariance. From Phase Transitions to Turbulence (Primera edición, traducida del francés (que cuenta con dos ediciones) ed.). New York: Springer.

Mandelbrot, B. B. (1983). The Fractal Geometry of Nature. New York: W. H. Freeman and Company.

Moreno Ortiz, J. C. (2005). El Significado y el Desafío de la Complejidad para la Bioética. Revista Latinoamericana de Bioética, 1-19. Obtenido de https://www.redalyc.org/pdf/1270/127020937001.pdf

Rosental, M. M., & Iudin, P. F. (1971). DICCIONARIO FILOSÓFICO. San Salvador: Tecolut.

Sharma, & Vijay. (2009). Deterministic Chaos and Fractal Complexity in the Dynamics of Cardiovascular Behavior: Perspectives on a New Frontier. The Open Cardiovascular Medicine Journal, 110-123. Obtenido de https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2757669/pdf/TOCMJ-3-110.pdf

Vitiello, G. (2014). On the Isomorphism between Dissipative Systems, Fractal Self-Similarity and Electrodynamics. Toward an Integrated Vision of Nature. systems, 203-206.

Zhao, X. (30 de Diciembre de 2021). 1/f like noise and self organized criticality. Obtenido de University of Illinois at Urbana Champaign: https://guava.physics.uiuc.edu/~nigel/courses/563/Essays_2005/PDF/Xin.pdf


[1] Los umbrales son valores definidos que determinan si un estadístico (magnitud generada a partir de un conjunto de datos reales mediante algún modelo matemático-computacional que provee algún tipo de información sobre los datos usados) está por encima, por debajo o dentro de un rango normal en su red; la normalidad lo determina el curso de las investigaciones en el campo en el que se está realizando. Los umbrales también se utilizan al mostrar colores en paneles. Todo lo que esté por debajo del umbral marginal es azul, todo lo que esté entre el umbral marginal y el crítico es amarillo y todo lo que esté por encima del umbral crítico es rojo. Los umbrales también se pueden utilizar como parte de los widgets de estado que se basan en el rendimiento o en una línea de base. Véase https://observerdocs.viavisolutions.com/index.html#page/Observer_Apex/understanding_thresholds.html. El umbral es también conocido como límite termodinámico (para problemas espaciales) o régimen asintótico (para problemas temporales), en los que la aparición de singularidades marca un fenómeno crítico; en el estudio de los sistemas inestables, James Clerk Maxwell en 1873 fue el primero en utilizar el término singularidad en su sentido más general: aquel en el que se refiere a contextos en los que cambios arbitrariamente pequeños, normalmente impredecibles, pueden conducir a efectos arbitrariamente grandes (véase https://en.wikipedia.org/wiki/Singularity_(system_theory)).

[2] Se les dice “críticos” en cuanto exceden el umbral.

[3] Tejido formado por una sola capa de células que tapiza interiormente el corazón y otras cavidades internas.

[4] Una región centrada en a y con longitud característica r, siendo ésta última una medida que define la escala del sistema, por ejemplo, el radio en una circunferencia. A nivel de sistemas, la longitud característica se define como el volumen del sistema dividido sobre su superficie.

[5] Singularidades (en el sentido de Maxwell) que aplican únicamente en una región del espacio de interés o de referencia.

[6] Como señala (Kolmogórov & Fomin, 1978, pág. 290), el concepto de medida de un conjunto constituye una generalización natural de los siguientes conceptos: 1) de la longitud de un segmento, 2) del área de una figura plana, 3) del volumen de una figura en el espacio, 4) del incremento de una función no-decreciente en el semisegmento [a,b), 5) de la integral de una función no negativa en una región lineal, plana, del espacio, etc.

Retomando lo planteado en (Hegel F. , 1968, págs. 49-55), considérese un conjunto A con a elementos. Se dice que A está equipado con una medida M si una cierta medida M(E) es asignada a alguno de los subconjuntos E de A. El conjunto A, junto con su medida M, conforman un espacio métrico. La medida de un conjunto es un número real que es positivo o nulo. Además, la medida asume que si dos conjuntos no se intersecan (no tienen elementos en común) la medida de su suma es igual a la suma de sus medidas (es decir, la medida es lineal) y que la existencia de medidas de dos conjuntos implica la existencia de la medida de un tercer conjunto (que es igual a la medida de ambos conjuntos). La medida de todo el espacio de referencia, en el contexto de las probabilidades, es igual a 1. Un sistema de medidas es contablemente cerrado si contiene todas las posibles sumas contables de sus elementos. Finalmente, una medida es normal si para los conjuntos equipados de medida la condición E=∑E_n, E_n⋅E_m = 0, n ≠ m (n = 1, 2, …) implica M(E)=∑M(E_n); el enunciado anterior establece que cuando los subconjuntos E de A tengan entre sí una relación lineal perfecta (i.e., se nulifican al multiplicarse escalarmente) implica que la aplicación de la medida M sobre dichos subconjuntos será un procedimiento lineal (aplicarla al todo es equivalente a aplicarla a la suma de las partes).

[7] El vector característico o autovector de una transformación lineal (por ejemplo, la transformación lineal de un sistema de ecuaciones) es un vector no-nulo que cambia a lo sumo por un factor de escala (valor característico o autovalor) cuando la transformación lineal en cuestión es aplicada sobre el objeto matemático del que se trate. La generalización conceptual y matemática del conjunto de autovectores de una transformación lineal es conocida en el análisis funcional como espectro. Este espectro puede descomponerse en tres tipos de espectro, que conforman las partes del espectro en general: 1) espectro puntual (consistente en todos los autovalores del operador lineal de un espacio de Banach -espacio lineal X en que la región de convergencia de una sucesión de Cauchy pertenece a dicho espacio-, que es el operador que realiza la transformación lineal), 2) espectro continuo [que es el conjunto de escalares que no son autovalores, pero que hacen que la región conformada por las diferencias entre el operador lineal T y λ (donde λ es el conjunto de escalares que hacen que su diferencia con T no tenga una función inversa acotada -bien delimitada- en X)] sean un subconjunto propio (subconjunto que es igual al conjunto que lo contiene) y denso (un determinado subconjunto E es denso en un espacio X si todo elemento de X o pertenece a E o está arbitrariamente cerca de algún miembro de E) del espacio X, 3) espectro residual (todos los escalares del espectro que no son escalares puntuales ni continuos).

[8] Como señala (Lesne, Renormalization Methods, 1998, pág. 271), una de las tres estructuras fractales más complejas es aquellas que pertenecen a la familia de fractales superpuestos, donde la dimensión fractal local D(x) (que significa que la dimensión fractal pertenece a una subregión del espacio de interés centrada en x) depende de x de manera muy irregular: para cada valor D, {x,D (x)= D} es un conjunto fractal muy lacunar [un conjunto fractal lacunar es aquel en que la distribución de sus componentes -resultante de su patrón de iteración- deja huecos (Lesne, Renormalization Methods, 1998, pág. 266), tal como se puede observar al realizar iteraciones con el conjunto de Cantor (Lesne, Renormalization Methods, 1998, pág. 267)]. Establecido lo anterior, el análisis multifractal se diseñó con el fin de describir para cada valor de D su distribución fractal entrelazada en el espacio x.

[9] Conocida usualmente como teoría matemática del caos.

[10] En general, una estructura disipativa es aquella estructura coherente (en términos de su lógica interna) y autoorganizada (es un proceso en el que alguna forma global de orden o coordinación surge de las interacciones locales entre los componentes de un sistema inicialmente desordenado) que aparece en sistemas que se encuentran fuera del equilibrio (a menudo lejos del mismo) en un entorno con el que realiza intercambios de algún tipo. En física, estos sistemas son termodinámicos y los intercambios son en términos de materia y energía. Ilya Prigogine obtuvo en 1977 el Nobel de Química por el descubrimiento de los sistemas disipativos.

[11] Sistemas mecánicos de naturaleza física en que la inclusión del cuanto de acción es relevante; sobre el cuanto de acción se hablará en la sección correspondiente al principio monista de complementariedad.

[12] El potencial escalar de un oscilador armónico. Un potencial escalar describe la situación en la que la diferencia en las energías potenciales de un objeto físico en dos posiciones diferentes depende solo de las posiciones, no de la trayectoria tomada por el objeto al viajar de una posición a la otra. Un ejemplo son las diferencias en la energía potencial del objeto físico a causa de la gravedad (el diferencial energético sólo depende de la posición del objeto).

[13] Un oscilador armónico es en mecánica clásica un sistema que, cuando se desplaza de su posición de equilibrio, experimenta una fuerza restauradora F proporcional al desplazamiento x; algo similar a la lógica de la mano invisible de Smith, que matematizó Walras (aunque bajo un espíritu esencialmente diferente, en relación a las posibles perturbaciones que pudiese sufrir el sistema económico de su posición de equilibrio (donde la oferta y la demanda se igualan, para el caso neoclásico). Un oscilador armónico amortiguado es aquel oscilador armónico bajo la acción de una fuerza de amortiguación (fricción) proporcional a la velocidad del sistema (la velocidad de su trayectoria o tasa de crecimiento). Un oscilador armónico es también un sistema en el que un objeto vibra (que es la forma que adopta el movimiento en los sistemas de sonido) con cierta amplitud y frecuencia; en un oscilador armónico simple, no existen fuerzas externas como la fricción o las fuerzas impulsoras que actúan sobre el objeto o, en su defecto, su efecto es despreciable; por lo tanto, la amplitud y la frecuencia siempre son las mismas. En una oscilación armónica amortiguada existen fuerzas (fricción) que actúan sobre el objeto, lo que tiene el efecto de que la amplitud (de la trayectoria) disminuya hasta que se detiene. En la vida real, la situación ideal de un oscilador armónico simple no existe. Esto significa que para mantener una oscilación debe aplicarse una fuerza impulsora o directora (conductora), de ahí el concepto de oscilador armónico dirigido.

[14] Un oscilador armónico cuántico es el análogo de un oscilador armónico clásico en la mecánica cuántica.

[15] Estado cuántico generalmente descrito mediante dos cantidades físicas mesurables no-conmutativas (véase la siguiente nota al pie) que tienen espectros continuos de autovalores.

[16] Una geometría no-conmutativa son espacios que presentan a nivel local (de una región de sí) estructuras algebraicas no-conmutativas, que son estructuras matemáticas en que uno de los operadores (símbolo que indica que se realiza una operación) binarios (porque la operación es efectuada sobre dos elementos) principales no cumple con la propiedad conmutativa al relacionar cualesquiera dos pares de elementos que se encuentren dentro de dicha localidad. Esto puede extenderse a estructuras usuales como la topología de un espacio o la norma del mismo y, conceptualmente, significa que la disipación, a nivel cuántico, induce una geometría en que el orden resulta relevante para una de las relaciones fundamentales que describen la operación de un determinado sistema en una región definida del espacio.

[17] Un parámetro es, conceptualmente hablando, una variable que sirve para identificar los elementos (usualmente funciones) que pertenecen a una determinada familia (que es una forma más general de conjunto). Comprendido esto, ¿qué es luz comprimida (del inglés squeezed light)? Señala (Lvovsky, Squeezed light, 2015, pág. 121) que la luz comprimida es un estado físico de la luz en el cual el ruido de un campo eléctrico en ciertas fases cae por debajo del estado de vacío (estado cuántico con la menor energía posible). Esto significa que, cuando se enciende la luz comprimida, se detecta menos ruido que en el caso que no hubiese ninguna luz. Esta característica aparentemente paradójica es una consecuencia directa de la naturaleza cuántica de la luz y no puede explicarse dentro de la mecánica clásica (bajo la lógica clásica es que resulta paradójica, aunque no lo sea). Comprendido lo anterior, resulta natural comprender el parámetro de comprensión lumínica como la variable que permite identificar como pertenecientes a una determinada familia de estados físicos a todas las funciones que modelan estados de luz comprimida. Como se señala en (Lvovsky, Squeezed light, 2015, pág. 128) y en (Lvovsky, Squeezed light, 2016, pág. 4), si un estado de comprensión cuántica de la luz se modela mediante la identidad S ̂(r)=exp⁡[(ζa ̂-ζa ̂^(†2) )/2, en donde a ̂ es el operador de aniquilación y a ̂^(†2) es el operador de creación, entonces su parámetro de comprensión se expresa mediante ζ=re^iϕ, donde r es igual al logaritmo natural del factor de compresión r=ln(R), i es la coordenada rotacional (imaginaria) y ϕ son números reales (la fase ϕ determina el ángulo de la cuadratura que se comprime). Como señala (Drummond & Ficek, 2004, págs. 14-15), las propiedades estadístico-cuánticas de los estados coherentes están completamente determinadas por los valores medios de los operadores de posición y momento y sus varianzas. Complementariamente a lo anterior, señala que los estados comprimidos de radiación se producen en procesos no-lineales en los que un campo electromagnético “clásico” impulsa un medio no-lineal. En el medio no-lineal, se pueden generar pares de fotones correlacionados de la misma frecuencia. Un operador de compresión (una fuerza con las características necesarias para comprimir en la forma cuántica antes descrita la luz) puede aplicarse sobre estados coherentes y producir estados coherentes comprimidos (los estados coherentes de un oscilador armónico son aquellos que tienen la característica que sus valores esperados observables evolucionan de la misma forma en que lo hace un sistema dinámico clásico).

[18] La ubicuidad, como cualidad de ubicuo, es la característica de un ente de estar presente a un mismo tiempo en todas partes.

[19] Ley estadística que establece la relación funcional entre dos cantidades, donde un cambio relativo en una cantidad da como resultado un cambio relativo proporcional en la otra cantidad, con independencia del tamaño inicial de esas cantidades. Lo anterior equivale a afirmar que una cantidad varía como potencia de otra.

[20] Como señala (Mandelbrot, 1983, pág. 74), en física el ruido es sinónimo de posibilidad de fluctuación o error, independientemente de su origen y manifestación. Por otro lado, señala (Kiely, 2021, pág. 1) que el ruido 1/f es un ruido de baja frecuencia para el que la potencia del ruido es inversamente proporcional a la frecuencia. El ruido 1/f se ha observado no solo en la electrónica, sino también en la música, la biología e incluso la economía. Las fuentes del ruido 1/f todavía se debaten ampliamente y aún se están realizando muchas investigaciones en esta área.

[21] El modelo de Burridge-Knopoff es un sistema de ecuaciones diferenciales utilizado para modelar terremotos usando n puntos en línea recta, cada uno de masa m, que interactúan entre sí a través de resortes, y en el que todas las masas están sujetas a una fuerza que es proporcional a las distancias x_i(t) de las masas desde su posición de equilibrio y hasta una fuerza de fricción F(v), donde v es la velocidad.

[22] Es decir, que permite la acción de leyes integrales o leyes diferenciales según corresponda.

[23] Que inexorablemente, como indicaba Levins al validar el argumento de Engels, implica las condiciones iniciales no solo del sistema analizado en sí mismo sino también las del entorno.

[24] La estructura interna del sistema, lo que filosóficamente es esencia y matemáticamente es su topología.

[25] Así se establece que el todo, generado por las partes en el estado inicial, ulteriormente se vuelve más que las partes, adquiere independencia relativa de estas y las determina; por supuesto, las partes también influyen en el todo y lo modifican (aunque, evidentemente, la influencia no es tan condicionante en el sentido inverso, al menos no como caso general; las excepciones obedecen a condiciones concretas del momento de desarrollo del todo analizado y, en última instancia, la acción de las partes ha sido determinada de forma mediata -histórica, acumulativa- o bien, para el caso de los componentes genéticos del todo analizado -sus componentes históricamente primigenios-, las partes fueron condicionadas en el momento de formación del todo por las condiciones bajo las cuales tales partes se relacionaron de forma combinatoria (el contexto de formación del sistema estudiado), así como también cada una de estas partes es la cristalización de la dinámica acaecida en otros sistemas, en sus sistemas de referencia), de ahí que la independencia del todo respecto a estas sea relativa, no absoluta.

[26] Cualidad de los sistemas de transitar de una estructura simple hacia estructuras más complejas (sistemas en que la totalidad no puede ser reducida a la suma de sus partes).

[27] A grandes rasgos, puede definirse como aquel proceso en el que alguna forma de orden general surge de interacciones locales entre partes de un sistema inicialmente desordenado. La autoorganización crítica es una forma laxa de autoorganización (más general, en cuanto relaja los requerimientos).

[28] Como señala (Weisstein, 2021), una bifurcación es una separación de la estructura sistémica en dos ramas o partes. En sistemas dinámicos es una duplicación, triplicación, etc., que acompaña al inicio del caos. Una bifurcación representa una súbita apariencia de cambio cualitativo en relación a las soluciones del sistema no-lineal cuando algunos parámetros varían.

[29] En su sentido cuántico, un salto es la transición abrupta de un sistema cuántico de un estado a otro (o de un nivel de energía a otro); el término “salto” tiene como finalidad distinguirlo de los sistemas clásicos, en los cuales las transiciones son graduales. En un sentido dialéctico-materialista, un salto es un concepto más amplio que el de la mecánica cuántica y la mecánica clásica considerados aisladamente, que se asimila más al mecanismo evolutivo de Darwin-Gould: Charles Darwin estableció que la evolución por diferenciación y selección actuaba gradualmente, mientras que el biólogo marxista Stephen Jay Gould complementó esto afirmando que en algunos contextos podían ocurrir saltos abruptos (esto se expandirá más adelante cuando se analicen los equilibrios puntuados de Gould). Un salto, en su sentido dialéctico-materialista es, muy sintéticamente, la solución de la continuidad, la transición rápida y súbita de una cualidad a otra, gracias a la acumulación paulatina de los cambios cuantitativos insignificantes e imperceptibles (Fundación Gustavo Bueno, 2021).

Physics in Exile: Nazism, Anti-Semitism, and the 1933 Scientific Exodus

By Dimitry Zakharov In September, 1935, physicists Gerhard and Luise Herzberg arrived in Saskatoon, Canada. This move was a leap of faith, as they had only learned of the small prairie city’s existence shortly before their journey, and secured a university position due to a chance friendship with the University of Saskatchewan chemistry professor John […]

Physics in Exile: Nazism, Anti-Semitism, and the 1933 Scientific Exodus

Sobre el papel y la viabilidad de la violencia en la lucha social de las mujeres en particular y en las luchas sociales en general

ISADORE NABI

La palabra “violento” posee una raíz etimológica latina (“violentus”) que el diccionario de la Real Academia Española define en su edición tricentenario (actualización 2020) como “Que implica fuerza e intensidad extraordinarias”.

¿Hubo violencia en las manifestaciones en el Día de la Mujer día alrededor del mundo? ¡Por supuesto que sí! ¿Es justificable esa violencia? Para responder, que es lo que busca hacer esta exposición (y no únicamente para el caso de la lucha feminista), hay que comenzar por decir que el machismo es un fenómeno (descrito en líneas generales muy bien por Friedrich Engels en El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado) inherente a los sistemas de economía política, es decir, a sistemas económicos en que las diferencias de recursos son lo suficientemente significativas como para dar lugar a la existencia de intereses sociales irreconciliablemente contradictorios (antagónicos, su conflicto sólo puede ser resuelto mediante la aniquilación de una clase por otra -así como la burguesía aniquiló físicamente a la clase feudal durante la revolución francesa y después de ella, así como la clase feudal aniquiló a la clase esclavista cuando Flavio Odoacro sacó de los pelos a Rómulo Augusto para deponerlo y autoproclamarse Rey de Italia dando así fin al Imperio Romano de occidente y a Roma antigua con ello, al imperio más grande que algún ojo humano ha visto hasta la fecha-), a continuación se expandirá al respecto.

Como se planteó, el machismo es parte del estado natural de las sociedades de clases (i.e., sistemas de economía política), así como el racismo, la pobreza, la marginación, la exclusión y otros tantos hechos sociales (siguiendo la terminología de Émile Durkheim en “Las Reglas del Método Sociológico”, quien plantea que a los fenómenos sociales deben ser tratados como cosas -y a tales fenómenos les llama hechos sociales-) omnipresentes no sólo en el capitalismo sino en toda sociedad de clases, tan omnipresentes que son parte de la normalidad cotidiana de las personas y precisamente por estar profundamente normalizadas no suelen enfrentar resistencia… repensando la antigüedad, Roma no era Roma por las lanzas que llevaban sus legiones, lo era por las ideas que esas legiones imponían con esas lanzas (financiadas con recursos de diversa índole, fundamentalmente económicos) en las cabezas de los pueblos y se sedimentaban con el paso indetenible del tiempo. Por supuesto, en la reflexión anterior la palabra clave es “normalidad”.

En sistemas dinámicos (un sistema debe entenderse como una especie de orquesta musical que toca para un determinado fin y que sea dinámico como que es muy activo en el largo plazo -todo fenómeno con el suficiente grado de complejidad se analiza en general así en la Física-) se habla de “longitud característica” a aquella longitud que sirve para construir todo el sistema (“la medida que sirve de medida”, por decirlo de alguna forma), por ejemplo, la longitud característica de una circunferencia es el radio, puesto que se sabe que los puntos de la circunferencia son equidistantes (están a la misma distancia) del centro, ¿pero de qué serviría saber eso si no se conoce el radio?, sería imposible construir la circunferencia. Lo normal es que se pueden construir sistemas dinámicos (modelarlos, siendo más concretos) con base en estas longitudes características, sin embargo, en determinadas condiciones específicas (condiciones cuánticas -asociadas con la incertidumbre de las mediciones a baja escala- y en condiciones  extremas -como cuando de un cambio de estado a otro se aplica simultáneamente demasiada presión y temperatura sobre el vapor, por ejemplo-) las longitudes características de los sistemas dinámicos pueden “romperse” (que por los motivos antes mencionados las mediciones con el suficiente grado de precisión se vuelvan imposibles) y es necesario para poder realizar un estudio adecuado del fenómeno realizar una renormalización (poder volverlo a medir con el grado de precisión suficiente) del sistema dinámico, lo cual únicamente es posible porque cada sistema dinámico posee la característica de autosimilitud (que también aparece en la teoría de los fractales y la teoría de la complejidad, la que consiste en ser igual o aproximadamente igual en todas las escalas o, de forma más general -filosófica- el todo se refleja en general de forma precisa en sus partes constituyentes) y por ello puede ser visto a diferentes escalas sin cambios relevantes, por lo que pueden reestablecerse las mediciones precisas.

Al fenómeno en que se desdibujan las longitudes características de los sistemas dinámicos se le conoce como “ruptura de ergodicidad” (“ergodicidad” es una palabra cuyas raíces etimológicas no están claras, pero que proviene del griego y parece estar relacionado con cuestiones que implican mucho trabajo -en su sentido de esfuerzo-; sin embargo, matemáticamente hablando la ergodicidad no es otra cosa que una versión radical o más general de uniformidad) y las crisis del capitalismo son precisamente una ruptura de la ergodicidad del sistema que colapsa ante el estallido furibundo de las múltiples contradicciones antagónicas que yacen en su misma naturaleza, en sus mismos fundamentos. Las contradicciones del capitalismo son multidimensionales puesto que este es un sistema complejo de características multidimensionales, sin embargo, su contradicción fundamental es la disociación que existe entre la producción y el consumo (que es el fenómeno económico que se presenta en la esfera de la circulación como disociación entre inversión y ahorro, pero la esfera de la circulación está subordinada en última instancia a la esfera de la producción, por ello la disociación esencial es entre la producción y el consumo -y esta disociación obedece a relaciones de distribución institucionales, i.e., relaciones de distribución fijadas con antelación al proceso de producción y que no obedecen a criterios técnicos sino puramente políticos -aquí se habla de la relación de distribución en sí, no de la distribución como tal-). La determinación de las relaciones de distribución institucionales de la sociedad con antelación al proceso de producción es un brillante descubrimiento realizado William Hickling Prescott, el padre de la Historia (la historia desde su perspectiva científica) en los Estados Unidos (puesto que él es considerado de forma general como el primer historiador científico en ese país) en su obra “Historia de la Conquista de Perú” y sobre la cual profundizará Marx en su célebre investigación conocida como los Grundrisse (no debe confundirse con El Capital, puesto que los primeros son el fundamento de los segundos y de Contribución a la Crítica de la Economía Política).

En el contexto de este artículo la contradicción de interés es aquella que expresa que el sistema de economía política capitalista difunde cada vez más la tecnología (la cual a su vez desarrolla incesantemente) y el impacto que este vertiginoso cambio tecnológico que cada vez está más homogéneamente presente en la sociedad occidental (generalizar la afirmación anterior no sólo sería un craso error sino una también profunda falta de respeto, puesto que África y el mundo árabe sufre y el mundo digno sufre con ellos) genera, en conjunto con otros factores (fundamentalmente de la exacerbación de la explotación -independientemente de la forma que tome tal explotación, lo de George Floyd es una de las formas que la explotación toma, específicamente es su forma racial-) rupturas en la ideología dominante, lo que poéticamente se expresa como un despertar en las conciencias de los pueblos. También en el contexto de los sistemas dinámicos y de la Física (tanto teórica como aplicada), los fenómenos críticos pueden aparecer como consecuencia del enlentecimiento de la dinámica del sistema, en la Economía Política ambas cuestiones están íntimamente relacionadas, es decir, la ralentización del sistema de economía política (la cual se expresa en las crisis económicas) y la ruptura ideológica ocurren en un mismo intervalo de tiempo (primero ocurre la ralentización económica, luego la ruptura en la ergodicidad ideológica o uniformidad ideológica en la sociedad o sistema social capitalista).

Planteadas así las cosas resulta evidente que las crisis económicas (que son el núcleo de las crisis sistémicas del capitalismo, más no el único factor relevante -la anatomía de la sociedad civil debe buscarse en su Economía Política-) son una ruptura de ergodicidad y el reacomodo de la sacudida estructura económica (este reacomodo implica la centralización de capital -que las empresas grandes se coman a las pequeñas tras las crisis- y otras cuestiones aparejadas a ella) es lo que en Mecánica Cuántica se conoce como proceso de renormalización (que es precisamente un conjunto de técnicas para re-expresar el sistema en términos de su longitud característica, es decir, volverlo a la normalidad en el sentido así definido). Debe recordarse que la razón por la que la renormalización es posible, por ejemplo, a nivel de los fenómenos cuánticos, es en términos coloquiales (y sin perder la esencia conceptual) porque (y en esto consiste la autosimilitud) sin importar qué muñeca Matrioshka de un determinado conjunto de muñecas Matrioshka se vea, las muñecas siempre serán iguales y lo único que cambiará será su tamaño o, lo que es lo mismo, que la muñeca Matrioshka más grande (el todo) contiene dentro de sí muñecas más pequeñas iguales a ella (lo que significa aquí que el todo antes referido se refleja con precisión en sus partes integrantes) y, de hecho, este es el concepto detrás de la instrumentalización matemática de las técnicas de renormalización de grupos (así conocida más formalmente la renormalización).

Conviene aquí decir que, como señalan los filósofos soviéticos en el diccionario filosófico de 1965 (que por cierto marcó el destierro sistemático del Stalinismo de la academia -en particular de la academia filosófica-, aunque no por ello necesariamente de la cotidianidad en general), la realidad misma es un isomorfismo. Un isomorfismo formalmente se define en Topología como una función biyectiva y continua entre dos espacios topológicos (estructuras algebraicas en que la posición relativa de los puntos dentro de ella es la misma) que posee a su vez una función inversa (también continua y biyectiva), intuitivamente un isomorfismo topológico es una relación que expresa que dos fenómenos tienen la misma esencia y son equivalentes en términos de ella (topológicamente equivalentes -independientemente de consideraciones métricas-) y para lo que se habló de las muñecas Matrioshka un isomorfismo topológico (o una homotopía, que es una generalización de este concepto) expresaría conceptualmente esta relación en que la muñeca más grande “se refleja” en las muñecas que contiene en sí. Esto es equivalente a cómo en el sistema hegeliano (que debe recordarse que busca sintetizar los estudios de los antiguos griegos sobre la Naturaleza y los estudios del idealismo clásico alemán que le precedía sobre el Pensamiento) el Ser En Sí (que expresa a “eso que está ahí”, a la Naturaleza) se refleja y se sintetiza dialécticamente con el Ser Para Sí. Una síntesis dialéctica (que en su forma más general se expresa por la palabra alemana Aufheben, que significa simultáneamente eliminar y superar -siendo rigurosos, la diferencia es que el Aufheben ocurre a nivel de lo homogéneo, mientras que la síntesis propiamente dicha a nivel de lo heterogéneo, pero como la realidad en general es un todo que se refleja con relativa y variante precisión en sus partes, entonces el Aufheben es más general que la síntesis-)es la resolución de las contradicciones entre los componentes integrantes de un todo (ligados indisolublemente por la misma naturaleza de la realidad) tras una acumulación cuantitativa de las contradicciones inherentes a la naturaleza de las partes que conforman ese todo, lo cual permite un salto cualitativo del todo, que a su vez implica un cambio de esencia (lo que Hegel describe como el tránsito del Universal Abstracto al Universal Concreto -Hegel es, por cierto, el único filósofo hasta la fecha que incluye al Universal Concreto en su sistema-). Hegel en su obra “Ciencia de la Lógica” realiza una analogía entre el Aufheben y la Mecánica Clásica (la Física de su época), específicamente con el momento de fuerza de la palanca. Del ejemplo que el filósofo alemán expone se evidencia que para él lo importante es que a nivel de sistemas físicos los momentos de fuerza de la palanca expresan la noción de que para que ocurra un cambio dentro de un sistema debe operarse desde fuera de dicho sistema una acción (concebida esta como una fuerza) contraria a la del sistema en cuestión que altere la dinámica ordinaria del sistema, es decir, una acción que fuerce al sistema de referencia a oponer resistencia a la fuerza impresa por dicha acción.

La noción anterior de general se generaliza a bajas escalas físicas de medición (tanto a nivel de Mecánica Cuántica como de Química Cuántica), en los conceptos de partícula y antipartícula (lo que corresponde a la Mecánica), cuya relación se puede expresar matemáticamente (como alternativa a la función de onda, a lo cual se le conoce como “segunda cuantización” -cuantizar es transformar un sistema clásico a uno cuántico al añadir la constante de Planck, con todo lo que ello involucra-) mediante las funciones conocidas formalmente como operadores de creación y aniquilación, que sirven para describir el proceso combinatorio que da lugar a la creación y aniquilación de las partículas elementales conocidas como bosones (ejemplos de bosones son los fotones -las partículas subatómicas que transportan la luz-, el célebre bosón de Higgs y la partícula hipotética conocida como “gravitón”), que son una de las dos partículas mínimas (que no existe otra más pequeña que ellas) que conforman la realidad física a nivel cuántico.

Las otras partículas elementales son los fermiones, su contrario cuántico, cuya matemática es diferente, sensiblemente más sofisticada (puesto que se estudia mediante el empleo de estructuras algebraicas conocidas como anticonmutadores, en lugar de los conmutadores, que son la estructura que convencionalmente se utiliza). El proceso de creación y aniquilación (porque ocurren simultáneamente y con ello se generan cambios en la materia) afecta a menudo incluso los cambios de estado de los electrones en fenómenos concernientes al campo de la Química Cuántica, lo cual se puede constatar, junto con todo lo anteriormente descrito correspondiente a los operadores de creación y aniquilación en la obra “Mecánica Estadística” de Richard Feynman publicada por Avalon Publishing en 1998, específicamente en las páginas 167 y 174-175.

Lo anteriormente planteado en relación a los isomorfismos topológicos (que está íntimamente ligado al concepto de combinación -la topología nace como Topología Combinatoria- de contrarios -que a nivel de la lógica formal, que es lineal, se ven simplemente como “pares”-, de su unidad y lucha) se recoge en dos adagios de la sabiduría popular, específicamente en “La mona, aunque se vista de seda, mona se queda” y “El que anda entre la miel algo se le pega” (que es isomórfico a “El que con lobos anda, a aullar aprende”). Sin embargo, con precisión inequívoca se recoge en una expresión popular que pertenece a un tipo de sabiduría popular (seguramente más popular) menos elaborada, más cruda (pero muchas veces más poderosa analíticamente): Es la misma “cuestión” con diferente olor. Eso son precisamente todas las reestructuraciones económicas tras las crisis capitalistas y toda promesa de reformismo provenientes de la clase gobernante (la clase político-burocrática) y de la clase dominante (los dueños de los grandes medios de producción, que el tipo de propiedad privada que critica Marx -nunca la propiedad personal y distinguir ambos tipos no ofrece dificultad a un intelecto de mediana estatura o superior-), puesto que las crisis son el único resultado posible (todo resultado es resultado en cuanto producto de un proceso, ese proceso son precisamente los ciclos industriales de la economía) del comportamiento natural o normal del capitalismo, puesto que ello es lo único que puede ocurrir cuando se introduce el cambio tecnológico vertiginoso en una sociedad en la que existen clases sociales y en la que una de ellas se dedica a producir para rentabilizar, pero para rentabilizar necesita del consumo final de otra clase social con la que entra en contradicción (porque salarios y beneficios empresariales tienen una relación inversa). La realidad capitalista como un todo, así como la realidad como un todo en general, es un isomorfismo topológico de sí misma hacia sus partes, se lo que se trata es de describir adecuadamente estas relaciones topológicamente equivalentes.

La magnitud y la dirección de la disrupción social realizada por el cambio tecnológico vertiginoso realizado dentro del capitalismo obedece a que este multiplica de forma no lineal (viendo esto como una función matemática, no como una mera gráfica de puntos) las fuerzas productivas del ser humano (y con ello se multiplica así mismo de forma no lineal -en el sentido antes definido-, de ahí que el capital sea trabajo acumulado, trabajo pasado), tal como se puede ver en las siguientes gráficas de puntos (y también en muchas otras que se pueden encontrar sin siquiera mínimas dificultades en la web).

A la luz de las gráficas anteriores resulta indispensable hacer una pausa aquí para hablar sobre la ampliamente conocida justificación ética-moral del capitalismo que sostiene que es un sistema ideal en tal sentido (ético y moral) porque provee mayor bienestar que sus antecesores (que la comunidad primitiva, que el esclavismo y que el feudalismo). Bajo esa lógica se omiten cuestiones no triviales, por ejemplo, que la justeza de un orden social no puede medirse simplemente por el bienestar relativo (midiendo ese bienestar en aspectos únicamente materiales) que provee a sus ciudadanos, porque bajo esa lógica Hitler sería indudablemente más justo que algún jerarca de las gens (de la época de la comunidad primitiva cuando imperaba el orden de sucesión matrilineal -vía la madre, no existía aún la discriminación de género-), cuando tales jerarcas no eran genocidas, ni discriminaban (ni siquiera existían las clases sociales) y ello también implicaría omitir a su vez que el progreso tecnológico es un logro social (colectivo, fundamentalmente de la clase trabajadora, que incluye a los científicos y técnicos) y acumulado (el cambio tecnológico puede ser superior en el capitalismo, pero no por eso se lo inventó la clase capitalista -que ni siquiera es la que lo concibe intelectualmente en la generalidad de ocasiones-), y seguramente no sólo judíos y polacos sino también muchos alemanes no estarían de acuerdo con ese razonamiento.

El nivel tecnológico del que disponga un sistema social debe considerarse en conjunto con el bienestar material que provee a sus ciudadanos (y eso aún sin complejizar la cuestión añadiendo el bienestar psicológico), porque sólo así se podrá analizar a un sistema también en términos del bienestar que ese mismo sistema puede dar y no incurrir así en reduccionismos vulgares al comparar sistemas sociales cuyo progreso es acumulado y que los separan miles de años, es decir, el nivel tecnológico relativo (en relación al de sus pares) del que dispone un sistema debe ser el factor de estandarización que vuelva lógicamente óptima la comparación entre los diferentes sistemas de producción social que han existido a lo largo de la historia. En ese apartado es evidente que el capitalismo sólo puede ser comparable al esclavismo, aunque evidentemente es superior a nivel de dignificación humana, lo cual es un motivo de alegría (hemos evolucionado un poco) y tristeza (definitivamente ni por asomo hemos evolucionado lo suficiente), simultáneamente.

El poder político visto sociológicamente, tal como lo define el politólogo salvadoreño Dagoberto Gutiérrez, es una relación social basada en la diferencia de recursos que sirve para transformar la realidad o para impedir que esta cambie. Esta definición es importante porque hace alusión a la existencia de un determinado orden.

Se dijo anteriormente que los momentos de fuerza de la palanca cristalizaban la idea de la acción de una fuerza externa a un sistema de referencia que alteraba a tal sistema (no necesariamente cambia su estado, puesto que no toda contradicción es antagónica) y también se dijo que “violencia” implicaba fuerza e intensidad extraordinarias, lo suficientemente extraordinarias para que generar el efecto de poner fuera de su estado natural a algo, sea lo que fuese. Lo que se expresó en los párrafos anteriores a través de las ciencias formales y las llamadas “ciencias duras” es el estado natural u orden natural del sistema de economía política capitalista y el papel de la violencia en la historia es, como lo dijo ya Engels en una investigación de su autoría con el mismo nombre, ser la “partera” de la historia y eso tiene que ver con aquella célebre reflexión del politólogo italiano Antonio Gramsci, quien dijera que lo viejo siempre cede paso a lo nuevo, pero no sin antes oponer resistencia o, lo que es lo mismo, que en el contexto de las sociedades de clase, en el proceso de creación de un nuevo mundo, de una nueva sociedad, existen simultáneamente procesos de aniquilación entre las partes integrantes de la sociedad actual (las clases sociales de esa sociedad). Sobre ello se reflexionará al final de esta exposición, pues está ligado indisolublemente a la respuesta a la pregunta que aquí inicialmente se planteó

Por supuesto, para que exista un cambio de modo de producción debe existir también un determinado nivel tecnológico que permita sustituir unas relaciones sociales de producción por otras técnicamente superiores (así como las esclavistas técnicamente eran superiores a las de la comunidad primitiva, las del feudalismo a las del esclavismo y las del capitalismo a las del feudalismo), esto en Mecánica (Clásica o Cuántica) se conoce como transición de fase, que precisamente implica un salto cualitativo (el ejemplo clásico en la historia fundacional del Marxismo lo encarna los cambios de estado del agua con la suficiente variabilidad en la temperatura aplicada, aquí se han procurado exponer ejemplos más heterodoxos).

La analogía anterior es posible tanto la Naturaleza como la Sociedad se rigen por las mismas leyes objetivas universales[1], las leyes dialécticas-materialistas y ello está en armonía con el hecho de que la Naturaleza se refleja isomórficamente en sus partes integrantes, dentro de las cuales está la vida orgánica consciente (por supuesto, sólo en Matemáticas los isomorfismos son perfectos), hecho sobre lo cual hablan los célebres biólogos evolutivos marxistas (fundadores de la Biología Evolutiva del Desarrollo, una revolución ocurrida en la Biología en la década de los 70) Stephen Jay Gould, Richard Lewontin y Richard Levins en diversas obras, entre las cuales se encuentran “La Estructura de la Teoría Evolutiva” (de Gould), “La Falsa Medida del Hombre” (de Gould), “El Biólogo Dialéctico” (de Lewontin y Levins), “Biología Bajo Ataque: Ensayos Dialécticos Sobre Ecología, Agricultura y Salud” (de Lewontin y Levins), “Una Respuesta a Orzack y Sober: Análisis Formal y la Fluidez de las Ciencias” (de Levins, en el que señala también los fundamentos de la complejidad con base en el número de dimensiones topológicas de la estructura algebraica analizada), entre otros.

Lo expuesto anteriormente relativo a las transiciones de fase social o cambios revolucionarios en la sociedad (que implican el tránsito de un modo de producción u orden social a otro) busca sentar las bases lógicas para no generar sorpresa al afirmar que no parece existir el nivel tecnológico suficiente para sustituir las relaciones sociales de producción capitalistas por otras (y, además, no se conocen otras, sobre ello se hablará más adelante), pero sí parece sobrar para disminuir considerablemente el nivel de incivilización que reina en las sociedades de clase (específicamente para este caso, en el capitalismo contemporáneo), aunque inexorablemente eso implicará una merma en las tasas de ganancia de la clase capitalista, de la que emana este orden incivilizado e incivilizatorio, pero que curiosamente no padece las “bondades” del mismo.

¿Por qué se afirma que no parece existir el nivel tecnológico para semejante cuestión (al menos no de forma generalizada en cualquier sociedad, al menos -y ese es un detalle de importancia vital a nivel analítico y aplicado-)? La respuesta está ligada a la refutación a otra idea bien difundida a lo largo del siglo pasado y que muchos incautos consideran la prueba científica-técnica irrefutable de la imposibilidad del Comunismo, la cual sostiene que en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas existían relaciones sociales de producción socialistas y hasta comunistas (según el “iluminado” con el que se hable). Cuando se habla de relaciones sociales de producción capitalistas se logra bien-definirlas (situarlas en un marco teórico general y relativamente preciso -la precisión variará según el aspecto de la realidad que se analice y/o del marco teórico empleado por el investigador, que es el significado de “bien-definido” en Matemática Pura), ¿ocurre lo mismo con las relaciones sociales de producción “socialistas” y/o “comunistas”? Revisemos rápidamente la evidencia teórica-histórica y empírica-histórica.

La obra de Marx y Engels se centra en una crítica sistemática (un análisis sistemático orientado a transformar la realidad) del sistema de economía política capitalista y son algunos muy breves y muy contados pasajes en los que Marx y Engels hablan de algún modo de producción no capitalista del futuro (considerando sus obras maduras, lo cual empieza en el vecindario temporal de publicaciones centrado en Miseria de la Filosofía -las publicaciones más inmediatas hacia atrás y adelante-). En particular, Marx en el tomo II de El Capital expone los rudimentos de lineamientos para una política económica ante superávit y déficit de activos fijos en una sociedad sin propiedad privada sobre los medios de producción y sin papel moneda (que nadie se imagine “Teoría de la Política Económica” de Tinbergen o algo por el estilo, es un párrafo de pocas líneas), Engels expone en el Anti-Dühring (libro citado positivamente en “El Biólogo Dialéctico” de Lewontin y Levins -que contiene una dedicatoria a Friedrich Engels en las primeras páginas que reza “A Friedrich Engels, quien entendió mal muchas cosas, pero acertó en lo que contaba”-, así como en otras obras) que la ley del valor deja de regir únicamente para la fuerza de trabajo inicialmente (en el socialismo) y posteriormente también para las demás mercancías (en el comunismo) y es sustituida en ambos casos por una nueva ley que determina que el valor de las mercancías se determina según las necesidades sociales que satisfacen y también Engels en “Del Socialismo Utópico al Socialismo Científico” plantea cuestiones en claro refuerzo de la dirección anteriormente señalada respecto a la vigencia de la ley del valor.

No se le puede negar a los furibundos antimarxistas y anticomunistas que andan sueltos por ahí (y que son tan peligrosos porque si no entienden qué es el Marxismo menos qué son el Socialismo y el Comunismo) que la célula central (la progresiva extinción de la ley del valor) existe y está definida, sin embargo, seguramente ellos tampoco podrán negar que no sólo está mínimamente definida, sino que además entre la célula mínima y un organismo que funcione como un sistema autoorganizado (que es un fenómeno que aparece en los sistemas complejos estudiados en la teoría matemática de la complejidad y que consiste en la configuración de un orden resultante del proceso de interacción entre los elementos de un sistema inicialmente desordenado -el estado social resultante de la resolución de la crisis y el tránsito de un modo de producción a otro-) existe muchísima diferencia, prueba de ello es, por ejemplo, el tiempo transcurrido para que la primera célula que inició la vida en La Tierra (puesto que según simulaciones estadísticas todo indica probabilísticamente que así fue) se transformara en un sistema biológico como tal no fue poco.

Además, ¿cuáles eran las relaciones sociales de producción que se implementaron en la Unión Soviética?, ¿se remuneraba la fuerza de trabajo según las necesidades sociales que esta satisfacía?, ¿cuál era la metodología científica-estadística (aquí se puede comenzar a ver el papel del nivel tecnológico) con la que cuantificaban esas necesidades (que no son únicamente materiales, son espirituales, Marx es claro en eso en sus Manuscritos Económicos y Filosóficos de 1844)? No existía propiedad privada sobre los medios de producción por parte de personas vistas como miembros de la sociedad civil, pero sí existía papel moneda (y en su lugar debería haber existido algún sistema de equivalencia bien definido entre mercancías no sujeto fluctuaciones artificiales -no sujeto a variación en precios, puesto que el papel moneda y la especulación no existen- que reflejara fielmente en los términos de intercambio las condiciones técnicas de producción de las mercancías intercambiadas) y propiedad privada estatal (porque es un hecho que los miembros del Partido Comunista no vivían igual que el pueblo -aún así, el pueblo tenía más dignidad material que en el capitalismo occidental de la época y de esta, pero la espiritual quedó pendiente y tampoco es como que más dignidad material hubiese sido perjudicial para el pueblo-, entonces existen clases por cuanto el goce del producto social no era para quienes producían -esta es la característica fundamental-, sino para la clase política soviética que sufrió de aburguesamiento y transformó (a partir de Stalin) al Estado soviético en lo que Marx describía como el poder político, es decir, en “El poder organizado de una clase para oprimir a otra” (en sociedades sin clases el Estado sólo es administrador, ni siquiera existen órganos bélicos orientados a la represión política -de clase- como la policía y el ejército, puesto que al no existir antagonismos de clase tampoco existe el poder político), por mucho que la opresión en el plano material fuera muchísimo menos fuerte e intensa que en occidente y en el plano ideológico fuera menos sutil -occidente es más elegante en sus formas, sino pregúntesele a Merkel por los micrófonos instalados por el Gobierno de Estados Unidos en su oficina y que generó un incidente diplomático hace pocos años-) e incluso también extranjeros ya en las cercanías del colapso de la Unión Soviética, por ejemplo el banco que David Rockefeller abrió en la Plaza Roja de Moscú (lo cual no pertenece al conjunto de “teorías de la conspiración”, es un hecho bien documentado y que una elemental búsqueda en la web puede verificar).

Evidentemente en la Unión Soviética hubo Capitalismo de Estado, que es una variante del modo de producción capitalista en el que, como se señala en el diccionario de Economía Política de Borísov et al, “Constituye un medio de lucha contra el capital extranjero, extirpa las raíces económicas de su dominio, contribuye a fortalecer y desarrollar la economía nacional. El sector estatal estimula cada vez más el rápido auge de las fuerzas productivas, crea las premisas económicas para que dichos países emprendan la vía no capitalista de desarrollo. En el periodo de transición del capitalismo al socialismo, el capitalismo de Estado representa una forma especial de subordinación de las empresas capitalistas a la dictadura del proletariado establecida con el fin de preparar las condiciones de la socialización socialista de toda la producción”, que también puede ser mixto en el sentido de coexistir empresas privadas extranjeras (pero limitar su poder sobre la sociedad nacional) y/o en el sentido que la propiedad privada sobre los medios de producción sea compartida por el Estado capitalista en conjunto con empresas privadas nacionales o extranjeras (este último caso es el de Cuba, por ejemplo) y un caso que combina los tipos de capitalismo de Estado antes mencionados es lo que ocurre en Venezuela.

Todo esto sin mencionar aún que el capitalismo tuvo un proceso de nacimiento sumamente extendido, puesto que se consumó institucionalmente cientos de años después de haberse desarrollado lo suficiente para poder ser caracterizado mínimamente (lo que ocurrió en la alta edad media con la aparición de los burgos, lo que ocurre entre el año 500 D.C. y el año 1,000 D.C.) e incluso cientos de años después de haber ocurrido su primera gran manifestación socio-económica (el comercio de tulipanes realizado durante el siglo XVII), puesto que se estableció como modo de producción dominante (que no sólo implica una dimensión económica sino también política, por eso la ciencia se llama Economía Política) hasta el 14 de julio de 1789, con la toma de la Bastilla por parte de la clase burguesa y los siervos de la gleba que luego serían industrializados y con ello transformados en proletarios (que es una categoría económica exclusiva del capitalismo).

Por supuesto, no por ello el progreso del nuevo modo de producción social fue lineal, puesto que es bien sabido que luego Francia regresó por un buen tiempo a la monarquía constitucional a causa de que la clase feudal volvió al poder temporalmente. Además, tampoco se ha mencionado el hecho de que la Unión Soviética se encontraba amenazada por occidente (no sólo militarmente -el factor fundamental que la hizo entrar en la carrera armamentista-, sino también ideológicamente -uno de los factores que determinaban la necesidad de entrar en la carrera espacial-), por lo que toda la planificación de su desarrollo económico y social tuvo que orientarse bajo esas dos grandes restricciones, no es un secreto para quienes conocieron la Unión Soviética que en los supermercados se hacían cuentas con ábaco mientras se competía a la par con Estados Unidos en la carrera espacial y nuclear (llegándolo a aventajar en muchos aspectos, evidentemente a un alto costo); en este sentido, tampoco se menciona que existen señales de que hubo un gran endeudamiento financiero por parte de la Unión Soviética con capitales occidentales al menos en el último tramo de su existencia, precisamente para financiar la carrera armamentista y espacial.

Finalmente, surge una pregunta de importancia fundamental, ¿por qué la situación es diferente en los países industrializados respecto a países como América Latina, África y Oriente Medio? La respuesta a la pregunta anterior tiene múltiples rostros, sobre los cuales se hará una exposición sintética yendo de los más simples a los más complejos y con ello, de los aspectos históricos de corto plazo (más recientes) a los de largo plazo (más lejanos en el tiempo). En primer lugar, es fundamental preguntarse, ¿las relaciones de distribución en esos países poseen las mismas especificidades?, es decir, ¿existe la misma estructura tributaria, la misma participación gubernamental en la economía, existe la misma alineación de los objetivos de política fiscal y política monetaria, existen las mismas regulaciones laborales, el mismo grado de indización de los salarios a la inflación y a la productividad, etc.?

Si la respuesta es negativa, alguien incluso podría considerar que el capitalismo es funcional y que únicamente para ello se requiere de un nivel de desarrollo tecnológico suficiente, lo que también a alguien podría parecerle ser intuitivo, aunque no por ello deja de ser también falso; sin embargo, para verificar tal falsedad se necesita realizar un análisis menos superficial del asunto, por lo que conviene empezar a introducir aquí el papel del comercio internacional, tanto en sus facetas legales como en las ilegales.

A partir de los 90 se firmaron tratados de libre comercio entre los países industrializados (fundamentalmente Estados Unidos) y los países de América Latina, han pasado ya treinta años de la firma de esos tratados en la mayoría de esos países y resultados prometidos en materia de crecimiento económico, empleo, desarrollo social y demás cuestiones relacionadas nunca llegaron. En su lugar la desigualdad incrementó en esos países (que sí fue de la mano de un crecimiento económico significativo en algunas ocasiones, pero siempre incrementándose la desigualdad) y generó una oleada de gobiernos por todo el istmo que rompieron con las políticas de Washington llegados al poder por la vía electoral, algo impensable a finales del siglo pasado, principalmente en el período de la guerra fría. Estos tratos de libre comercio poseen una característica fundamental y es que no consideran las asimetrías tecnológicas (que devienen en asimetrías en nivel de competitividad) entre las empresas de los países industrializados y las de los no-industrializados, dando como resultado del intercambio comercial un estado de comercio en que como diría el célebre poeta uruguayo Eduardo Galeano, los países ricos se especializan en ganar y los países pobres se especializan en perder (que sólo es una generalización al plano internacional de la lucha de clases que ocurre a nivel nacional) porque las empresas de los países industrializados pueden producir a menor costo y con mejor calidad, frente a lo cual hay poco o nada qué hacer y esos mismos países industrializados ofrecen “generosamente” préstamos de déficit que ellos en conjunto con la clase dominante de los países no-industrializados han contribuido a crear, a tasas usureras (como ha sido la tradición de organismos financieros internacionales como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo, etc.) que condicionan el destino de ese dinero (conocido tal condicionamiento formalmente como “cláusulas de condicionalidad del préstamo”), lo que no sólo es una clara vulneración de la soberanía de un país sino que además es una estafa sistemática a gran escala. ¿Por qué se dice que ese binomio de clases dominantes es el que produce tal déficit en la contabilidad nacional de un país?, en primer lugar, porque un déficit es generado y/o agudizado por desequilibrios comerciales (resultantes de poner a “David” sin hondilla y sin respaldo divino a pelear contra “Goliath”, es decir, la competencia entre industrializados y no-industrializados), en segundo lugar porque son la única clase social que en general y sistemáticamente evade y elude impuestos (a pesar que las estructuras tributarias de estos países sean profundamente regresivas, lo cual no debería extrañar porque el motivo que tuvieron para fundar estos países fue ese, evitar al virreinato español el respectivo tributo -que sería el equivalente a lo que contemporáneamente representan los impuestos-), en tercer lugar porque lo más común es que los funcionarios públicos cuyas campañas electorales son financiadas por ellos son no sólo los que legislan a favor de ellos servilmente (esto incluso lo describe el Nobel de Economía Joseph Stiglitz para el caso de la política estadounidense en su libro “El Malestar en la Globalización” publicado en la década antepasada -específicamente cómo los que financiaban las campañas políticas de Bush lo acompañaban a todas partes para supervisar que los compromisos que adquiriera durante el proceso de campaña electoral estuviese alineado a sus intereses y con base a ello se condiciona el financiamiento del candidato[2]-), sino también porque uno de los atractivos de tal servilismo (además de los pagos directos) para los funcionarios públicos corruptos (que son los que usualmente llegan a los cargos fundamentales precisamente porque ello es parte del diseño del sistema político) es el saqueo de las instituciones públicas. A nivel político-burocrático la corrupción es una consecuencia inevitable del ejercicio de poder en las sociedades de clase (por eso el pueblo debe estar siempre vigilante y organizado frente a ella, porque la corrupción no ocurre nunca el favor de las mayorías, sino únicamente de una minoría -sea cual sea, pero siempre en última instancia de la clase dominante, que abre portillos favorables para la acumulación de capital, portillos los cuales están cerrados legal y formalmente, por lo que su apertura es posible únicamente a través de la corrupción-), mientras que desde el punto de vista político-ideológico es producto del desclasamiento, es decir, de la falta de conciencia de clase de los miembros de la clase trabajadora que se corrompen.

En cuarto lugar, debe entrarse en detalle de las empresas transnacionales (pertenecientes a los países industrializados) y el comportamiento comercial de los países comerciales en relación a las políticas comerciales que le “sugieren” (con un garrote financiero en una mano y un garrote militar en otra) a los países pobres que tomen. Para nadie es un secreto que las políticas del “consenso” de Washington (curiosamente usan semejante palabra cuando no participó ninguno de los países a los que les “sugirieron” esas políticas, seguramente los imperios tienen una forma peculiar de comprender el diálogo con las demás naciones) no son seguidas por Alemania (que hasta la fecha no ha dejado entrar a Walmart y de eso no se ve ningún titular en los periódicos de “comunistas enemigos del libre mercado” y que tiene una participación estatal en la economía que en el último medio siglo -e incluso más atrás- no ha bajado del 50% como porcentaje de su producto interno bruto), muchísimo menos por Estados Unidos [en el cual la FED le presta a tasa cero a los bancos privados (y que, de hecho, es una institución bajo el poder de privados, específicamente de los banqueros privados estadounidenses, la cual obtiene los fondos para operar de los ingresos federales, que en un país en donde los ricos no pagan impuestos -y de ahí el movimiento de protesta social estadounidense Occupy WallStreet suscitado alrededor de 2011- es recolectado fundamentalmente del pueblo -un pueblo que pagó la crisis financiera de 2008 que precisamente los banqueros privados estadounidenses generaron, y ello lo define magistralmente Joseph Stiglitz en su artículo “Capitalistas Estúpidos” disponible fácilmente en la web-), en que el sector agrícola existen fortísimas barreras arancelarias que no cumplen ningún criterio de libre mercado y muchos otros aspectos relacionados por la característica común de ser justamente lo contrario que recetan en materia de política económica (tanto fiscal como monetaria)], Canadá, Suecia o cualquier país industrializado (al menos no hasta inicios de este siglo, sobre lo que se hablará más adelante).

Además, para nadie es un secreto que estas grandes empresas transnacionales que absorben por medios legales y otros no tanto a las empresas nacionales de los países no-industrializados no pagan impuestos en los países pobres a los que llegan, prueba de ello fue el golpe de Estado de tipo militar generado en la embajada de los Estados Unidos que se le dio a Jacobo Arbenz en Guatemala por plantearle a la United Fruit Company que pagara los impuestos que el reglamento fiscal guatemalteco de aquel momento establecía (que era previo a su llegada a la presidencia), el golpe de Estado (también de carácter militar) orquestado por la burguesía chilena y la embajada de Estados Unidos en Chile a Salvador Allende durante el siglo pasado (que recuérdese, no fue hace mucho) y en general, todas las sanguinolentas dictaduras militares de derecha instauradas por toda América Latina durante el siglo pasada que llevaban el sello de sangre de la democracia del tío Sam, con la “solidaria” finalidad de explotar y expoliar a nuestros pueblos.

El refrán “Candil de la calle, obscuridad del hogar” puede invertirse y de ello se obtiene “Candil del hogar, obscuridad de la calle”, que describe precisamente el comportamiento moralmente hipócrita y económicamente eficiente de los gobiernos de los países industrializados (que expresan los intereses políticos de la clase dominante), cuyas sociedades son sociedades modelo fundamentalmente porque logran trasladar todas las contradicciones sociales aparejadas a los procesos de acumulación de capital de la burguesía a las sociedades subdesarrolladas, agudizando así su subdesarrollo. ¿Acaso en Estados Unidos, considerando el mismo momento histórico en la comparación, se han pagado alguna vez los mismos salarios, dado las mismas prestaciones laborales, trabajado la misma cantidad de horas, se han dado la misma cantidad de días vacacionales, se han vulnerado con la misma intensidad los derechos laborales (salvo para el caso de los indocumentados, por eso es que la inmigración no se acaba y a los grandes capitales de los países industrializados es a los que menos les conviene que se acabe), se ha hecho la misma optimización en el uso de los recursos naturales (Estados Unidos desea obtener el petróleo de medio oriente y Venezuela, pero curiosamente evita tocar sus reservas de petróleo), se evade y elude la misma cantidad de impuestos, etc.? Evidentemente que no.

Nótese que las maquilas estadounidenses y alemanas que esclavizan a niños y niñas en China y Vietnam (por mencionar algunos), las maquilas que explotan inclementemente por salarios de hambre a mujeres y hombres en países como Honduras, El Salvador y Guatemala (por mencionar algunos) “curiosamente” no están en sus países de origen ni en ningún país industrializado [salvo China y tras la industrialización es bien conocido que alrededor de 2008 China decidió migrar a un modelo de “crecimiento desde adentro” (puesto que la economía mundial entró en recesión, la demanda mundial se contrajo y aunque siendo China un país cuyo crecimiento en las últimas décadas se había basado fundamentalmente en la demanda de bienes y servicios del resto del mundo -por eso es que crecía tanto su PIB a pesar de los bajísimos salarios y vulnerabilidad laboral, que fueron los aspectos del entorno de trabajo chino que atrajo a las empresas occidentales-, no se vio afectado significativamente por las contracciones de la demanda mundial suscitadas desde la crisis financiera de 2008 debido a que -como reporta Marcelo Justo en su artículo para BBC Mundo titulado “Los países en los que más subió el salario mínimo” publicado el 5 de marzo de 2015- las autoridades chinas ya habían planificado y anunciado al público desde antes de la crisis que la economía china migraría hacia un modelo de crecimiento basado en la demanda interna, por lo que previo a la crisis ya se había dado inicio a una redistribución del ingreso al interior de China para que la demanda interna de consumo final de tantos millones de chinos estimulase a la economía China en lugar de la demanda del resto del mundo -por lo que entre 2005 y 2015 el salario mínimo subió entre el 8% y el 13%, mientras que reporta la web Expansión/Datosmacro.com que el salario mínimo interprofesional en China pasó de 170.3 euros en 2013 a 271,6 euros en 2018- y así fue como China pudo a pesar de la contracción de la demanda mundial continuar creciendo y consolidarse como imperio hegemónico -lo que ocurrió en el contexto de la crisis sanitaria del COVID-19- l), por lo que las maquilas occidentales están empezando a migrar progresivamente a países como Vietnam, porque un modelo basado en demanda interna -que es el que los países industrializados tienen- no es compatible con salarios de hambre y aspectos afines de los puestos de trabajo que las maquilas de esos mismos países industrializados quieren tener en otros países], las tienen precisamente en los países subdesarrollados, en los países pobres, ¿entonces qué interés pueden tener en que los países pobres se desarrollen?, el mínimo sentido común indica que ninguno. Adicionalmente, conviene decir que tampoco les interesa el cuido del medio ambiente cuando no es el medio ambiente de ellos y prueba de ello es que las empresas canadienses son bien-conocidas por practicar minería de cielo abierto en los países de América Latina.

Por supuesto, aquí no se ha mencionado en lo absoluto el saqueo que los países europeos industrializados hacen a los países europeos no-industrializados, como lo han sido históricamente Grecia, Portugal e incluso España (que es una extraña criatura económica, puesto que es relativamente industrializada -no al nivel de Alemania, pero es industrializada-, pero es saqueada sin miramientos por la burguesía local del país y por la burguesía extranjera, fundamentalmente por la burguesía dueña del imperio Alemán -evidentemente son imperio, que no tengan las formas cavernícolas de Estados Unidos es otra cosa-, que es la que fundamentalmente saquea en toda la Europa subdesarrollada -tampoco Alemania le presta a Grecia, España o Portugal para sacarlos del subdesarrollo, eso sería como “pegarse un balazo en los pies”, puesto que las repúblicas dependen de lo que saquea el imperio, para el caso de las repúblicas imperiales-), pero de ello no sólo habla el Nobel de Economía Joseph Stiglitz en su artículo “La captura de BCE” (en referencia a como los capitales financieros europeos controlan el Banco Central Europeo) sino también está el célebre caso de cuando un presidente del Fondo Monetario Internacional (Dominique Strauss-Kahn) que quiso condonar la deuda griega (porque como ya han planteado tanto Joseph Stiglitz y Paul Krugman -también Nobel de Economía- como el mismo Yanis Varoufakis -el Ministro de Finanzas de Grecia a cargo cuando se llevaron a cabo las renegociaciones de deuda con la Troika- cuenta en diversas entrevistas disponibles en YouTube, algunas en conjunto con Joseph Stiglitz, otras con Salajov Zizek y otras con Noam Chomsky sobre la negociación, Varoufakis recibió amenazas telefónicas respecto a la seguridad de su hijo si no paraba en su línea de negociación -contraria a la de los capitalistas alemanes, pero él siguió, como debe de ser, cuando alguien enfrenta al capitalismo está buscando garantizar la supervivencia de la especie y cualquier daño colateral que no sea la especie en general, el pueblo, es aceptable-, así como también pruebas tanto de acción como de palabra por parte de los negociadores alemanes que los capitalistas financieros alemanes no querían que se les pagara la deuda, porque la deuda no sólo tenía que ver con la rentabilidad del capital, sino que también tenía un componente político: querían subyugar a Grecia políticamente -había llegado un partido de izquierda al poder, el Syriza- para poderla mantener subyugada económicamente, por lo que para que las negociaciones siguieran, tras la cobardía del presidente democráticamente electo -y que había planteado en un referéndum al pueblo griego si querían enfrentar las consecuencias de decidir no pagar la deuda a los banqueros alemanes y el pueblo votó maravillosamente que ¡SÍ!-, Yanis Varoufakis tuvo que renunciar para que las conversaciones continuaran -ahora en un tono dócil para con los capitales financieros internacionales-, lo que fue una traición flagrante al pueblo por parte de la “izquierda” griega.

 Así, queda desmontado otro mito, todo ello sin mencionar el papel que desempeñan los fondos buitre en la política económica de los países subdesarrollados ni el saqueo que se realiza del continente africano y de los recursos de Medio Oriente. Sería interesante comparar los ingresos que los grandes capitales internacionales obtienen en la suma de toda la economía subdesarrollada (tanto los legales, como los ilegales fruto del tráfico ilegal de armas y drogas -que es más permisible por los políticos en los países pobres-, el trabajo esclavo que las empresas de diamantes estadounidenses explotan en África, el valor de los recursos naturales que se apropia sin pagar nada a cambio) versus los que obtienen sólo dentro de los Estados Unidos para tener una idea aproximada de la magnitud del saqueo realizado a América Latina, África Medio Oriente. Esto lo expresa Marx al plantear que el mercado mundial sólo traslada las contradicciones internas del capitalismo a una esfera de acción más amplia o, en palabras del politólogo Dagoberto Gutiérrez, toda república imperial (una república que se desarrolló lo suficiente en el contexto internacional de las clases sociales como para convertirse en imperio también) está compuesta precisamente de la república como tal y del imperio como tal, y es en ese sentido que el florecimiento de la república depende de lo que saquea el imperio de las colonias que subyuga. Por supuesto, aunque esto ocurra con Estados Unidos (precisamente a medida fue siendo suplantado por China y Rusia en el mercado mundial como potencia hegemónica es que el florecimiento de su república se fue viendo condicionado progresivamente hasta llegar a la penosa situación actual en la que se encuentra -la razón de ello es que el excedente o plusvalía mundial se redistribuye de diferente forma al cambiar la hegemonía, de una forma que progresivamente ha ido siendo cada vez menos ventajosa para el imperio estadounidense-) no es la primera vez que ocurre y esto es una característica de todo república imperial, que es un fenómeno social de escala planetaria en que la lucha de clases alcanza su expresión más general, tal fue el caso de los romanos en relación a la expoliación que realizaban de los pueblos bárbaros durante la era del modo de producción esclavista.

Ahora llegó el turno de abordar la ampliamente difundida idea (y seguramente compartida por la mayoría de personas -la alienación es poderosa-) de que el saqueo colonial no tiene influencia en las condiciones socioeconómicas actuales de los pueblos de América Latina y África o, en general, que el pasado no tiene influencia en el presente (que es sólo la esencia de la primera idea). En la obra Capitalismo Tardío del gran economista marxista Ernest Mandel se establece que el valor del oro saqueado a América equivalía a diez veces la totalidad del capital ferroviario en la Europa de la época, llevemos ese hecho al presente (después será el turno de revisar si el número de veces referido es correcto o incorrecto).

Es evidente que en la época de la implementación y difusión de la revolución industrial las empresas que más capital movían eran aquellas que pertenecían precisamente al sector ferroviario, puesto que ese sector o rama productiva (utilizando la jerga marxista) movía no sólo las máquinas a vapor como tales (como innovación en sí misma), sino el acero con que dichas máquinas se construía y el acero con el que se construían los caminos sobre los que tales máquinas se desplazaban, lo que en medio de un proceso de expansión industrial generalizado en todo un continente (la revolución industrial se manifestó fenoménicamente por vez primera en 1760 en Manchester -seguramente un día lluvioso, ¿o será que ese día no llovió?- y su implementación generalizada en Europa Occidental, Estados Unidos y Canadá se consolidó en 1840) no parecería ser poca cosa, sobre todo tomando en cuenta que como reporta Marx en el tomo I de El Capital, a su vez tomado de los informes oficiales de carácter público de la época que en la obra del autor judeo-alemán se pueden encontrar bien referidos, se aprobaron decretos reales para que la naciente burguesía saqueara por medios violentos (y otros no tanto) las iglesias y las tumbas de los santos para extraer cualquier pertenencia de oro (incluyendo sus dientes de oro) para acuñar moneda, lo que por sentido común parecería indicar que en términos de las necesidades de circulación del capital europeo de esa época no existía suficiente oro y, por el contrario, llegó incluso a ser sumamente escaso en relación a tales necesidades; simplemente como información adicional de interés hay que mencionar que también emplearon medios violentos para expropiar de sus tierras a los productores directos (seguramente más violentos, porque la Iglesia no estaba absolutamente desprovista de poder) y que eso, junto con acciones de igual estatura ético-moral (júzguese de tal ética y de tal moral como se juzgue), constituye el “secreto” de la acumulación originaria de capital.

No sólo no parecería ser no-despreciable el impacto del saqueo de oro realizado por los europeos en términos de los recursos iniciales de los que se dispuso al constituir las repúblicas en América (fundamentalmente en América Latina) tras los procesos independentistas suscitados en el continente, sino que además parece haber sido fundamental en que el capitalismo europeo lograra funcionar, puesto que no debe olvidarse que los inicios de la revolución industrial en Europa no fueron decorosos ni mucho menos y están perfectamente documentados grotescos hechos como jornadas laborales de 18 horas para hombres, 16 para mujeres y 14 para niños y niñas, hacinamiento en las fábricas, la contratación de asesinos a sueldo (los famosos “rompehuelgas”) en caso los obreros se organizaran para pedir un poco de dignidad y con el fin de ser breve conviene decir “etcétera”. El capitalismo europeo se edificó sobre el sudor, la sangre y el llanto de América, fundamentalmente de América Latina.

Ahora es el turno de abordar el factor de escala, es decir, que el saqueo de oro tuvo una relación de 10 a 1 con el capital ferroviario. Asúmase que Mandel infla maliciosamente la cifra el doble (por decir un número relativamente arbitrario), se obtiene una relación de 5 a 1 y luego asúmase que Mandel toma el dato de una fuente que recoge esa cifra con un error del 50%, por lo que quedaría una relación de 2.5 a 1 y, finalmente, asúmase que la contabilidad macroeconómica de la época tenía profundas deficiencias y recogía los datos también con un error del 50%, por lo que se tiene una relación de 1.25 a 1, es decir, del 125%.

Evidentemente las necesidades conjuntas de capital y de circulación en el momento de la primera gran revolución industrial de la historia parecen haber sido más duras (incluso socialmente) que las que se observan en 2021 con la pandemia del COVID-19, sin embargo, con tomar esta pandemia de referencia será suficiente para terminar de exponer el punto, el cual no es más que una simple pregunta: ¿Qué impacto tendría para un empresario en la actualidad en términos de la consolidación de su empresa y de su futura tasa de acumulación de capital (la tasa a la que la plusvalía -el capital- se reproduce a sí misma o, lo que es lo mismo, a la que la inversión del capitalista retorna y expande el volumen del capital en funciones) que en este contexto de la crisis sanitaria y la crisis económica alguien por alguna razón le regalara un capital por un valor del 125% del capital que tiene en funciones (sin intereses, sin trucos, sin implicaciones legales por estafa o algo por el estilo)? De nuevo, resulta evidente que el capitalismo europeo se edificó sobre la sangre, los huesos y el llanto de América, fundamentalmente de América Latina, además de la obviedad del impacto que tuvo en América ese saqueo (todo lo que se podría haber hecho con tales recursos), todo ello sin mencionar aún el impacto en la acumulación originaria de capital y de la acumulación de capital que permitió consolidar la revolución industrial que tuvo la fuerza de trabajo esclava que obtuvieron por medios bélicos en toda América (y ese no es un detalle trivial, porque el Imperio Romano, el imperio más grande de la historia, se hizo sobre la base de los esclavos y los saqueos -e igualmente hizo la clase feudal-, así que en el mejor de los casos fue “únicamente” significativo).

En un mundo en que las cosas funcionen con absoluta justicia ellos deberían devolver todo lo robado con los mismos intereses usureros que sus instituciones financieras le prestan a los países de América Latina o pagar esa deuda de sus ancestros con su propia sangre, pero evidentemente no estamos en el mundo del justo sino del fuerte, es una selva maliciosa, porque no todos llegan a la selva con los mismos insumos (por lo que no para todos la selva es tan salvaje), prueba de ello es que a América Latina no llegó la revolución industrial y mientras ocurría en Europa aquí se luchaba por librarse del yugo colonial de los invasores asesinos que mezclaron a los pueblos originarios con violadores, asesinos, secuestradores u otro tipo de lumpenproletariado, es decir, que no obligaron a América Latina a mezclarse con sus mejores hombres (y aquí sí aplica decir únicamente hombres porque los que cometieron esas atrocidades -directamente, porque en general todos fueron cómplices-), sino, por el contrario, con la putrefacción de su sociedad; en Estados Unidos simplemente extinguieron a los indígenas sin mezclarse con ellos y dejaron unos pocos a manera de “exhibición” en ciertas jaulas forestales masivas a las que llaman “reservas indígenas”, como si se tratase de alces o venados, cosas de la democracia yankee (por eso no debería parecer extraño lo que hicieron y hacen en Washington con los niños y niñas sin-documentos, no sólo Trump sino también Biden, lo hacen hecho desde la fundación del país). Finalmente, conviene recordar que el saqueo no sólo continúa de manera financiera (con la agudización de déficit y préstamos con tasas de usura para “subsanar” esos déficit -hasta la fecha ningún país los ha logrado subsanar con esas recetas-), sino también con los tratados de libre comercio asimétricos antes mencionados que no sólo desmantelan el tejido productivo nacional sino que permiten jurídicamente aberraciones como que únicamente empresas estadounidenses pueden tener un monopolio (ese es el caso para El Salvador en el CAFTA-DR, lo que entra en conflicto flagrante con la Constitución Política de dicho país, puesto que esta establece que únicamente el Estado puede -y ahí se denota claramente la filosofía del fundamentalismo de libre mercado: el mercado por encima del Estado o, lo que es lo mismo, el capital por encima de los seres humanos-).

Lo anterior no contempla el hecho de que estos tratados comerciales permiten, explícita o implícitamente (el economista salvadoreño Raúl Moreno ha escrito abundantes y precisas investigaciones al respecto), que los países industrializados patenten la biodiversidad existente en los países pobres sin remunerar de ninguna forma al país que posee esa riqueza natural y luego utilizar esa biodiversidad para crear medicamentos que venden en los países pobres (de los que extrajeron los principios activos) a precios exorbitantes (que están muy por encima de las condiciones técnicas de producción de esos medicamentos y, sobre todo, muy por encima de los costos reales de los insumos, puesto que la biodiversidad la consiguieron gratis -así como el oro con espejos-, a lo sumo puede considerarse el gasto de transportarla -lo que es trivial en comparación al gasto que podría representar adquirir la biodiversidad y patentarla -¿a cuánto la venderían ellos si el caso fuese a la inversa?-), entre muchas otras cuestiones que sobraría mencionar porque el punto ha quedado contundentemente demostrado, por ejemplo, que muchas veces esos medicamentos servían para curar enfermedades que ellos mismos habían provocado mediante experimentos que se hacían a espaldas de la gente utilizándola como conejillo de indias, lo cual está perfectamente documentado para el caso de Guatemala y de Puerto Rico, pero seguramente no han de haber sido los únicos países en probar “las mieles” de la democracia internacional yankee (todo lo anterior -referente al saqueo actual- por mencionar un par de cuestiones, a fines de brevedad). Entonces el saqueo no sólo ocurrió, sigue ocurriendo y las generaciones presentes del “viejo” continente son por tanto tan culpables como sus ancestros puesto que el capitalismo europeo sigue construyéndose y siendo funcional

Y ahora llegó el momento de cerrar esta exposición ahondando en por qué la violencia es la partera de la historia y en qué condiciones está justificada la violencia en la lucha social como necesidad histórica de los pueblos. Al analizar la evolución del capitalismo resulta evidente que todo derecho social conseguido por la clase trabajadora le ha sido arrancado por la fuerza a la clase capitalista (desde la jornada laboral de 8 horas, hasta el salario mínimo, el aguinaldo, el derecho a voto de las mujeres, entre otros), salvo el derecho a que las mujeres pudiesen trabajar (ya hablando en la época en que se asentó la revolución industrial) porque eso les convenía debido a que ocasionó una caída de los salarios (por la simple ley de oferta y demanda), aumentaba el número de desempleados (ejército industrial de reserva o superpoblación relativa, con la importancia psicológica que esto tiene para que el trabajador o trabajadora se auto-explote por miedo a perder su trabajo) y fijando la producción a un nivel determinado, aunque los salarios unitariamente disminuyan la masa salarial aumenta lo que indefectiblemente favorecerá siempre a la clase capitalista en su acumulación de capital, pero no necesariamente a la clase trabajadora (dependerá de las circunstancias concretas puesto que habría que ver los valores específicos que los cambios en los salarios reales tomaron -manteniéndose constantes las demás cosas, como las mediciones estadísticas de la canasta básica, por ejemplo-, pero si tales cambios son negativos no es un hecho favorable, salvo que sean positivos).

Las mujeres están exigiendo un cambio en la cultura de aquellos hombres que son cómplices significativos del machismo (y de las aquellas mujeres cómplices significativas del machismo también), sin embargo, es evidente que estos cambios sólo pueden llegar con políticas públicas que refuercen la seguridad para las mujeres (que no debe confundirse con militarizar la sociedad -muy del gusto de las oligarquías de América Latina y de las burguesías de ahí también-) y con campañas públicas feroces contra el machismo que la sociedad padece como enfermedad estructural.

La cuestión se complica considerando que la realización de las dos políticas públicas antes mencionadas (necesarias para satisfacer el justo pedido de las feministas) exige recursos (que deben obtenerse de arcas públicas saqueadas por la clase dominante local, la clase dominante extranjera y la clase gobernante local), que la clase dominante es y ha sido siempre patriarcal (el “caldo de cultivo” de la opresión entre seres humanos es la opresión del hombre hacia a la mujer, como expone magistralmente Engels en El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado -en este sentido la clase burguesa no es la excepción-) y ello no parecería ser poca cosa, además del hecho evidente de que esas dos políticas públicas exigen un conjunto de políticas públicas complementarias considerando cuán arraigado está el machismo en la psique social (lo que implica un control de políticas en el tiempo en miras a maximizar periódicamente su eficacia -optimizarlas-) a nivel mundial, independientemente de que tome formas más crudas y visibles en América Latina (al menos en general, claramente puede haber excepciones a ello), puesto que está asociado a la lucha de clases, la distribución del ingreso y otra serie de variables fundamentales del sistema de economía política capitalista en general (aquí no se está refiriendo únicamente al sistema de economía política capitalista como sistema productivo -en particular-, sino como sociedad o sistema social). Los recursos necesarios para semejante política pública, al menos en América Latina y fundamentalmente en América Latina en tiempos de la crisis sanitaria y económica, no parecerían poder salir de otro lugar que no sea de captar más impuestos de la clase trabajadora (lo que no parece ser fácil de hacer, puesto que subir salarios podría perjudicar sus ganancias, las arcas públicas están vacías -ellos y sus esbirros las han saqueado- y cobrar más impuestos sobre el consumo -regresivos, los que paga el pueblo- no sólo agudizaría con total seguridad la crisis económica sino que podría perjudicar sus ganancias si la demanda de consumo final cae lo suficiente -que es lo que lo único que les importa-) o por fin “animarse” ellos a pagar impuestos (lo que parece una utopía sumamente abstracta, si fundaron estos países precisamente para no pagar impuestos).

¿Cómo un estado de cosas como el anteriormente descrito (fundado sobre la sangre derramada con violencia, el hambre, el engaño, la manipulación ideológica, las falsas esperanzas y en el que a quienes beneficia tal estado de cosas no les resulta conveniente que dicho estado de cosas cambie) se podría alterar mínimamente sin violencia? Exigirles a las mujeres que salieron a manifestarse un comportamiento “civilizado” no sólo no parece tener un significado libre de ambigüedades, sino que es exigirles que no busquen alterar el estado de cosas, puesto que quienes critican ese uso de la violencia son quienes (por conveniencia o alienación ideológica) conciben como civilización el estado de cosas actual. Lo mismo aplica para el caso del racismo y las manifestaciones desatadas en Estados Unidos a raíz del caso de violencia policial que devino en la trágica muerte de George Floyd.

No parece ser válida la réplica “Esas no son formas”, porque las formas contrarias no han generado ningún resultado en varias décadas (al menos desde la última década del siglo pasado se viene hablando de erradicar el machismo y en América Latina cada día se agudiza más -y parece que en Europa en general no es muy diferente-) y son ellas quienes viven, respiran, caminan, sueñan, piensan, aman y extrañan angustiosas y temerosas, acomplejadas, traumadas. ¿No son formas?, recuérdese la definición de la cualidad de violento, “Que implica una fuerza e intensidad extraordinarias”, es decir, fuera de lo ordinario, ¿y con qué está relacionado lo “ordinario” ?, pues la palabra “ordinal” significa según el diccionario de la RAE ya citado “Perteneciente o relativo al orden” y en este sentido, entendiendo orden como el orden natural de un sistema de economía política en general y considerando que la definición de violentar es, según el mismo diccionario de la RAE, “Aplicar medios violentos a cosas o personas para vencer su resistencia”, es evidente que las manifestaciones tenían que ser violentas y violentar al estado de cosas actual (por eso la humanidad ha usado y seguirá usando la violencia en una sociedad en que no se puedan poner de acuerdo sus individuos a causa de la existencia de intereses irreconciliables -los intereses de clase-). De hecho, una definición alternativa de “violentar” es “Entrar en una casa u otra parte contra la voluntad de su dueño”, si se sabe que las repúblicas son las fincas de los burgueses y oligarcas “latinos” (siempre suelen tener más ascendencia europea que de otro tipo), pues las chicas de hace unos días decidieron irrumpir en la casa negociar contra la voluntad de su dueño porque el dueño se negaba a salir a dialogar. En realidad, a los dueños de estos países nunca les ha gustado el diálogo, porque hay que ser una clase dominante con mucha inteligencia para ser partidaria del diálogo y no parece realista esperar eso de clases dominantes no-industrializadas, al fin y al cabo, en las sociedades de clase la psique de la clase dominante se refleja (aunque de forma distorsionada) en la psique de la clase dominada (en eso consiste la alienación) y es perfectamente entendido por todos que el subdesarrollo no sólo es material, también tiene elementos subjetivos, psicológicos[3]. Si existen violaciones sistemáticas a los derechos de un sector masivo de la sociedad (las mujeres) que emanan de las políticas que los dueños de la casa dictan a los administradores de la misma (la clase gobernante, los políticos de profesión), se busca dialogar con ellos al respecto y estos se niegan a dialogar con el sector social afectado, considero que mi abuela estaría de acuerdo en decir que es justo aplicar el refrán “El vivo a señas y el tonto a palos”. Ella seguramente no había leído a Gramsci, pero había leído la vida misma.

Que sea esta era entonces la era de las revoluciones a toda escala o, por lo menos, que sea la era en que la humanidad empiece a transitar irremediablemente hacia su extinción por no poderse entender entre sí, como sí lo logramos hace tantos miles de años cuando salimos de África en busca de nuevos horizontes y superamos como homo sapiens a los neandertales en la desenfrenada carrera por la supervivencia enfrentando como enemigo común a una naturaleza inclemente para el nivel de precariedad tecnológica de la época. Jamás se debe olvidar que el neandertal era más inteligente (o eso se suele presumir porque su cerebro era más grande -indicio de una mayor capacidad del lenguaje abstracto[4]-) que nosotros el homo sapiens, ¿en qué lo superamos entonces?, en que nos pudimos entender, es hora de iniciar un éxodo inverso hacia nuestras raíces (que seguramente durará algunos siglos) o desaparecer irremediablemente a causa de nuestra estupidez, la cual curiosamente es una característica únicamente de los animales racionales.


[1] Estas leyes no son de carácter físico o químico, puesto que las leyes de la química y la física son leyes generales, puesto que la realidad es multifacética y la materia analizada en distintos contextos se caracteriza cualitativamente de forma diferente (un edificio desde el punto de vista contable es capital fijo, desde el físico es meramente materia con forma y volumen, desde su proceso de producción es un producto, desde el punto de vista de la ciencia de materiales es un conjunto de materiales -abordados desde una perspectiva técnica específica, evidentemente-, desde los procesos de optimización de topología aplicados en Ingeniería Civil es la función objetivo a optimizar, etc.).

[2] En Estados Unidos, el 21 de enero de 2010 la Corte Suprema de Justicia decidió fallar a favor de la propuesta de la organización “Citizens United” (una “ONG” conservadora de los Estados Unidos), donde se declara que restringir la magnitud de las donaciones (que tenían como fin que una persona ordinaria y un billonario pudiesen donar lo mismo) era una violación a la libertad de expresión; y además que las corporaciones y los partidos políticos tienen derecho a este tipo particular de libertad de expresión, pero las personas naturales no, porque podría llevar a corrupción. A las personas naturales aún se les limita las contribuciones a $2,700, pero las corporaciones y grupos externos no tienen límite en sus contribuciones indirectas, lo que significa que el dinero no puede ir directamente a un candidato, sino que tiene que pasar por unas organizaciones llamadas “Super PAC’s” (oficialmente conocidos como “Comités de Acción Política Independientes solo para gastos”, pueden realizar gastos políticos ilimitados -en, por ejemplo, anuncios- independientemente de las campañas, pero no pueden coordinar ni hacer contribuciones a campañas de candidatos o partidos -no directamente, por supuesto, sino en la forma descrita antes-). A diferencia de los PAC (“Political Action Committiees”) tradicionales, los Super PAC pueden recaudar fondos de individuos, corporaciones, sindicatos y otros grupos sin ningún límite legal en el tamaño de la donación.), creada explícitamente para beneficiar una situación política o candidato y se le permite hacer casi todo lo que a una campaña política se le permite: puede pautar en medios publicitarios, incitar al voto, tener mítines, compilar registros postales, dirigir investigaciones, incluso pueden pagar salarios a personas para trabajar en una campaña de forma puntual a favor o en contra de un candidato -la única estipulación real es que un Super PAC no puede coordinar directamente con una campaña o partido que apoye, pero sí, por ejemplo, pueden ser dirigidos por ex miembros de esta campaña o ex miembro de un partido que estén en contacto directo con el candidato. Las elecciones de 2008 fueron las más caras de la historia de Estados Unidos hasta ese entonces, con una contribución por grupos externos de 143 millones de dólares. En el 2020, esas contribuciones ascendieron a 3 mil millones de dólares. Además, es muy poco probable poder cambiar esto en el futuro cercano, porque requeriría una enmienda constitucional, lo cual requiere un voto de 2/3 del congreso por parte de ambos partidos, o bien otro fallo de la Corte Suprema de Justicia, la cual tiene una mayoría conservadora de 6-3, lo cual es más aún que cuando se aprobó la iniciativa propuesta por Citizens United en 2010, lo cual significa que los multimillonarios pueden gastar cantidades ilimitadas de dinero para apoyar a un candidato a que apruebe leyes que beneficien a sí mismos y a estos mismos multimillonarios y no hay nada que se pueda hacer para evitarlo… al menos no desde el orden, pero sí desde el desorden.

[3] Lo que en la época de Marx y Engels se decía “espirituales”, quizás gracias a ese halo de misticismo heredado de los antiguos griegos y la misma literatura de la era feudal en que la ciencia no se había generalizado lo suficiente en la sociedad (ni desarrollado lo suficiente en sí misma) para que la realidad se concibiese de otra forma que con cierto misticismo.

[4] Se presume que eran más inteligentes porque su cerebro era más grande. Además, la investigación realizada por Sverker Johansson titulada “Habilidades del Lenguaje en Neandertales”, publicada en la revista Anual Review of Linguistics (volumen I) en enero de 2015 señala en su abstracto que: “Las habilidades del lenguaje de los neandertales no se pueden observar directamente, pero hay evidencia indirecta disponible en su anatomía, arqueología y ADN. La anatomía neandertal muestra posibles adaptaciones del habla, y su arqueología contiene suficientes indicadores de modernidad conductual, incluidos símbolos y ornamentos, para concluir que sus mentes podrían manejar la comunicación simbólica. El ADN de los neandertales, finalmente, indica que poseían algunos de los genes relevantes para el lenguaje que se encuentran en los humanos modernos y que podían tener hijos con los humanos modernos y los tuvieron. De la coherencia de la evidencia de la anatomía, la arqueología y el ADN, se puede concluir que algunas habilidades del lenguaje, si bien no necesariamente el lenguaje sintáctico moderno completo, estaban presentes en los neandertales.”